1 de abril de 2023, sábado de la 5ª semana de Cuaresma

Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (37, 21-28)

Esto dice el Señor Dios:

«Recogeré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su tierra. Los haré una sola nación en mi tierra, en los montes de Israel. Un solo rey reinará sobre todos ellos. Ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse en dos reinos.

No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones. Los liberaré de los lugares donde habitaban y en los cuales pecaron. Los purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis preceptos, cumplirán mis prescripciones y las pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en la que habitaron sus padres: allí habitaran ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre, y mi siervo David será su príncipe para siempre.

Haré con ellos una alianza de paz, una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y reconocerán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre».

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Jr 31, 10. 11-12ab. 13
R.
El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño.
R.

Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sion,
afluirán hacia los bienes del Señor.
R.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas.
R.

 

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (11, 45-57)

En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.

Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron:

«¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación».

Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:

«Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera».

Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.

Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos.

Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban:

«¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta?»

Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.

Palabra del Señor.

1 abril 2023, sábado de la 5ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

Nos acercamos a la oración de hoy de la mano del salmo: “Escuchad, pueblos, la palabra del Señor”. Nos lo repetimos para que cale en nuestro ser. Porque a eso venimos hoy a la oración: a escuchar. Estamos a las puertas de la Pasión del Señor. Queremos prepararnos para ese momento y lo mejor que podemos hacer es dejar que el Espíritu Santo nos prepare. Y para eso, escuchar, abrirse a la Palabra de Dios para que nos toque y nos transforme, aunque no nos enteremos en el momento.

“El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño”. Confianza. Estamos en sus manos. Él nos va a llevar en esta semana a penetrar en su misterio. Nos conduce a la alegría y la salvación. El pueblo de Israel lo sabía. Sabía que, a pesar de la gravedad de los hechos, de la contundencia de la realidad, el Señor saciaría todos los anhelos de su corazón: el regreso a la tierra prometida, la reunificación de los dos reinos, la pureza del pueblo que no volvería a adorar a otros dioses, la promesa del Mesías hijo de David, la paz y la pertenencia al Señor. No hay duda, aunque la realidad solo de pie a la duda o al escepticismo. La fe ve más allá y descubre que eso son solo apariencias. El Señor va a aparecer con fuerza poderosa en nuestra vida, en lo increíble, y eso nos anuncia Ezequiel. 

Y así nos acercamos al Evangelio. Sin ánimo de sacar enseñanzas, aunque sin despreciarlas. Simplemente a escuchar, a estar recibiendo la Palabra del Señor. A acompañarle en este camino a la Cruz. Solo estar ahí. Él podrá en nosotros lo que necesitemos. A nosotros nos basta el seguirle, el entrar en su misterio. Porque Él nos lleva y en Él confiamos.

30 de marzo de 2023, jueves de la 5ª semana de Cuaresma

Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis (17, 3-9)

En aquellos días, Abrahán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:

«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos.

Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera, sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti.

Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios».

El Señor añadió a Abrahán:

«Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes por generaciones».

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 104, 4-5. 6-7. 8-9
R.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.
R.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.
R.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a lsaac.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 51-59)

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre».

Los judíos le dijeron:

«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».

Jesús contestó:

«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».

Los judíos le dijeron:

«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».

Jesús les dijo:

«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».

Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Palabra del Señor.

30 marzo 2023, jueves de la 5ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

A pocos días del comienzo de la Semana Santa, podemos preguntarnos cómo hemos vivido estos días de cuaresma: si enesta preparación para la Pascua hemos llevado un propósito, si hemos intensificado la oración, el ayuno, la caridad… En fin, si hemos sido fieles. Hoy el Señor nos dice como a Abraham: mantendré mi alianza contigo. Y como rezamos en el salmo: El Señor se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada por mil generaciones.

Él es siempre fiel y nos hace una promesa desde los tiempos de Abraham: os daré a ti y a tu descendencia la tierra en queperegrinas. Promesa que renueva Cristo: quien guarda mis palabras no verá la muerte para siempre. La promesa es el cielo, la vida eterna. Pero si a Abraham le pidió que guardase esa alianza, a nosotros nos pide que guardemos sus palabras.

Cae rostro en tierra y ora al Señor: ¿he guardado la fidelidad con Él o me he cansado y olvidado la alianza que el Señor hizo conmigo? ¿Soy como Abraham, abierto a que transforme mi vida, o como los judíos del evangelioque dudan, juzgany acusan a Jesús?

Que Santa María, la madre siempre fiel, nos conceda de su Hijo la gracia de permanecer fieles a sus palabras.

29 de marzo de 2023, miércoles de la 5ª semana de Cuaresma

Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel (3, 14-20. 91-92. 95)

En aquellos días, el rey Nabucodonosor dijo:

«¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago, que no teméis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he erigido? Mirad: si al oír tocar la trompa, la flauta, la citara, el laúd, el arpa, la vihuela y todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la estatua que he hecho, hacedlo; pero, si no la adoráis, seréis arrojados inmediatamente al horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?».

Sidrac, Misac y Abdénago contestaron al rey Nabucodonosor:

«A eso no tenemos por qué responder. Si nuestro Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido, nos librará, oh rey, de tus manos. Y aunque no lo hiciera, que te conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido».

Entonces Nabucodonosor, furioso contra Sidrac, Misac: y Abdénago, y con el rostro desencajado por la rabia, mandó encender el horno siete veces más fuerte que de costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y Abdénago y los echasen en el horno encendido.

Entonces el rey Nabucodonosor se alarmó, se levantó y preguntó, estupefacto, a sus consejeros:

«¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?».

Le respondieron:

«Así es, majestad».

Preguntó:

«¿Entonces, cómo es que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el fuego sin sufrir nada? Y el cuarto parece un ser divino»

Nabucodonosor entonces dijo:

«Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos que, confiando en él, desobedecieron el decreto real y entregaron sus cuerpos antes que venerar y adorar a otros dioses fuera del suyo».

Palabra del Señor

Salmo responsorial Dn 3, 52a y c. 53a. 54a. 55a. 56ª
R. ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres.
Bendito tu nombre santo y glorioso.
R.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R.

Bendito eres sobre el trono de tu reino. R.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos. R.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 31-42)

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:

«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».

Le replicaron:

«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?».

Jesús les contestó:

«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».

Ellos replicaron:

«Nuestro padre es Abrahán».

Jesús les dijo:

«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».

Le replicaron:

«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».

Jesús les contestó:

«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».

Palabra del Señor.

29 marzo 2023, miércoles de la 5ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

El evangelio de hoy es clave para entender una de las tentaciones más graves que sufre el ser humano moderno: creer que su vida no tiene nada que ver con Dios. pensar que Dios le quita la libertad para poder hacer lo que le venga en gana. Sin embargo, la realidad nos muestra que esto es totalmente falso, pues no creer en Dios ni seguir sus enseñanzas, nos puede hacer caer en idolatrar a otros dioses que nos esclavizan, casi sin darnos cuenta: dinero, trabajo, sexo, móvil, series, gimnasio, moda, etc. Toda la Creación es buena, pero cuando es utilizada en las claves del mundo y no de Dios, esclavizan y desgastan nuestras personas, nuestras almas. Jesús dice: “Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. ”En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el hijo os hace libres, seréis realmente libres”. Ojalá confiemos en Jesús para no ser del mundo sino vivir felices en el mundo siendo instrumentos de Dios.

28 marzo 2023, martes de la 5ª semana de Cuaresma

Primera lectura
Lectura del libro de los Números (21, 4-9)

En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edón.

El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:

«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia».

El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.

Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:

«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».

Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:

«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».

Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 101, 2-3. 16-18. 19-21
R.
Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco,
escúchame en seguida.
R.

Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sion,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones.
R.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 21-30)

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».

Y los judíos comentaban:

«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?».

Y él les dijo:

«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que «Yo soy», moriréis por vuestros pecados».

Ellos le decían:

«¿Quién eres tú?»

Jesús les contestó:

«Lo que os estoy diciendo. desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».

Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.

Y entonces dijo Jesús:

«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que «Yo soy», y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».

Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Palabra del Señor.

28 marzo 2023, martes de la 5ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que «Yo soy», y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Jn 8, 28-30

A las puertas de la Semana Santa, en este evangelio se nos invita a mirar hacia el lugar donde nos va a salvar el Señor, esa cruz en la que le van a levantar y exponer ante toda la humanidad. Y este modo de salvarnos lo realiza el Señor según el plan del Padre. 

Jesús insiste en varios momentos de evangelio que es enviado; no hace nada por su propia cuenta, sino que responde totalmente a la voluntad del Padre; lo que dice y hace, es expresión del Padre. Sólo después que hayan levantado al Hijo del Hombre, lo comprenderán. La Buena Nueva de la muerte y de la resurrección nos revelará quién es Jesús. En el horizonte de la Pascua, la liturgia nos invita a mirar al Crucificado, porque su amor clavado nos impulsa a corresponderle. Su obediencia nos ayuda a contemplar, también, nuestra propia misión como respuesta fiel a la voluntad de Dios.

En este momento de nuestra oración, dejémonos sorprender por Cristo. En nuestro corazón está escrito el profundo deseo de amar y ser amados. Nuestro Dios, en el extremo deseo de amar, fue capaz de abrazar el leño de la cruz. Y yo ante esta imagen de Cristo en la cruz ¿qué voy a hacer? Estamos al final de la cuaresma, es tiempo de conversión. Abramos nuestras puertas para que entre la luz. Hagamos la experiencia de un amor que nunca falla, el amor incondicional de Cristo. Y al sentirnos atravesados por tanto amor, ¿qué brota en nuestro corazón? ¿Cómo voy a prepararme para acompañar al Señor en su pasión, muerte y resurrección?

25 marzo 2023, sábado de la 4ª semana de Cuaresma. La Anunciación del Señor

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (7, 10-14; 8 10b)

En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:

«Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».

Respondió Ajaz:

«No la pido, no quiero tentar al Señor».

Entonces dijo Dios:

«Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, porque con nosotros está Dios».

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11
R.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: «Aquí estoy».
R.

«Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.
R.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.
R.

No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.
R.

Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (10, 4-10)

Hermanos:

Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.

Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice:

«Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias.

Entonces yo dije: He aquí que vengo - pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí - para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad».

Primero dice: «Tú no quisiste ni sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad».

Niega lo primero, para afirmar lo segundo.

Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 26-38)

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».

El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.

25 marzo 2023, sábado de la 4ª semana de Cuaresma. La Anunciación del Señor. Puntos de oración

En esta fiesta de la Anunciación del Señor. El Señor nos pone ante nosotros el signo de su grande y misericordioso amor. Y ese signo que tanto pedían y pedimos a veces, es el Señor. Él es el signo que contiene en sí todo el amor de Dios y los designios para nosotros. Por eso dice él mismo: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad… Entonces yo dije: «He aquí que vengo - pues así está escrito … para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad».

Así, el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria. «He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».

Pidamos al Señor que se cumpla su voluntad en nosotros, que le dejemos cumplirla en nosotros. Pidamos la intercesión y confiemos en la ayuda y poderosa protección de nuestra Madre. 

El signo de Dios es el amor. Un amor de entrega, un amor de donación total que nos da ejemplo de piedad y misericordia.

Toma Virgen pura nuestros corazones, no nos abandones jamás. Feliz oración.

24 de marzo de 2023, viernes de la 4ª semana de Cuaresma

Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (2, 1a. 12-22)

Se decían los impíos, razonando equivocadamente:

«Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso: se opone a nuestro modo de actuar, nos reprocha las faltas contra la ley y nos reprende contra la educación recibida; presume de conocer a Dios y se llama a sí mismo hijo de Dios.

Es un reproche contra nuestros criterios, su sola presencia nos resulta insoportable.

Lleva una vida distinta de los demás, y va por caminos diferentes.

Nos considera moneda falsa y nos esquiva como a impuros.

Proclama dichoso el destino de los justos, y presume de tener por padre a Dios.

Veamos si es verdad lo que dice, comprobando cómo es su muerte.

Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará y lo librará de las manos de sus enemigos.

Lo someteremos a ultrajes y torturas, para conocer su temple y comprobar su resistencia.

Lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues, según dice, Dios lo salvará»

Así discurren, pero se equivocan, pues los ciega su maldad.

Desconocen los misterios de Dios, no esperan el premio de la santidad ni creen en la recompensa de una vida intachable.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 33, 17-18. 19-20. 21 y 23
R.
El Señor está cerca de los atribulados.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
R.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo librará el Señor.
R.

Él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (7, 1- 2. 10. 25-30)

En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.

Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:

«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».

Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:

«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado».

Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

Palabra del Señor.

24 marzo 2023, viernes de la 4ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

¿Cómo vamos de narcisismo espiritual? Ya llegando al final de nuestra cuaresma, la pregunta principal es: ¿cómo he vivido esta cuaresma? 

No soy yo el importante, eres Tú. No es lo que yo haga, sino que me deje hacer por Ti. No es mi cuaresma el círculo a cuadrar, es tu Pascua (¡ardientemente he esperado esta cena con vosotros!).

Tú mismo te quitas de en medio dándonos ejemplo: es el Padre el que transparenta tus obras, es Él quien te envía, es a Él a quien representas. 

«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado».

Quitarme yo de en medio, dejarte paso, darte la prioridad. Quizás ya sea el momento de cederte el paso. Quizá sea necesario frenar y parar, hacer un stop en el camino. 

Volver a Ti, no por compromiso, no por obligación, sino atraídos por tu Amor. Dice el salmo de hoy:

«El Señor redime a sus siervos. No será castigado quien se acoge a Él». 

Acogerme a Ti, pasa por reconocerme necesitado, y buscar en Ti mi salvación. Que este final de cuaresma sea esto: me acojo a Ti, deseo entrar en el misterio de la obra que el Padre está haciendo en mí por medio de mi vida: acontecimientos, personas, etapas, dolores, sufrimientos, proyectos, alegrías, enfermedad, salud, trabajo, soledad... 

Me acojo a Ti. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

23 de marzo de 2023, jueves de la 4ª semana de Cuaresma

Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (32, 7-14)

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés:

«Anda, baja de la montaña, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: "Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto"».

Y el Señor añadió a Moisés:

«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo».

Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios:

«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Por qué han de decir los egipcios: "Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra"? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: "Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre.

Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 105, 19-20. 21-22. 23
R.
Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba.
R.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo.
R.

Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (5, 31-47)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:

«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí.

Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.

Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.

Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis.

Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.

Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese si lo recibiréis.

¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».

Palabra del Señor. 

23 marzo 2023, jueves de la 4ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

Las lecturas de este día nos proponen tres claves desde las que preguntarnos cómo estamos viviendo este tiempo especial de la Cuaresma: conversión, intercesión y compasión.

Conversión

- ¿La Cuaresma me está ayudando a caer en la cuenta de mi necesidad de conversión?

- ¿En qué caminos, distintos de los del Señor, puedo andar equivocado?

- ¿Ante qué “becerros de oro” (cosas, tareas, dependencias…) me postro y adoro?

- ¿Qué actitudes, comportamientos… hacen que me esté olvidando del Señor, a pesar de haber experimentado en otras ocasiones su amor misericordioso?

- ¿Pongo en Jesús toda mi confianza para iniciar o consolidar mi conversión? ¿Estoy convencido que Él puede alcanzarme todo del Padre?

Intercesión

Caer en la cuenta de la necesidad de conversión no solucionaría nuestros problemas cuanto el descubrir que tenemos a uno que aboga por nosotros ante el Padre, Cristo Jesús. Esta es nuestra confianza, esperanza y consuelo. Si hacemos un paralelismo con la intervención de Moisés ante el Señor, podríamos decir: “Nuestros pecados merecerían que fuésemos aniquilados por ti Padre, pero Jesús, tu Hijo, el elegido, se puso frente a ti y con su Pasión y muerte apartó tu cólera de nosotros”.

Compasión

Parafraseando al mismo Jesús en el evangelio de hoy, podríamos decir que “la obra (de compadecerse de nosotros) que me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí; que el Padre me ha enviado”.

La intercesión de Jesús ante el Padre realmente nos trae buenos frutos: “Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo”.

Pedimos a nuestra Madre Santa María que nos alcance la grandísima compasión de Dios, pero que nunca abusemos de ella. Que con humildad y confianza reconozcamos nuestro pecado, volvamos nuestros ojos a Él y, sí, por intercesión del Señor Jesús, esperemos alcanzar auxilio oportuno.

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