6 septiembre 2016. Martes de la XXIII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Felicitemos al Señor: por su Creación, por nuestra vida, por lo bueno que es con nosotros.
Entrados en esta situación, vemos a Dios como el Amigo que está entusiasmado del transcurso de la Historia con sus amigos; ellos le felicitan, Él les felicita a ellos. Pero Señor, ¿qué hemos hecho? “Cuando vosotros lo habéis hecho con vuestros hermanos, conmigo lo habéis hecho”
Él nos ama, y nosotros nos alimentamos de su amor y lo transmitimos a nuestros prójimos; así es el mecanismo; ¡hermosa maquinaria del Amor!
Y siempre acompañados de María, camino directo a Jesús; ella le observa, nos observa, con su mirada lo dice todo; nos anima a insistir y perseverar, desear y suplicar, amar y ofrecer. Todo hacia el eje central, Cristo.
Otra presencia, fácilmente olvidable por su ocultamiento, nuestro ángel de la guarda; ¿cómo se llama el tuyo? ¿Quieres llamarle por algún nombre especial? No hay segundo que no esté velando por ti; celebra en tus alegrías, te alienta en tus tristezas, te protege en tus tentaciones, ora contigo y por ti.

Acompañados de nuestro ángel y de María le decimos al Señor: ¡felicidades! Y dejemos que el eco de esta palabra se vaya diluyendo en el espacio silencioso de la alegría de la oración, de estar un rato con mi Amigo, el Maestro.

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