4 octubre 2016. Martes de la XXVII semana de T. O. – San Francisco de Asís – Puntos de oración

La primera lectura de hoy nos expone la carta de san Pablo a los Gálatas donde explica su historia personal de conversión y su relación con los otros apóstoles. Quizá sea un bonito momento por nuestra parte de hacer memoria de nuestra historia personal como militante cristiano. ¿Cómo era yo antes de ser alcanzado por Jesucristo en unos Ejercicios Espirituales, o en un Campamento, o el día de mi confirmación…? ¿Qué pasó después? ¿Cómo soy ahora? O dicho con palabras ignacianas ¿qué he hecho yo por Cristo?, ¿qué hago por Cristo?, y, sobre todo, ¿qué voy a hacer por Cristo, a partir de ahora?
Y todo ello con una mirada retrospectiva agradecida por tantos dones recibidos, y con una mirada proyectiva ilusionada por tantos dones que todavía el Señor tiene preparados para regalarnos. El salmo nos puede ayudar mucho a ser agradecidos y confiados en la misericordia de este Padre bueno.
Y mientras tanto, el presente. El evangelio nos presenta a dos hermanas, las dos entregadas a la causa de Jesús. Las dos quieren a su Señor y creen servirlo a su manera. ¿A cuál me parezco yo más? Jesús no desprecia a ninguna, pero antepone una actitud a la otra. Lo importante es la contemplación de Jesús, pero nosotros que somos laicos en medio del mundo nos quedamos con otra comprensión más completa de este pasaje evangélico, y es que, la mejor parte es la contemplación, pero lo mejor es tomar las dos partes. Ser contemplativos en acción. Y ser, contemplativos en la acción. Y, para ello, nada mejor que ser activos en la contemplación.

Dediquemos un rato a meditar en este juego de palabras que acabamos de exponer, pero sobre todo, dediquemos un buen rato a escuchar lo que Jesús quiera decirnos.

Archivo del blog