1/9/2014, Lunes de la XXII semana de Tiempo Ordinario

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2,1-5)

Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Salmo responsorial (Sal 118, 97. 98. 99. 100. 101. 102)

R. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

¡Cuánto amo tu voluntad: todo el día estoy meditando. R.

Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos, siempre me acompaña. R.

Soy más docto que todos mis maestros, porque medito tus preceptos. R.

Soy más sagaz que los ancianos, porque cumplo tus leyes. R.

Aparto mi pie de toda senda mala, para guardar tu palabra. R.

No me aparto de tus mandamientos, porque tú me has instruido. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4, 16-30)

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: - «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: -«Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: -«¿No es éste el hijo de José?» Y Jesús les dijo: - «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo”; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.» Y añadió: -«Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.» Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

1 septiembre de 2014. Lunes de la XXII semana de Tiempo Ordinario

En nuestra oración entramos en el misterio de Dios. Jesucristo crucificado es la máxima manifestación del amor de Dios por nosotros, es por eso que los cristianos solemos orar ante un crucifijo. Quevedo expresaba esta realidad diciendo en una de sus últimas cartas: “nadie se atreve a Dios sin poner delante a Cristo”. En la oración de este día os invito a mirar al Crucificado y poner ante Él vuestra vida.

De una forma o de otra la cruz siempre se dibuja en nuestro horizonte. Por la fe sabemos afrontarla unidos a Jesucristo para hacer de ella instrumento de redención. Además sabemos que las cruces no tienen nunca la última palabra sino que son una ocasión para amar y aprender a amar.

En la vida de Jesús también la cruz se presentó en su horizonte de forma real y dramática. San Lucas en su evangelio nos lo quiere mostrar desde el principio, presentándonos en Nazaret lo que luego sucedería en Jerusalén. Contemplemos a Jesús en este trace entrando en su corazón. Quiere suscitar la fe en nuestros corazones como en la de sus contemporáneos de Nazaret. Expresemos nuestra fe en Él para que nuestra oración ilumine cada situación que vivamos en este día.

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