26 abril 2014. Sábado de la Octava de Pascua – Puntos de oración

  1. Oración preparatoria: hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en la presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.” (EE 46)
  2. Petición: hacemos nuestra la oración colecta de la misa y le pedimos al Señor: “Oh Dios, que con la abundancia de tu gracia no cesas de aumentar el número de tus hijos, mira con amor a los que has elegido como miembros de tu Iglesia, para que, quienes han renacido por el bautismo, obtengan también la resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.”
  3. Puntos para orar: hoy podemos meditar el evangelio que nos propone la liturgia. Es casi el final del evangelio de San Marcos. Jesús se aparece a María Magdalena y la convierte en la primera anunciadora de su resurrección. Ella choca con la incredulidad de los mismos apóstoles que sumidos en la tristeza no la creen. Lo mismo dice este evangelio que pasa con los dos de Emaús, que al principio no fueron creídos. Jesús, lleno de condescendencia y amor se acaba apareciéndoseles y les echa en cara su incredulidad y dureza de corazón. Contemplar la escena y la cara de Jesús mirando a los apóstoles, que no acaban de creer por la alegría. Y a pesar de su incredulidad y cerrazón, no los rechaza, sino que les envía a dar la buena noticia de su resurrección a toda la creación, es decir, a todo hombre y mujer que esté a su lado. Y les indica además que vayan, es decir, que no se conformen con anunciarlo a los de al lado, sino también a los que nos pillan más a trasmano. Nosotros, que hacemos oración todos los días, nos puede parecer que creemos en Jesús, pero en nuestra vida cotidiana, ¿creemos que su mensaje puede transformarnos y transformar a los que están a nuestro alrededor? ¿creemos que somos enviados por Él, como los apóstoles nada más verle por primera vez resucitado? Y Jesús no busca a los más capaces: a ningún director de recursos humanos se le hubiera ocurrido contratar para llevar una noticia tan importante a una mujer con un pasado como María Magdalena. Y Jesús la mandó a sabiendas de que iba a fracasar y a chocar contra la dureza de corazón de sus apóstoles. Y los apóstoles tampoco fueron desechados por Cristo al ver su incredulidad, sino que les confirmó en la tarea de ser pescadores de hombres. Yo me veo pequeño, desconfiado, descreído e incapaz. Lo mismo que los apóstoles. Ver a Jesús que me mira con la misma expresión que aquel día de Pascua en el Cenáculo con los apóstoles y que me dice: “vete al mundo entero y proclama el Evangelio a toda la creación”
  4. Unos minutos antes del final de la oración: Diálogo con Jesús. Avemaría a la Virgen, la que creyó en todo momento.
  5. Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al preparar o al hacer la oración, pedir perdón y proponerme algo concreto para enmendarlo.

Archivo del blog