1 de enero de 2022, sábado Octava de la Natividad del Señor. Santa María, Madre de Dios

Primera lectura
Lectura del libro de los Números 6. 22-27 (22-27,)

El Señor habló a Moisés:

«Di a Aarón y a sus hijos: esta es la fórmula con que bendeciréis a los hijos de Israel:

“El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial
Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8
R. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
R.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4, 4-7)

Hermanos:

Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.

Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡Abba! Padre.» Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 16-21)

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacía Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.

Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto; conforme a lo que se les había dicho.

Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Palabra del Señor.

1 enero 2022, sábado Octava de la Natividad del Señor. Santa María, Madre de Dios. Puntos de oración

“Bajo tu amparo nos acogemos santa Madre de Dios”. Así hemos rezado los cristianos por los siglos. Ahora le encomendamos la paz en este primer día del año; encomendamos a María la paz entre las naciones, en los pueblos y en los corazones. En la bendición de Aarón se dice: “El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”.

“La madre de Dios es mi madre”, rezaba san Estanislao de Kostka, y se llenaba de confianza. Con esta conciencia nosotros también podemos afrontar este nuevo año. Visualizamos nuestra vida y la ponemos en el Corazón de la Madre, para que ella la evangelice y nos haga también este año testigos de su Hijo.

“Le pusieron por nombre Jesús”. El día 3 se dedica al nombre de Jesús, pero hoy al culminar la octava de Navidad, a “los ocho días” se nos da este dato en el evangelio. José y María habían recibido este nombre y ahora se lo imponen socialmente a su hijo. Este nombre estaría continuamente en el corazón de María y José, que lo esté también en nuestro corazón todo este año que comenzamos.

Jueves, 30 de diciembre de 2021

Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 12-17)

Os escribo, hijos míos, porque se os han perdonado vuestros pecados por su nombre.

Os escribo, padres, porque conocéis al que es desde el principio.

Os escribo, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno.

Os he escrito, hijos, porque conocéis al Padre.

Os he escrito, padres, porque ya conocéis al que existía desde el principio.

Os he escrito, jóvenes, que sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al Maligno.

No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo - la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la arrogancia del dinero -, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, y su concupiscencia.

Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 95, 7-8a. 8b-9. 10
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor.
R.

Entrad en sus atrios trayéndole ofrendas,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
R.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.»
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 36-40)

En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padre volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor.

Jueves, 30 diciembre 2021. Puntos de oración

La oración es un momento de encuentro con Dios, es medicina sanadora, es bendición- Al orar elevamos el alma y la ponemos en contacto con una dimensión paterna superior. Uno de los momentos más interesantes de mi día es el rezo del santo rosario (Andrea Bocelli). 

Estamos a punto de terminar el año civil. Qué bonito dar gracias a Dios por tantas cosas recibidas en este año. Por otro lado, pedir perdón por las gracias que a veces no hemos sabido aprovechar. Dios siempre nos está esperando. nos da oportunidades.

Jesús, que gozo para María y José llevarte a casa, después de tantos acontecimientos. Junto a ti mi vida cristiana irá creciendo y robusteciéndose. Ana, con su vida limpia y dedicada a tu servicio, tuvo la luz suficiente para descubrir en ti, un pobre niño hijo de una familia pobre, al Salvador del mundo. Los ayunos y las oraciones alimentaron su fe, que te pido para mí y todos los que me rodean.

Alégrese el cielo y goce la tierra por el acontecimiento del nacimiento de Hijo de Dios que se hace hombre para que le podamos amar.

Que tu nueva natividad disipe la niebla de naturalismo que nos envuelve.

Jesús nació en un humilde pesebre. Vivió evangelizando con amor. Murió entregando su vida por nosotros. Resucitó para darnos una esperanza y vida eterna.

Petición: Pedir conocimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga.

El Nacimiento: “Dios se hace hombre para hacer al hombre Dios”.

Miércoles, 29 diciembre 2021

Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 3-11)

Queridos hermanos:

En esto sabemos que conocemos a Jesús: en que guardamos sus mandamientos.

Quien dice: «Yo le conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud.

En esto conocemos que estamos en él.

Quien dice que permanece en él debe caminar como él caminó.

Queridos míos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que habéis escuchado.

Y, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo - y esto es verdadero en él y en vosotros -, pues las tinieblas pasan, y la luz verdadera brilla ya.

Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 95,1-2a.2b-3.5b-6
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.
R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
R.

El Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 22-35)

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos “han visto a tu Salvador”, a quien has presentado ante todos los pueblos: “luz para alumbrar a las naciones” y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre:

«Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción -y a ti misma una espada te traspasará el alma- para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».

Palabra del Señor. 

Miércoles, 29 diciembre 2021. Puntos de Oración

En el evangelio, en el encuentro del anciano Simeón y Jesús, en brazos de María, vemos una historia personal cumplida, lograda, exitosa. Entre tantas vidas malogradas, cuya vocación está en contradicción con lo vivido o realizado, el evangelio nos muestra un ejemplo luminoso de éxito vocacional. Desde la fe, cada uno puede acoger con confianza su destino, saber que su vida procede del Amor del Padre y que está orientada a su realización plena, en el encuentro con el Salvador. Un encuentro que se realiza en lo cotidiano de cada día y que puede ir iluminando cada vericueto, cada decisión difícil, todos y cada uno de los pasos de la vida hasta desembocar en un destino pleno y eterno. La Eucaristía de cada día nos anticipa esa salvación final y nos capacita para construir con cada paso diario el camino hacia la plenitud total. Se lo podemos pedir con confianza y audacia a la Virgen del Camino. Si estamos algo confusos o perdidos, seguro que sentiremos su apoyo y su luz (que es Cristo mismo).

También el evangelio de este día tiene un mensaje de actualidad social. Parece que vivimos horas oscuras, faltas de esperanza y de certidumbres compartidas sobre las que construir juntos el futuro. Pues bien, nosotros los cristianos reconocemos en Jesús “la luz para alumbrar a las naciones”. Poseemos una esperanza insuperable que tenemos que vivir y compartir. Creemos en Dios salvador, creemos en el hombre, hijo de Dios, creemos en el mundo, salido bueno de las manos de Dios. El futuro nos pertenece. ¡Fuera miedos! 

Martes, 28 de diciembre de 2021

Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1, 5-2, 2 (1, 5-2 2)

Queridos hermanos:

Este es el mensaje que hemos oído a Jesucristo y que os anunciamos: Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna. Si decimos que estamos en comunión con él y vivimos en las tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.

Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia.

Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros.

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 123, 2-3. 4-5. 7b-8
R. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
R.

Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
R.

La trampa se rompió,
y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (2, 13-18)

Cuando se retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:

«Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».

José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta:

«De Egipto llamé a mi hijo».

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.

Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:

«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».

Palabra del Señor. 

Martes, 28 diciembre 2021. Puntos de oración

1.  Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad... Pero, si vivimos en la luz, como él vive en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado…Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo (1 Jn, 5-2) 

Tres días después de la Navidad, de la fiesta de la Luz y de la Vida, la Iglesia nos presenta la fiesta de los Santos Mártires Inocentes. Terrible realidad, la muerte de los inocentes. Siempre tendremos que volver a esta realidad misteriosa para intentar comprender el sinsentido del abuso y el escándalo del inocente. Terribles las palabras del Señor para con los que corrompen a los niños inocentes. Aquí son masacrados, machacados por un gobernante libertino y asesino, el Herodes de turno, tímido precedente del Monstruo de mil cabezas del crimen del aborto, la tiniebla sin luz alguna, el frío que congela. 

San Pablo nos invita a contemplar la luz, a Cristo Luz, Verdad, Vida, para convertirnos en otros cristos. Porque si nos apagamos, los demás morirán. Dios es luz, sol, calor. Si realmente queremos vencer la tiniebla, el frío, lo necesitamos. Si somos luz, iluminaremos. De lo contrario, todo será un frío apagón. 

2.  “El ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto...José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto (Mt 2,13-18).

¿Cómo vivió José la desgarradora escena de la matanza de los Inocentes?  Una palabra lo define: CUSTODIO. José será custodio, protector, del Niño, de la Sagrada Familia, de la Iglesia. Conmueve contemplarlo tan diligente, tan prudente, siempre presto y solícito. Buena oportunidad para retomar la carta del Papa Francisco y retomar nuestro confidencial trato con san José desde su condición de Padre en la obediencia. El Papa no necesita muchas palabras: “Con la obediencia superó su drama y salvó a MaríaEn cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su fiat, como María en la AnunciaciónEn la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre. Dicha voluntad se transformó en su alimento diario (cf. Jn 4,34). Incluso en el momento más difícil de su vida, que fue en Getsemaní, prefirió hacer la voluntad del Padre y no la suya propia y se hizo «obediente hasta la muerte […] de cruz» (Flp 2,8). Por ello, el autor de la Carta a los Hebreos concluye que Jesús «aprendió sufriendo a obedecer» (5,8). Gocemos de su amistad, retomando las nuevas invocaciones a san José: Custodio del Redentor, Servidor de Cristo, Ministro de salud, Apoyo en las dificultades, Patrón de los exiliados, Patrón de los afligidos, Patrón de los pobres, ruega por nosotros. 

27 diciembre 2021, lunes

Primera lectura
Comienzo de la primera carta del apóstol san Juan (1, 1-4)

Queridos hermanos:

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos acerca del Verbo de la vida; pues la Vida se hizo visible, y nosotros hemos visto, damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y se nos manifestó.

Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis en comunión con nosotros y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestro gozo sea completo.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 96, 1-2. 5-6. 11-12
R. Alegraos, justos, con el Señor.

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.
R.

Los montes se derriten como cera ante el señor,
ante el Señor de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
R.

Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (20, 2-8)

El primer día de la semana, María la Magdalena echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Palabra del Señor. 

27 diciembre 2021, lunes. Puntos de oración

Hoy nos ayuda a orar san Agustín (354-430) obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia, con su Comentario sobre 1 Jn, 1,1 “Vio y creyó.”

“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto… y han tocado nuestras manos acerca de la Palabra de la vida...” (1Jn 1,1ss) Esta Palabra que se hizo carne, para que pudiera ser tocada con las manos, comenzó siendo carne cuando se encarnó en el seno de la Virgen María; pero no en ese momento comenzó a existir la Palabra, porque el mismo san Juan dice que existía desde el principio. Ved cómo concuerdan su carta y su evangelio, en el que hace poco oísteis: “En el principio ya existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios.”(…)

Así, pues, la Vida misma se ha manifestado en la carne, para que, en esta manifestación, aquello que sólo podía ser visto con el corazón fuera también visto con los ojos, y de esta forma sanase los corazones. Pues la Palabra se ve sólo con el corazón, pero la carne se ve también con los ojos corporales. Éramos capaces de ver la carne, pero no lo éramos de ver la Palabra. La Palabra se hizo carne, a la cual podemos ver…” (…) “Os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó” 

25 de diciembre de 20211, sábado. Navidad

Primera Lectura
Lectura del libro de Isaías (52, 7-10)

Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que proclama la paz, que anuncia la buena noticia, que pregona la justicia, que dice a Sión: «¡Tu Dios reina!».

Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión.

Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén.

Ha descubierto el Señor su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6
R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
R.

El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
R.

Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad.
R.

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
R.

Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (1, 1-6)

En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas.

En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos.

Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su Majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.

Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy»; y en otro lugar: «Yo seré para él un padre, y el será para mi un hijo»?

Asimismo, cuando introduce en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios».

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1. 1-18 (1-18,)

En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.

Él estaba en el principio junto a Dios.

Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.

En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.

Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.

Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.

A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor. 

25 diciembre 20211, sábado. Navidad. Puntos de oración

“Que bellos los pies del mensajero que anuncia la paz”

Durante el antiguo Testamento Dios habló a los hombres de muchas maneras, pero en este día decidió hablarles con su propio Hijo. ¿Qué será tan importante lo que Dios quiere decirnos, que utiliza tal mensajero? Con el nacimiento, muerte y resurrección del Señor empezó el Reino de Dios entre nosotros y el hombre dio un salto en su historia mucho más grande que la creación del mundo, que la aparición de la vida sobre la tierra y que la aparición del ser humano en nuestro planeta. El hombre nuevo que surge después de Jesucristo es diferente y Dios ya no le ama por ser una creación suya, sino por ser su hijo. Hemos dejado de ser meros seres humanos, que no es poco, para ser “Hijos de Dios”

Dios podía haber elegido muchas maneras de presentarse entre nosotros; pero ha elegido esta: nacer de la forma más sencilla, en suma pobreza, en suma humildad, sencillez, … Yo siempre me he preguntado el motivo del Señor para nacer de esta manera. Él quería despertar en nosotros la cualidad más importante que tiene Dios, y a partir de este momento nosotros, que es amar y ser amado; y ¿qué cosa, que ser despierta en nosotros el amor más que un recién nacido?

Tu oración hoy debe ser contemplar a este Niño y profundizar en los sentimientos que despierta en ti. No pienses en otra cosa y sólo contempla, asómbrate y únete a San Anselmo en la siguiente oración:

«Enséñame a buscarte y muéstrate a quien te busca; porque no puedo ir en tu busca a menos que tú me enseñes, y no puedo encontrarte si tú no te manifiestas. Deseando te buscaré, buscando te desearé, amando te hallaré y hallándote te amaré». 

24 de diciembre de 2021, viernes

Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7, 1-5. 8b-12. 14a. 16)

Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán:

«Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda».

Natán dijo al rey:

«Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».

Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán:

«Ve y habla a mi siervo David: “Así dice el Señor: ¿Tú me vas a construir una casa para morada mía?

Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel, y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.

En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.

Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre”».

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 88, 4-5. 16-17. 27 y 29
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.
R.

«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades».
R.

«Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”;
Le mantendré eternamente mi favor,
y mí alianza con él será estable».
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 67-79)

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, se llenó del Espíritu Santo y profetizó diciendo:

«”Bendito sea el Señor, Dios de Israel”, porque ha visitado y “redimido a su pueblo”, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza” y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán” para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”, anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».

Palabra del Señor.

24 de diciembre de 2021, viernes

Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.

Como dice el villancico “esta noche es nochebuena y mañana Navidad”. Ya no queda nada, hoy es el último día del Adviento y mañana celebraremos con gozo, desde esta noche, el nacimiento de nuestro Salvador. Él se hace hombre, se humilla, se anonada para salvarnos.

Las lecturas de la Misa matutina del día de hoy nos anuncian la venida del Salvador. Desde el profeta Natán al rey David, al profeta Zacarías, padre de Juan el Bautista. Zacarías entona el Benedictus que rezamos en la liturgia de laudes. En él Zacarías nos canta de gozo, la alegría que supone el advenimiento del Salvador: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”. En estos tiempos convulsos que nos está tocando vivir y a veces temerosamente debido a los acontecimientos presentes no debemos perder la paz, ya que llega la Navidad y nos visitará un Sol (Jesús) que nace de lo alto, que viene a iluminarnos y a guiarnos por el camino de la paz. La Navidad es paz de corazón, y esa paz es Jesús que nace en ti. Prepárate de verdad en estas horas que quedan para que vivas verdaderamente lo esencial de la Navidad. 

Te invito a que te encomiendes a nuestra Madre. Ella es la madre del Adviento y por lo tanto la mejor preparadora de la Navidad. 

23 de diciembre de 2021, jueves de la 4ª semana de Adviento

Primera lectura
Lectura de la profecía de Malaquías (3, 1-4. 23-24)

Esto dice el Señor Dios:

«Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mí.

De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo.

¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas.

Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño.

Mirad: os envió al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor, día grande y terrible. El convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir a castigar y destruir la tierra».

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 24, 4-5ab. 8-9. 10 y 14
R. Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
R.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
R.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 57-66)

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.

A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:

«¡No! Se va a llamar Juan».

Y le dijeron:

«Ninguno de tus parientes se llama así»

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:

«Pues ¿qué va a ser este niño?».

Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra del Señor.

23 diciembre 2021, jueves de la 4ª semana de Adviento. Puntos de oración

Las lecturas de hoy hablan de Juan el Bautista, uno de nuestros modelos en Adviento. 

A las puertas de la celebración de la Encarnación del Hijo de Dios, me gustaría proponer una actitud a suplicar en esta oración, muy propia de la Navidad: la humildad. 

A partir de un versículo de la primera lectura, hablando de la llegada del Mesías. El versículo es este: ¿Quien se mantendrá en pie ante su mirada?

Arrodillar el corazón, doblegarse interiormente ante la realidad que se nos ofrece, y dejarnos salvar precisamente ahí. Gran parte de nuestros sufrimientos vienen de rebelarnos ante ese ambiente en casa, esa lesión, ese acontecimiento político, esa decisión de Mengana, o esa actitud de Fulano… Cada uno conocemos nuestro ahí personal. 

Las ideologías doblegan a las personas por la fuerza. ¡Cuántas veces buscamos cambiar las cosas por la fuerza, en la bronca, en el enfrentamiento! En el cristianismo, sin embargo, los creyentes se arrodillan ante la fragilidad de su Dios hecho Niño. ¿Cómo mantenernos rígidos y a la defensiva ante un Niño indefenso? Un cristiano es un rendido ante el Amor de Dios. Todo misionero es un precursor que allana los caminos al Señor, pero no por la fuerza, sus capacidades o simple convicción, sino dando testimonio de la salvación que viene de Otro, Abajado. Entonces la comunión es posible.

Esta Navidad, Señor, quieres salvarme allí donde necesito aprender a aceptar, confiar, arrodillarme. No siendo doblegado por la fuerza externa que siento que me oprime, sino aceptando, confiando, arrodillándome ante tu cálida mirada de Niño, que viene a buscarme precisamente ahí, para salvarme. Humildad…

Solo los que han sido salvados, son enviados. Si nuestro corazón no arde por la misión, es que aún nos mantenemos armados en pie ante tu mirada desarmada, aún no hemos sido salvados, por tu exinanivit. Quien ha sido salvado, transparenta humildad, se sabia perdido, y se descubre salvo. 

Maranatha, ven Señor Jesús. Madre arrodillada, orante y expectante ante el parto, enséñame a abajarme, a no mantenerme en pie ante la mirada del Niño Dios esta Navidad.

21 diciembre 2021, miércoles de la 4ª semana de Adviento

Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (1, 24-28)

En aquellos días, una vez que Ana hubo destetado a Samuel, lo subió consigo, junto con un novillo de tres años, unos cuarenta y cinco kilos de harina y un odre de vino. Lo llevó a la casa del señor a Siló y el niño se quedó como siervo.

Inmolaron el novillo y presentaron el niño a Elí. Ella le dijo:

- «Perdón, por tu vida, mi señor, yo soy aquella mujer que estuvo aquí en pie ante ti, implorando al Señor. Imploré este niño y el Señor me concedió cuanto le había pedido. Yo, a mi vez, lo cedo al Señor. Quede, pues, cedido al Señor de por vida».

Y se postraron allí ante el Señor.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
1 Sam 2, 1. 4-5. 6-7. 8 abcd
R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.

Mi corazón se regocija en el Señor,
mi poder se exalta por Dios.
Mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
R.

Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor.
Los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.
R.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
R.

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 46-56)

En aquel tiempo, María dijo:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava”.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” - como lo había prometido a “nuestros padres” - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor. 

21 diciembre 2021, miércoles de la 4ª semana de Adviento. Puntos de oración

No queda nada. Ya está casi casi aquí el niño que viene a cambiarlo todo.

Las palabras de la Virgen nos ayudarán a terminar de preparar el camino. 

Proclamación: de la grandeza de este Dios que viene. Muchos aún no se han enterado. ¡Hay que anunciarlo a todo el mundo! ¡qué viene Jesús!

Alegría: que nuestro espíritu se emocione, porque viene a salvarnos a cada uno. Se hace niño por ti.

Humildad: que permitirá que Jesús se fije en nosotros y quiera acurrucarse en nuestros brazos y entrar en nuestro corazón.

Felicitación: Que se oiga en el trabajo, en la uni, el insti, los bares, la calle, en nuestras casas… ¡Feliz Navidad! Que no dejemos de felicitarnos unos a otros por el regalo que estamos a punto de recibir.

Generosidad: para que los pobres reciban el don de la Navidad a través de nuestros gestos concretos, que los más necesitados se vean colmados.

21 de diciembre de 2021, martes de la 4ª semana de Adviento

Primera lectura
Lectura del libro del Cantar de los cantares (2, 8-14)

¡La voz de mi amado! Vedlo, aquí llega, saltando sobre los montes, brincando por las colinas.

Es mi amado un gamo, parece un cervatillo.

Vedlo parado tras la cerca, mirando por la ventana, atisbando por la celosía.

Habla mi amado y me dice: «Levántate, amada mía, hermosa mía y ven.

Mira, el invierno ya ha pasado, las lluvias cesaron, se han ido,.

Brotan las flores en el campo, llega la estación de la poda, el arrullo de la tórtola se oye en nuestra tierra.

En la higuera despuntan las yemas, las viñas en flor exhalan su perfume.

Levántate, amada mía, hermosa mía, vente.

Paloma mía, en las oquedades de la roca, en el escondrijo escarpado, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz: es muy dulce tu voz y fascinante tu figura»

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 32, 2-3. 11-12. 20-21
R. Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo.

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones.
R.

El plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 39-45)

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino deprisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra del Señor.

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