1/3/2012, Jueves de la primera semana de Cuaresma

Lectura del libro de Ester (14, 1. 3-5. 12-14)

En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al Señor, Dios de Israel: «Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido. Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación y dame valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos. Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león; haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con todos sus cómplices. A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo».

Salmo responsorial (Sal 137, 1-2a. 2bc y 3. 7c-8)
R. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario. R.

Daré gracias a tu nombre, por tu misericordia y tu lealtad;
cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.

Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7, 7-12)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas».

1 marzo 2012. Jueves de la primera semana de Cuaresma – Puntos de oración

1. COMENZAMOS EL MES DE SAN JOSÉ

San José, patrono del concilio Vaticano II y de la iglesia, de los padres, del seminario, adalid y protector de todos los militantes... fue laico, “simple laico” ni sacerdote ni religioso. Y Dios Padre para educar al Verbo Encarnado eligió a un fiel laico, José, no a un sacerdote o a un religioso, un fiel, laico, seglar, uno del común. Dice Redemptoris custos:

En las palabras de la "anunciación" nocturna, José escucha no sólo la verdad divina acerca de la inefable vocación de su esposa, sino que también vuelve a escuchar la verdad sobre su propia vocación. Este hombre "justo", que en el espíritu de las más nobles tradiciones del pueblo elegido amaba a la virgen de Nazaret y se había unido a ella con amor esponsal, es llamado nuevamente por Dios a este amor. "José hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer" (Mt 1, 24); lo que en ella había sido engendrado "es del Espíritu Santo" (RC 19)

La santidad es vida oculta con Cristo en Dios, para transformar la propia circunstancia («Nazaret») en amor y servicio. La misión es dar de la propia pobreza, compartiendo con todos los hermanos los dones recibidos de Dios. La comunidad cristiana que vive su Nazaret, realiza la misión como comunión entre iglesias hermanas, con un amor preferencial por las más pobres. De modo magistral lo sintetiza el P. Tarsicio Stramare: “San José es la prueba de la grandeza innata en cualquier vida cotidiana, si ésta sabe transformarse en respuesta de amor hacia Dios, en la aceptación simple y generosa de su voluntad...El ejemplo de san José, la lección que brota de toda su vida continuará haciendo escuela en la Iglesia para siempre” (La vía de San José. Espiritualidad josefina. Delegación Nacional del Óbolo de San Pedro, Lima 2002 en el capítulo titulado “Laicos: la espiritualidad de la vida cotidiana” pp.124-134). Hacer lo ordinario de modo extraordinario.

2. ORA, AHORA Y A TODA HORA

Entramos en el corazón de la Cuaresma y hay que dejarse contagiar por Jesús que siempre estaba orando.

Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación, y dame valor, Señor.

El ejemplo de la oración de Esther es conmovedor. De modo audaz, valiente, se abandona en Dios, su único Apoyo, su Fortaleza. Y consigue su objetivo, porque se fió del Señor.

Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.

¡Creo, Señor, pero aumenta mi fe!

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, delante de los ángeles cantaré para Ti.

Canta suave y constantemente hasta hacer vida el Salmo 138 (137) 1-2a.2bc-3.7c-8. Todo es gracia. No merezco nada y Dios me regala todo. Mi vida es un milagro permanente y no tengo derecho a estar triste ni quejumbroso ni timorato. Dios me ve, Dios me escucha, Dios me ama, y por eso canto lleno de gozo, feliz, como María en el Magníficat.

29/2/2012, Miércoles de la primera semana de Cuaresma

Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10)

Vino la palabra del Señor sobre Jonás: -«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.» Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: «Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos.» Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.

Salmo responsorial (Sal 50, 3-4. 12-13. 18-19)
R. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R.

Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11, 29-32)

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: -«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

29 febrero 2012. Miércoles de la primera semana de Cuaresma – Puntos de oración

Comenzamos nuestra oración pidiendo la gracia de acompañar en este rato a Jesús en el desierto que ora, ayuna y lucha con la tentación, para así tener parte en su victoria sobre el Maligno.

La Palabra de Dios nos habla sobre la conversión, nos invita a la conversión con la figura de un profeta del Antiguo Testamento, Jonás, y sobre todo, con Jesús, que ha venido al mundo para llamar a los hombres a la conversión y entrar así en el Reino de los cielos. Hagamos nuestra una oración de la liturgia de estos días cuaresmales: “Conviértenos a Ti, Dios, Salvador nuestro”. Y a la luz de las lecturas meditemos en lo que significa la conversión.

“Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños”. La conversión se nos presenta como un volverse a Dios, del que nos hemos olvidado viviendo superficialmente y dejándonos llevar de nuestros egoísmos. Abrirle la puerta del corazón, dejar que su luz entre en nuestro interior y ahuyente nuestras tinieblas. Este cambio interior se traduce en gestos exteriores, en obras de penitencia, que hemos de poner en práctica como prueba de que nuestros deseos son sinceros. Haremos bien en fomentar detalles de austeridad en la vida de cada día, para que también se pueda decir de nosotros lo de los ninivitas: “Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida y se compadeció”.

“Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias”. La conversión se expresa en un corazón humilde que reconoce su pobreza y su pecado. Que se duele por amor a Dios de fallarle tanto, de amarle tan poco. Un dolor lleno de esperanza, porque Dios es Padre que perdona y abraza. Así perdonó a Pedro, al buen ladrón, a Zaqueo, a la Magdalena… Así rompieron su corazón los santos que se volvieron a Dios desde una vida de alejamiento como el hijo pródigo: San Agustín, San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola…Empezaron por reconocerse pecadores, le presentaron sus manos manchadas y confiaron hasta el infinito en la misericordia de Dios.

“Aquí hay uno que es más que Jonás”. La conversión por fin es reconocer a Jesucristo como el gran signo que Dios nos ha dado para que volvamos a Él. La misión de Cristo es anunciar al hombre el perdón, la salvación, hacer que el hombre se vuelva a Dios, hablarle del Padre que le espera para declararle su amor.

Nuestra oración se centra ahora en Jesús para implorarle: “Señor, gracias por ser nuestro Abogado ante el Padre, por interceder por nosotros con tus brazos abiertos en la cruz. Tus heridas nos han curado. Con tu sangre preciosa has lavado nuestras culpas y nos has santificado.

Tú que no rechazas un corazón quebrantado y humillado, acoge nuestra oración humilde como la de aquel leproso que te pidió: “si quieres, puedes limpiarme”, o la de aquella mujer pecadora, que sin palabras regaba tus pies de lágrimas de arrepentimiento.

Jesús, Tú eres más que Salomón o Jonás o cualquiera de los profetas. Eres el Hijo de Dios que nos ha llamado a la conversión y a creer en el Evangelio. Haz que creamos en al amor que el Padre nos tiene; que presentándole nuestras manos vacías, las veamos llenas de sus misericordias”.

28/2/2012. Martes de la primera semana de cuaresma

Lectura del libro de Isaías (55,10-11)

Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.»

Salmo responsorial (Sal 33,4-5.6-7.16-17.18-19)
R. El Señor libra de sus angustias a los justos

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.

Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. R.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas».

28 febrero 2012. Martes de la primera semana de cuaresma – Puntos de oración

Hoy nuestro rato de oración no debería ahorrarse el primer paso que dice san Ignacio para el que se acerca a la capilla a orar, a saber: [nº 75] 3ª addición. Un paso o dos antes del lugar donde tengo de contemplar o meditar, me pondré en pie, por espacio de un Pater noster, alzado el entendimiento arriba, considerando cómo Dios nuestro Señor me mira, etc., y hacer una reverencia o humiliación. Y por espacio de un Pater noster, qué mejor que rezar un Pater noster despacito, y luego ya en el sitio de la oración seguir con el ofrecimiento de obras y la invocación al Espíritu Santo.

Tenemos que dar las gracias a aquellos discípulos que le dijeron al maestro “enséñanos a orar”. Benditos alumnos que preguntan a sus profesores para aprender de corazón. Y Jesús, encantado de aquella petición, se lanza a sentar cátedra. En primer lugar se descuelga con un aviso. Parece que antes de verbalizar por primera vez en la historia humana las palabras del padrenuesto tenía que desmontar de nuestra cabeza una forma de orar que impide ponerse en contacto de verdad con el Dios al que queremos comunicarnos.

Tendremos que prestar atención también nosotros, hoy en pleno siglo XXI, no sea que caigamos en los mismos errores de entonces. Dice Jesús: “Cuando recéis no uséis muchas palabras…” Claro, es que si usamos muchas palabras no dejamos hablar a Dios. Son necesarias muy pocas palabras… Las del padrenuestro y nada más, luego diremos porqué. Preocupados por qué decir y cómo decirlo resulta que nos da dolor de cabeza y no hemos hecho más que palabrear. No podemos llegar a la oración a llenarla con oraciones hechas o escritas por otros y repetirlas cientos de veces. Aturulla el alma y no permite escuchar a Dios que es lo que interesa.

Ojo, que no queremos decir nada en contra de recitar salmos o rezar el rosario u otras oraciones muy necesarias para otros momentos del día o para crear un clima de oración. Pero de lo que se trata en un rato de oración es de, sobre todo, escuchar a Dios.

Y quien dice de no usar muchas palabras también puede decir de no usar muchas imágenes. ¡Cuántas imágenes de películas, revistas, powerpoints, etc., incluso de cosas buenas nos pueden despistar de lo central! A la oración hay que ir, ya sabemos con el corazón ardiendo, pero con la mente fría, vacía de nuestras mil palabras e imágenes que conocemos, pero que nos obsesionan con nuestros propios parámetros y no nos dejan conocer las palabras y las imágenes que Dios nos quiere sugerir ese día.

Y después de este aviso de Jesús, que aceptamos, ya vacía nuestra mente de todo deseo de “controlar” la oración, nos disponemos ahora a escuchar el resto de la lección: “Cuando oréis decid así…” Y volvemos a decir más despacito todavía que al principio, como si lo dijera el propio Jesús, otro Pater noster. Sí, rezando como por anhélitos, que diría el santo padre Ignacio de Loyola. En cada palabra una respiración, en lugar de en cada respiración mil palabras.

Y es que, el padrenuestro, recoge lo esencial de nuestra fe: alabamos a Dios, como Dios manda ;-) y le pedimos exactamente lo que necesitamos para nuestra salvación. ¿Para qué más?

Por cierto, si alguno al empezar a rezar, se queda parado en el primer anhélito: ¡Padre!... no hace falta que siga ya más adelante. Si allí haya gracia, allí se quede… Y saber que a nuestro Dios, al que otros llaman el Terrible, y otros el Innombrable, y otros el Justiciero, nosotros le llamamos PADRE, ya es suficiente para disfrutar escuchando lo que él mismo nos quiera sugerir y decir: “Te amo…”, “eres mi niño pequeñín…”, “no temas…”

¡Feliz rato de oración!

27/2/2012, Lunes de la primera semana de Cuaresma

Lectura del libro del Levítico (19,1-2.11-18)

El Señor habló a Moisés: -«Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis a ninguno de vuestro pueblo. No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de Dios. Yo soy el Señor. No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás. No dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal del obrero. No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezos al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor. No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu conciudadano. No andarás con cuentos de aquí para allá, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor."»

Salmo responsorial (Sal 18, 8. 9. 10. 15)
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.

Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (25, 31-46)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. El separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo", Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».

27 febrero 2012. Lunes de la primera semana de Cuaresma – Puntos de oración

Oh, Señor, quiero hacerme semejante a Ti.

Iniciamos nuestra oración haciendo presente al Señor a nuestro lado. A través del Evangelio de hoy lo vemos como juez al final de los tiempos. Caemos en la cuenta que los que se salvan lo hacen por hacer buenas obras y los que se condenan, se condenan por no hacer esas buenas obras. Es decir que los que se condenan no lo hacen por hacer obras malas, cometer pecados, sino por no hacer el bien; su pecado es un pecado de “omisión”. Por lo tanto no basta con ser el cristiano bueno que cumple con los preceptos de la Iglesia y nada más; es necesario mojarse por Cristo e implicarse más de lleno en la redención de los hombres.

Cuando Dios decide hacer la redención del género humano, podría haberlo hecho con un sencillo gesto o incluso con una sola palabra; pero decidió hacerlo danto toda su sangre, con muchísimo sufrimiento, hasta la última gota. Además decide dejarla “incompleta” para que tanto tú como yo, la completemos.

A simple vista se ve que la redención de los hombres no está terminada: abunda el pecado, el sufrimiento, la desesperación y la muerte. “El sudor y el esfuerzo que el trabajo necesariamente comporta en la actual condición de la humanidad ofrecen al cristiano la posibilidad de participar en el amor y la obra que Cristo vino a llevar a cabo.” … “Soportando el cansancio del trabajo en unión con Cristo crucificado por nosotros, el hombre colabora de alguna manera con el Hijo de Dios con la redención de la humanidad.” (Juan Pablo II)

Con tu estudio ofrecido y tu trabajo de hoy vas a colaborar con Cristo en la salvación de muchas almas; por ello no puedes hacer trampas en tu estudio, tu trabajo va a estar unido a la sangre de Cristo y vas a ir completando esta obra que Él quiso dejar incompleta.

Termina tu oración ofreciendo a Dios todo lo que hoy te va a costar hacer: tu estudio y tu trabajo.

Señor, haz que por mi trabajo ofrecido muchas almas encuentren la salvación, sé que no valen mucho, pero unidos a tu sangre tienen valor infinito.

26/2/12, Domingo de la primera semana de Cuaresma (Ciclo B)

Lectura del libro del Génesis (9, 8-15)

Dios dijo a Noé y a sus hijos: «Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.» Y Dios añadió: «Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.»

Salmo responsorial (Sal 24, 4bc-5ab. 6-7bc. 8-9)
R. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R.

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (3, 18-22)

Queridos hermanos: Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos, ocho personas, se salvaron cruzando las aguas.

Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1, 12-15)

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: -«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio».

26 febrero 2012. Domingo de la primera semana de Cuaresma (Ciclo B) - Puntos de oración

Primera lectura:

En estos versículos Dios establece con la humanidad una alianza que regule las relaciones entre criatura y Creador. Noé se convierte en el padre de la humanidad con el mismo derecho que Adán: por eso Dios establece con él una alianza, lo mismo que lo había hecho con el primer hombre (Gén. 1) y le bendice de la misma manera que al antepasado primigenio.

Al igual que las demás alianzas selladas por Dios en la tradición sacerdotal, la iniciativa viene de Yahvé y solo Él se compromete; es una muestra de su bondad; tiene una repercusión cósmica y universal, del mismo modo que las alianzas con Adán (Gén. 1), con Abraham (Gén. 17) y con Moisés. Cada una de estas alianzas está marcada por un signo: la bendición de Adán, la circuncisión de Abraham, la economía sabática de Moisés y el arco iris de Noé.

Dios quiere establecer un reino de paz en el mundo. Por eso el arco, símbolo de la guerra, se cuelga en el firmamento como símbolo de paz. Misión de toda persona será buscar esta paz porque tenemos derecho a ella; ser fiel al pacto divino consistirá en luchar, sin descanso, por implantar esta paz.

Salmo responsorial:

Este salmo respira una ferviente piedad personal. El procedimiento adoptado para la composición del salmo completo es el llamado alfabético, esto es, que el autor para componer el salmo sigue la sucesión de las letras del alfabeto. El primer versículo corresponde a la primera letra y así sucesivamente, respetando rigurosamente el orden. Esto para un israelita era algo muy serio. También el alfabeto es un don de Dios. Por eso es usado para alabar a Yahvé: incluso en la sucesión de las letras. En cierto sentido es restituido al Señor, elaborado por la inteligencia humana, lo que Él le ha regalado. Además no hemos de olvidar otro aspecto religioso del alfabetismo: alabar a Dios con las mismas letras con que ha sido escrita la Ley.

Todo el salmo oscila entre dos polos: lo que ha hecho o lo que hace el Señor, y lo que ha hecho o hace el salmista. Dios es presentado como el que indica el camino justo a seguir. Tenemos por tanto, un Dios que ofrece su propia amistad. Un Dios que enseña a todos el camino a seguir.

Segunda lectura:

En este texto de San Pedro encontramos un desarrollo de contenidos dogmáticos sobre la Pasión y la Glorificación de Cristo, que aparte de dar sentido a nuestro bautismo, son la luz que debe iluminar nuestro sufrimiento y nuestra muerte. Sobre todo se quiere subrayar que incluso la muerte ha quedado sometida a Cristo glorificado. El dominio de Cristo sobre la muerte es uno de los motivos centrales y más importantes del Nuevo Testamento. El autor enlaza íntimamente la destrucción del poder de la muerte con el bautismo. Se puede relacionar con el texto de san Pablo en Romanos 6,3-5: «¿Habéis olvidado que a todos nosotros, al bautizarnos vinculándonos a Cristo Jesús, nos bautizaron vinculándonos a su muerte? Luego aquella inmersión que nos vinculaba a su muerte nos sepultó con él, para que, así como Cristo fue resucitado de la muerte por el poder del Padre, también nosotros empezáramos una vida nueva. Además, si hemos quedado incorporados a él por una muerte, semejante a la suya, también lo estaremos por una resurrección semejante».

El misterio de la salvación no queda como una experiencia paralizada al pie de la cruz. Tiene que pasar por la resurrección y por el Espíritu, que hace que todo empiece de nuevo en cada momento.

Evangelio:

El mismo Espíritu que descendió sobre Jesús en el bautismo, es el que lo conduce al desierto para que sea tentado (Mt 4. 1).

Marcos no expresa un número preciso de tentaciones y de victorias de Jesús en el desierto, pues entiende que es el comienzo de una lucha, de lo que se tratará a lo largo de todo su evangelio.

El servicio de los ángeles significa el trato familiar que mantiene con el Padre el que ha sido llamado y es en verdad su "Hijo amado". Todo ello indica que va a comenzar una nueva creación y que en Jesús va a ponerse en marcha el nuevo pueblo de Dios.

Jesús, que es la misma Palabra, se alza en medio del pueblo anunciando la Buena Noticia.

Aquí también, ahora, en el principio, está la Palabra.

El contenido del mensaje de Jesús se expresa como programa en estas palabras: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio». Que es como decir: pasó el tiempo de la espera, se acerca el reinado de Dios; los que deseen participar de los bienes del Reino, han de convertirse y creer la Buena Noticia.

Para aceptar la llegada del reinado de Dios, la persona ha de cambiar de mente y de corazón; que esto es hacer penitencia. Pero se trata de un anuncio gozoso, de la “buena noticia” por excelencia.

Nuestra respuesta ha de ser un cambio gozoso, una salida al encuentro de Dios, que viene en Jesucristo a llenarnos de gozo, paz y amor.

ORACIÓN FINAL:

Porque te has complacido, Señor, en la humildad de tu sierva, la Virgen María, has querido elevarla a la dignidad de Madre de tu Hijo y la has coronado de gloria y esplendor; por su intercesión, te pedimos que, a cuantos has salvado por el misterio de la Redención, nos concedas también el premio de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

25/2/2012, Sábado después de Ceniza

Lectura del libro de Isaías (58. 9b-14)

Así dice el Señor Dios: «Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña; reconstruirás viejas ruinas, levantarás sobre cimientos de antaño; te llamarán reparador de brechas, restaurador de casas en ruinas. Si detienes tus pies el sábado y no traficas en mi día santo, á Ramas al sábado tu delicia, y lo consagras a la gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés, de tratar tus asuntos, entonces el Señor será tu delicia. Te asentaré sobre mis montañas, te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob.» Ha hablado la boca del Señor.

Salmo responsorial (Sal 85, 1-2. 3-4. 5-6)
R. Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.

Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. R.

Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy,
llamando todo el día; alegra el alma e tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti. R.

Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,27-32)

En aquel tiempo, Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: -«Sígueme.» Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo: -«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?» Jesús les replicó: -«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.»

25 febrero 2012. Sábado después de Ceniza – Puntos de oración

Al empezar la oración: hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.” (EE 46)
Petición: “Señor, como Leví, que te conozca, que te ame, que te siga.” Por nuestra fidelidad al Señor y nuestra conversión en esta Cuaresma. Por la conversión de nuestros compañeros, familiares y amigos.
Meditación: siguiendo el texto del evangelio hoy podemos contemplar a Jesús que llama a Leví, el publicano, a seguirle. Aunque tenía un buen negocio, que le daría pingües beneficios, quedó fascinado por Jesús y en el momento, “dejándolo todo, se levantó y le siguió”. Leví se ha enamorado de Cristo. No le supone un gran esfuerzo dejarlo todo. Con la alegría de la elección y del sentirse aceptado por Dios a pesar de sentirse pecador, da un gran banquete en su casa. Los fariseos no entienden la misericordia que derrama Jesús sobre Leví y sus compañeros de profesión y otros. Y Jesús da la razón por la que come y bebe con nosotros los pecadores, por la que se acerca y no nos tiene asco ni se avergüenza de sentarse en el mismo banquete: ha venido como médico para sanarnos, ha venido a llamarnos para que nos convirtamos a la buena noticia del evangelio. Porque ahora es el tiempo de la salvación y de la misericordia. Jesús ha venido a salvarnos del pecado e invitarnos a la conversión. Y Jesús está a gusto cuando nos reunimos para estar con él y alegrarnos de su misericordia. Esto lo hacemos en la Liturgia, sobretodo en la celebración de la Santa Misa, y cuando nos reunimos para hacer el retiro mensual con el resto de los militantes, y siempre que dos o más nos reunimos en su nombre Jesús está en medio de nosotros.
Unos minutos antes del final de la oración: Avemaría a la Virgen e invocación: “Santa María, que le conozca, que le ame, que le siga, como Leví.”
Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al hacer la oración, pedir perdón y proponer enmienda.
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La vocación de Leví (1601)
Iglesia de San Luis de los Franceses (Roma)
Caravaggio (1571 –1610)

24/2/2012, Viernes después de Ceniza

Lectura del libro de Isaías (58, 1-9a)

«Grita a plena voz, sin cesar, alza la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados. Consultan mi oráculo a diario, muestran deseo de conocer mi camino, como un pueblo que practicara la justicia y no abandonase el mandato de Dios. Me piden sentencias justas, desean tener cerca a Dios. “¿Para qué ayunar, si no haces caso?; ¿mortificarnos, si tú no te fijas?” Mirad: el día de ayuno buscáis vuestro interés y apremiáis a vuestros servidores; mirad: ayunáis entre riñas y disputas, dando puñetazos sin piedad. No ayunéis como ahora, haciendo oír en el cielo vuestras voces. ¿Es ése el ayuno que el Señor desea, para el día en que el hombre se mortifica?, mover la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza, ¿a eso lo llamáis ayuno, día agradable al Señor? El ayuno que yo quiero es éste: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: “Aquí estoy”».

Salmo responsorial (Sal 50, 3-4. 5-6a. 18-19)
R. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. R.

Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-15)

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: -«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: -«¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán».

24 febrero 2012. Viernes después de Ceniza – Puntos de oración.

Las lecturas de hoy nos invitan a considerar la práctica del ayuno, al comienzo de la Cuaresma. Particularmente nos incitan a preguntarnos: ¿Por qué ayunamos? ¿Cómo hemos de ayunar? Para ello vamos a considerar el breve texto del Evangelio de hoy, pero siguiendo la traducción que hace la Biblia de la Conferencia Episcopal Española: “¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo y entonces ayunarán”.

1. Jesús, el esposo. Jesús se define aquí como el esposo el día de su boda. La vida de Jesús es un tiempo de bodas, y por tanto de alegría. Son las “bodas del amor entre Dios y la humanidad(Juan Pablo II). Y la Iglesia, y cada uno de sus miembros, es como una Esposa “desposada” con Cristo Señor, para “no ser con él más que un solo Espíritu” (cf. CIC n 796). ¿Somos conscientes del grado de intimidad al que el Señor nos llama? ¡Nos ama, nos busca, se complace en nosotros como el esposo con su esposa el día de boda! Refresquemos en el comienzo de esta Cuaresma nuestra relación con Jesús. Si Él me ama así ¿cómo corresponderé a tanto amor?

2. Nosotros somos los amigos del esposo. Jesús en este pasaje nos ve también como sus amigos, los amigos del esposo, invitados no solo a la boda, sino a compartir toda la vida del esposo, empezando por su alegría y su banquete. Dice san Juan Bautista –en una imagen bien atrevida- que “el amigo del esposo, se alegra con la voz del esposo” (Jn 3, 29). Podemos preguntarnos: ¿cuáles son mis alegrías? ¿Coinciden con las de Jesús?

Pero conviene que estemos atentos, como las vírgenes prudentes, porque el Señor puede llegar en cualquier momento: “Llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta…” (cfr. Mt 25, 1ss). ¿Y las vírgenes necias… qué celebraron? La Cuaresma es un tiempo para afinar el oído, para estar preparados y responder en cuanto escuchemos la voz del esposo…

3. El encuentro con Jesús es una fiesta, un banquete nupcial. ¿Podrá uno ayunar en el banquete de bodas de su mejor amigo? ¿Qué podría alegar si quisiera hacerlo: el deseo de “mantener la línea”, problemas de estómago, querer reservarse para ir después a otra fiesta…? ¡Qué lejos quedarían esas objeciones, teniendo en cuenta la inmensidad del amor del amigo! Pues Jesús nos invita todos los días al banquete de la Eucaristía. ¿Cómo acudimos al banquete? ¿Cómo nos preparamos? ¿Cómo lo celebramos? Un buen objetivo para esta Cuaresma podría ser una participación más frecuente, más activa, más viva en el banquete eucarístico.

4. El sentido profundo del ayuno. Entonces… ¿por qué ayunar? Ayunar, nos dice Jesús, es como “guardar luto”. Es sufrir la ausencia del Señor, porque nos ha sido “arrebatado”. Jesús en este pasaje tiene los ojos puestos en su Pasión y muerte. Los invitados a su boda no corresponden a su amor. El sentido profundo del ayuno es alcanzar los mismos sentimientos que Cristo Jesús, sufrir por y en Jesús, y también sufrir su ausencia. La Cuaresma es una subida de siete semanas hacia Jerusalén, con Jesús, para participar de su pasión y muerte…, y también de su resurrección.

Por tanto nuestro ayuno no es un ayuno ritual, como el de los fariseos, que ayunaban por precepto dos días a la semana (cf. Lc 18,12), “porque estaba mandado así”. Compartir los sentimientos de Cristo Jesús, como dice el texto de Isaías es incompatible con buscar nuestro interés, apremiando a los demás, promoviendo riñas y disputas. Preguntemos hoy al Señor en la oración: ¿Jesús: de qué quieres que ayune? ¿Qué cepos he de romper? ¿Qué pan he de compartir y con quién? Como termina el texto de Isaías, al final romperá la luz como la aurora y escucharemos la voz del Señor que nos dice: “Aquí estoy”.

Oración final: Santa María de Lourdes: alcánzanos tener los mismos sentimientos que tu hijo; subir con Él a Jerusalén, para prepararnos a celebrar su pasión, muerte y resurrección. Que correspondamos a su amor como los amigos del esposo, más aún, como la esposa amada el día de las bodas. Que seamos sensibles al ayuno que Él nos pide. Y que cada Eucaristía esta Cuaresma sea una ocasión para refrescar la intimidad a la que nos llama.

23/2/2012, Jueves después de Ceniza

Lectura del libro del Deuteronomio (30, 15-20)

Moisés habló al pueblo, diciendo: -«Mira: hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal. Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para conquistarla. Pero, si tu corazón se aparta y no obedeces, si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que morirás sin remedio, que, después de pasar el Jordán y de entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella. Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra; te pongo delante vida y muerte, bendición y maldición. Elige la vida, y viviréis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que había prometido dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob.»

Salmo responsorial (Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6)
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9, 22-25)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.» Y, dirigiéndose a todos, dijo: -«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?»

23 febrero 2012. Jueves después de Ceniza – Puntos de oración

  • Leía en estos días que “el camino cuaresmal surgió en tiempo de persecución. Los que querían sumarse a la comunidad cristiana no sólo aceptaban recibir el Bautismo, sino que tenían que estar dispuestos a dar testimonio de su fe, incluso con la muerte. Este es el contexto desde donde podemos leer el evangelio de hoy…”
    • ¿Qué ocurre en nuestros días..? Al no tener que afrontar una persecución clara, concreta, concisa, es muy posible que nuestra vivencia religiosa se debilite, disminuya, o desaparezca; perdida en medio de un mundo relativista, e indiferente ante el hecho religioso.
    • Pero la pregunta de Jesús “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?” nos recuerda que el seguimiento del Señor no admite componendas, sino que conlleva el riesgo de los todos y las nadas, a lo S. Juan de la Cruz…
  • Nos encontramos con la primera predicción de la pasión, que debió de ser privada, a solas con los apóstoles.
    • S. Mateo habla de los discípulos (Mt.16,21)
    • y S. Marcos nos dirá que después llamó a la muchedumbre (Mc. 8,34).
    • Es curioso, pero S. Lucas omite el escándalo de Pedro y la reprensión de Jesús.
  • “Y, dirigiéndose a todos, dijo: - «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.
    • Carácter universal de las palabras de Jesús.
    • Se trata de indicaciones de vida que atañen a la salvación.
    • Seguir a Jesús nos exige dos cosas claramente:
      • Renunciar a sí mismo.
      • Tomar la propia cruz. A lo que S. Lucas añade “cada día”…
    • …y se venga conmigo. Esta es la parte más consoladora de la indicación, pues nos da a entender que no vamos solos con la carga, no es una cruz al margen de la Cruz de Cristo.
  • Nos encontramos hoy con uno de esos evangelios radicales…, que nos cuestionan hasta el fondo de nuestro ser…
    • ¿Qué hemos perdido en el seguimiento de Jesucristo?
    • ¿Qué hemos dejado...?
    • ¿Cuáles son los riesgos que afrontamos en la actualidad...?
    • ¿Podemos decir con la canción en los labios: Aquí, Señor, tienes mi vida, se que no es fácil seguir tus huellas, pero con tu fuerza seré fiel.
  • Pidamos unos por otros.., animémonos unos a otros.., para que nuestro seguimiento de Cristo se total y de todos…

22/2/2012, Miércoles de Ceniza

Lectura de la profecía de Joel (2,12-18)

Ahora -oráculo del Señor- convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas. Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: "Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo."

Salmo responsorial (Sal 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17)
R. Misericordia, Señor: hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces. R.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. R.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios (5,20-6,2)

Hermanos: Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: "En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará."

22 febrero 2012. Miércoles de Ceniza – Puntos de oración

Hoy te propongo tres textos cortos para tu oración - lectura meditada. Del Evangelio de hoy, del Mensaje del Benedicto XVI para esta Cuaresma, y del P. Morales tomado de sus “Semblanzas” (febrero).

LIMOSNA, ORACIÓN Y AYUNO (Mt 6, 1-6…)

Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contario, no tendréis recompensa de vuestro Padre Celestial…Tú en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha…

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas…para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga…

Cuando Ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara…Tú en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara… Y tu Padre que ve en los escondido, te recompensará”.

MENSAJE PARA ESTA CUARESMA 2012, Benedicto XVI

“Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras” (Hb 10,24).

“Los unos en los otros”: el don de la reciprocidad

“Este ser “guardianes” de los demás contrasta con una mentalidad que, al reducir la vida sólo a la dimensión terrena, no la considera en perspectiva escatológica y acepta cualquier decisión moral en nombre de la libertad individual. Una sociedad como la actual puede llegar a ser sorda, tanto ante los sufrimientos físicos, como ante las exigencias espirituales y morales de la vida. En la comunidad cristiana no ha de ser así. El apóstol Pablo invita a buscar lo que fomente la “paz y la mutua edificación!”, sin buscar el propio beneficio “sino el de la mayoría para que se salven” (1Co 10,33).

Esta corrección y exhortación mutua, con espíritu de humildad y de caridad, debe formar parte de la vida de la comunidad cristiana… “Ante un mundo que exige de los cristianos un testimonio renovado de amor y fidelidad al Señor, todos han de sentir la urgencia de ponerse a competir en la caridad, en el servicio y en las buenas obras… (cf Hb 6,10). De Benedicto XVI.

P. MORALES, SEMBLANZAS, MIÉRCOLES DE CENIZA

Soledad… es plenitud

“Y se encaminó al desierto…” Ley del retiro y del retorno. Sólo el creyente que la vive será fiel a la voluntad de Dios, útil al mundo. La soledad es la patria de los fuertes. El silencio su plegaria… La soledad espanta al hombre esclavizado por las pasiones. El ruido es atmósfera indispensable para ahogar la voz de su conciencia. El silencio le resulta insoportable. Ignora que la soledad no es vacío, sino plenitud. No es desierto, sino oasis…”

Si me esfuerzo en buscar el silencio en esta Cuaresma estaré capacitado para vivir las exigencias del Evangelio de hoy: limosna, oración y ayuno.

SANTA MARÍA, DAME LA FUERZA PARA SER FIEL CADA DÍA A ESTE RATO DE ORACIÓN.

21/2/2012, Martes de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Lectura de la carta del apóstol Santiago (4, 1-10)

Queridos hermanos: ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones. ¡Adúlteros! ¿No sabéis que amar el mundo es odiar a Dios? El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No en vano dice la Escritura: «El espíritu que Dios nos infundió está inclinado al mal. » Pero mayor es la gracia que Dios nos da. Por eso dice la Escritura: «Dios se enfrenta con los soberbios y da su gracia a los humildes.» Someteos, pues, a Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; hombres indecisos, purificaos el corazón, lamentad vuestra miseria, llorad y haced duelo; que vuestra risa se convierta en llanto y vuestra alegría en tristeza. Humillaos ante el Señor, que él os levantará.

Salmo responsorial (Sal 54, 7- 8. 9 10a. 10b 11. 23)
R. Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.

Pienso: « ¡Quién me diera alas de paloma para volar y posarme!
Emigraría lejos, habitaría en el desierto.» R.

«Me pondría en seguida a salvo de la tormenta, del huracán que devora, Señor;
del torrente de sus lenguas.» R.

Violencia y discordia veo en la ciudad:
día y noche hacen la ronda sobre sus murallas. R.

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga. R.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9, 30-37)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: -«¿De qué discutíais por el camino?» Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: -«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.» Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: -«El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mi no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

21 febrero 2012. Martes de la séptima semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Petición: Señor, dame un corazón de humilde, que se ponga al servicio de los demás.

Ideas: La carta de Santiago vuelve a llamarnos la atención sobre nuestra conducta. Sus palabras resuenan con fuerza: 'Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones’. Y es que ¡cuántas veces ante Dios no nos ocurre esto! Acusamos a Dios de no darnos lo que pedimos, echamos en cara a la vida que nos ha negado la felicidad, pero es que lo que estábamos pidiendo era colmar nuestras pasiones, y la felicidad la habíamos rebajado a nuestros caprichos. Y Dios es un verdadero Padre que educa, corrige y lleva a sus hijos a un verdadero crecimiento, no a frustrarse con caprichos.

Y Jesús pedagógicamente nos viene a decir lo mismo.

Las pasiones de mando, de ser el primero, de ser considerados, de tener a los demás a mi servicio, se habían apoderado de sus discípulos -de los de ayer, de los de hoy y de los de mañana, porque el corazón del hombre será siempre el mismo-.

Y, con una pedagogía exquisita, primero pregunta, después enseña, con palabras y con gestos. Y coge a un niño, lo abraza con ternura y hace de él el verdadero maestro de aquella jornada.

Y les enseña la ley del mundo al revés. El grande será el más pequeño, el poder ha de ser para servir y no para servirse de. Y en ese niño está Jesús, y en Jesús Dios mismo. Quien abraza a un insignificante ser todavía en crecimiento e ignorante, está abrazando al Creador, a la Sabiduría, a Dios.

La verdad es que no acabamos de creer todo esto y pensamos en esta ley del evangelio como algo bonito, sí, pero hasta cierto punto irreal, que no va con lo que se vive en este mundo.

Pero justo esto es lo que va mal en nuestro mundo. Por eso tenemos el mundo al revés, patas arriba. Y darle la vuelta a todo, seguir la ley del evangelio, sería en verdad colocar las cosas en su sitio.

Oramos: Me meto entre los discípulos y hago el camino con ellos. También yo quiero ser de los primeros, de los más íntimos de Jesús. ¿A quién es a quien más quiere Jesús? Y ya está el lío. Discusión sobre quien es el discípulo amado, sobre quien es la cabeza del grupo, sobre quien es el más inteligente, sobre en quien a confiado Jesús la economía, que es lo central para gestionar bien el grupo...

Jesús se medio sonríe, por nuestro infantilismo, se medio enfada. ¡Cuánto les cuesta entender!

Sigo el diálogo del evangelio. Veo como Jesús abraza a ese niño. Y siento que me descoloca.

Coloquio final: Me pego a Jesús mientras seguimos de camino y hablo con él sobre lo que ha querido decir. ¿Cómo hacerme un niño? ¿En qué puedo servir en mi vida a los demás? Y dejo que me interpele, viendo las veces en que quiero ser servido y no servir.

Puedo hacerme también como un niño, para que él me pueda abrazar.

20/2/2012, Lunes de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Lectura de la carta del apóstol Santiago (3, 13 18)

Queridos hermanos: ¿Hay alguno entre vosotros sabio y entendido? Que lo demuestre con una buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero, si tenéis el corazón amargado por la envidia y las rivalidades, no andéis gloriándoos, porque seria pura falsedad. Esa sabiduría no viene del cielo, sino que es terrena, animal, diabólica. Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia.

Salmo responsorial (Sal 18, 8. 9. 10. 15)
R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.

Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9, 14-29)

En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: -«¿De qué discutís?» Uno le contestó: -«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces.» Él les contestó: -« ¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo.» Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: -«¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?» Contestó él: -«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos.» Jesús replicó: -«¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe.» Entonces el padre del muchacho gritó: -«Tengo fe, pero dudo; ayúdame.» Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: -«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él. » Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: -«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?» Él les respondió: -«Esta especie sólo puede salir con oración».

20 febrero 2012. Lunes de la séptima semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

¿Cómo puede un cristiano tener el corazón arrabiado…?

Cuando uno ha sentido que Dios le ama tanto, no puede tener una cara triste y un humor agrio.

El mejor testimonio del amor de Dios a los hombres sería si nos viesen felices. En un grupo en el cual se encuentra una persona enamorada se nota, llama la atención. No se trata de tener cara de adolescente enamorado todo el día, pero si que se trasparente en la mirada que la vida no “nos importa “porque hay una persona que nos llena el corazón.

De este modo no es necesario aburrir con sermones pues nos preguntarán de donde nos viene tanta paz y alegría.

¡Gracias Dios por amarme tanto, tanto, tanto!

19/2/2012, Domingo de la séptima semana de Tiempo Ordinario (Ciclo B)

Lectura del libro de Isaías (43, 18-19. 21-22. 24b-25)

Así dice el Señor: «No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza. Pero tú no me invocabas, Jacob, ni te esforzabas por mí, Israel; me avasallabas con tus pecados y me cansabas con tus culpas. Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.»

Salmo responsorial (Sal 40, 2-3. 4-5. 13-14)
R. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor. El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra, y no lo entrega a la saña de sus enemigos. R.

El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti.» R.

A mí, en cambio, me conservas la salud, siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre. Amén. Amén. R.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1, 18-22)

Hermanos: ¡Dios me es testigo! La palabra que os dirigimos no fue primero «sí» y luego «no». Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»; en él todas las promesas han recibido un «sí». Y por él podemos responder: «Amén» a Dios, para gloria suya. Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (2, 1-12)

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: -«Hijo, tus pecados quedan perdonados.» Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: -«¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?» Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...» Entonces le dijo al paralítico: -«Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.» Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: -«Nunca hemos visto una cosa igual.»

19 febrero 2012. Domingo de la séptima semana de Tiempo Ordinario (Ciclo B) – Puntos de oración

Curación del paralítico (Mc 2, 1-12)

“Dichoso el que cuida del pobre y del desvalido” en el Evangelio de este Domingo encontramos un buen ejemplo de ello.

Este precioso milagro nos mete de lleno en nuestra oración, pues nos impulsa a acercarnos a Jesús para ser curados de nuestras enfermedades y perdonados de nuestros pecados.

Son muchos los aspectos a señalar de esta escena, que es gráfica y sugerente. Nos vamos a quedar con dos para que nuestra oración n o se disperse demasiado.

Primero:- La imaginación de los que tienen fe. Se dice que la casa estaba a rebosar. Eran muchos los que habían acudido a escuchar al Señor. Ya no cabía ni una aguja.

Pero aquellos hombres, lejos de desanimarse, encontraron un nuevo camino. El que ama no se atasca en las dificultades, sino que es siempre original y creativo. La imaginación para encontrar una salida cuando todas las vías parecen cortadas y la audacia para llevarla a cabo son cualidades de las almas que están llenas de Dios, y su fe no se amilana.

Cuando Jesús cura al paralítico, nos dice el Evangelio que lo hace por la fe de ellos, es decir, de los amigos. Hoy sigue siendo así y Dios obra muchas cosas gracias a la fe de otros.

También es bueno este rato de oración para considerar las gracias que hemos recibido nosotros por las acciones y oraciones de otros.

Segundo.- La multitud que rodea a Jesús y que impide acercarse al paralítico. No obran de mala fe, pero estorban. Aunque algunos de ellos mantenían otra actitud, pues había allí unos escribas que estaban sentados. Estos estorbaban porque ocupaban más sitio y porque su actitud era de crítica y sospecha hacia Jesús. Están junto a Jesús físicamente, pero a miles de kilómetros de distancia espiritual. Ocupan un lugar, pero no dejan que los demás se acerquen a la salvación.

Revisemos cual es nuestra posición ante Jesús y la Iglesia. Podemos estar taponando inútilmente la puerta.

La pertenencia a la Iglesia comporta abrirse continuamente a la acción del Espíritu Santo. Es lo que anuncia el profeta Isaías en la primera lectura: “No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo, mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando ¿no lo notáis?

La Iglesia está viva y hay que estar muy atentos a su caminar.

Caminemos como María, al lado de Jesús y siendo puerta de acceso a la salvación del Señor.

18/2/2012, Sábado de la sexta semana de Tiempo Ordinario

Lectura de la carta del apóstol Santiago (3, 1-10)

Hermanos míos, sois demasiados los que pretendéis ser maestros, y tened por cierto que nuestra sentencia será más severa. Todos faltamos a menudo, y si hay uno que no falta en el hablar es un hombre perfecto, capaz de tener a raya a su persona entera. A los caballos les ponemos el bocado para que nos obedezcan, y así dirigimos a todo el animal; fijaos también en los barcos: por grandes que sean y por recio que sople el viento, se gobiernan con un timón pequeñísimo y siguen el rumbo que quiere el piloto. Eso pasa con la lengua: como miembro es pequeño, pero puede alardear de muchas hazañas. Mirad cómo una chispa de nada prende fuego a tanta madera. También la lengua es una chispa; entre los miembros del cuerpo, la lengua representa un mundo de iniquidad, contamina a la persona entera, pone al rojo el curso de la existencia, y sus llamas vienen del infierno. Toda especie de fieras y pájaros, de reptiles y bestias marinas, se pueden domar y han sido domadas por el hombre; la lengua, en cambio, ningún hombre es capaz de domarla: es dañina e inquieta, cargada de veneno mortal; con ella bendecimos al que es Señor y Padre; con ella maldecimos a los hombres, creados a semejanza de Dios; de la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Eso no puede ser, hermanos míos.

Salmo responsorial (Sal 11, 2- 3. 4 -5. 7- 8ab)
R. Tú nos guardarás, Señor.

Sálvanos, Señor, que se acaban los buenos, que desaparece la lealtad entre los hombres:
no hacen más que mentir a su prójimo, hablan con labios embusteros
y con doblez de corazón. R.

Extirpe el Señor los labios embusteros y la lengua fanfarrona
de los que dicen: «La lengua es nuestra fuerza,
nuestros labios nos defienden, ¿quién será nuestro amo?» R.

Las palabras del Señor son palabras auténticas, como plata limpia de ganga,
refinada siete veces. Tú nos guardarás, Señor, nos librarás para siempre de esa gente. R.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9, 2-13)

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.» De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.» Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos». Le preguntaron: «¿Por qué dicen os escribas que primero tiene que venir Elías?» Les contestó él: «Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.

18 febrero 2012. Sábado de la sexta semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Marcos 9, 2-13

Al empezar la oración pedir luz al Espíritu Santo, ponerme en la presencia de Dios siendo consciente ante quien estoy y qué voy hacer para que ese encuentro con Él sólo sea, como todo el día, ordenado en su servicio y alabanza.

Es en Galilea, en el bello monte Tabor, donde Jesús se trasfigura ante sus tres discípulos. Y, desde la nube –símbolo de la presencia de Dios- se escucha una voz, la misma voz que se había escuchado en el Bautismo de Jesús. Si en el Jordán, la voz del cielo había dicho: Tú eres mi Hijo, a quien yo quiero, mi predilecto; ahora en el Tabor dice: “Este es mi Hijo, a quien yo quiero, escuchadlo”. Casi las mismas palabras, pero añadiendo ahora algo muy importante: escuchadlo.

Escuchadlo: éste es el fundamento, el punto de partida de la fe cristiana. Después vendrán los Dogmas, la teología, los catecismos… Pero lo primero, el arranque de la fe, es la escucha de la voz de Dios que nos ha hablado definitivamente por su Hijo predilecto. Podemos decir: ¿De qué nos sirven los dogmas, las discusiones teológicas, la fe del carbonero, si no escuchamos a la Palabra de Dios que se ha hecho carne? Este es el inicio y el núcleo más importante de nuestra fe cristiana.

Si esto es así, debemos preguntarnos: ¿Buscamos esa experiencia profunda de Dios, que nos habla a través de su Palabra, hecha carne? ¿Qué espacio dedicamos cada día a lo largo del mes, a buscar esa presencia cálida de Dios que nos hable al corazón? Los caminos pueden ser distintos pero para nosotros que estamos en medio del mundo debemos empezar por un rato dedicado a Él sólo que nos preparará el corazón para escucharlo en cualquier actividad que debamos realizar a lo largo de nuestra jornada, pues es en medio del mundo el lugar teológico donde Dios quiere manifestarse a cada uno de nosotros. Si no tenemos a Dios en lo profundo de nuestra alma, en vano lo encontraremos fuera de nosotros.

Lógicamente este encuentro con Dios no es para quedarse inactivos. Siempre tendremos el peligro de Pedro de refugiarnos en una interioridad que no conduce ni compromete a nada. La voz de Dios nos llama a salir de nuestra comodidad, de nuestras seguridades y componendas. Nuestra fe es una escucha, una llamada a salir fuera de nosotros mismos pero siempre en el nombre de un Dios misericordioso que está con nosotros.

Al final de la oración no olvidarnos de darle gracias a Dios Padre por las gracias recibidas, por su luz y por su fuerza, y a la vez pedir perdón por tantas veces como he cerrado el oído para no escuchar sus palabras de salvación.

17/2/2012, Viernes de la sexta semana de Tiempo Ordinario

Lectura de la carta del apóstol Santiago (2, 14-24. 26)

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por si sola está muerta. Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.» Tú crees que hay un solo Dios; muy bien, pero eso lo creen también los demonios, y los hace temblar. ¿Quieres enterarte, tonto, de que la fe sin obras es inútil? ¿No quedó justificado Abrahán, nuestro padre, por sus obras, por ofrecer a su hijo Isaac en el altar? Ya ves que la fe actuaba en sus obras, y que por las obras la fe llegó a su madurez. Así se cumplió lo que dice aquel pasaje de la Escritura: «Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación.» Y en otro pasaje se le llama «amigo de Dios.» Veis que el hombre queda justificado por las obras, y no por la fe sólo. Por lo tanto, lo mismo que un cuerpo sin espíritu es un cadáver, también la fe sin obras es un cadáver.

Salmo responsorial (Sal 111, 1-2. 3-4. 5-6)
R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor.

Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. R.

Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. R.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8, 34-9, 1)

En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: -«El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿0 qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mi y de mis palabras, en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles.» Y añadió: -«Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reino de Dios en toda su potencia.»

17 febrero 2012. Viernes de la sexta semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Hoy el Evangelio, propone uno de los textos que más suscitan y han hecho mella en el corazón para seguir al Señor:

“El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; peor el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. ¿Pues de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mi y de mis palabras en esta época descreída y malvada, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles.” (Mc 8,34-39).

Hace poco celebrábamos el cincuenta aniversario de la Milicia de Santa María. El Papa, nos invitaba a no renunciar al gran ideal de santidad. Fernando Martín nos lo reiteraba: “exhortación que nace del ideal que siempre ha vivido y ha querido vivir la Milicia: el ideal de santidad en medio del mundo en un clima de familia y unidad en el camino hacia Dios.

Ponerse en oración, si se han hecho las adicciones de la noche y de la mañana al levantarnos, en la presencia de Dios y después del ofrecimiento de obras, leyendo o recordando este texto que hemos meditado montones de veces con solo empezar a leer:

1º.- El que quiera venir conmigo, es decir, si quieres venir, si me quieres seguir, mira que te estoy invitando- te dice y me dice y nos dice a todos Jesús- fija su mirada en ti, te encuentras entre aquellos que le escuchaban y apretujaban en uno de esos lugares que él buscaba para hablarles. Y este lugar tenía que ser delicioso, hermoso, puede ser en la orilla del mar, en la ladera de la montaña, desde la barca: “el que quiera venirse conmigo,…

Supliquemos con san Ignacio que no seamos sordos a su llamamiento. Que nos llama a seguirle, a un ideal de santidad admirable, incomparable ¿Qué menos bueno puede querer Él para nosotros, para cada uno? “Señor, que no sea sordo a tu llamamiento, quiero seguirte aunque veo que no es nada fácil por lo que me sigues diciendo.

2º.- Ahora me das el precio de tu seguimiento: que me niegue a mi mismo, cargue con mi cruz y te siga. No es nada cómodo, es exigente, eres exigente y a pesar de serlo, ¿por qué tienes tantos que te siguen? Tantos que te han seguido durante tantos siglos, tantos que han dado la vida, se han expatriado, se lo han jugado todo, han apostado por Ti. ¿Qué tienes? ¿Qué nos ofreces? Sería el tercer punto de esta meditación, pero antes quiero que me fascines, me enamores, me cautives de tal forma que nada ni nadie me pueda separar pues lo que me das, nadie me lo puede dar.

3º.- “Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que la pierda por mí y por el Evangelio la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?” Aquí Jesús parece que nos invita al subir bajando, al gana-pierde que tanto nos hablaba Abelardo. Algo que el mundo no comprende y menos este mundo y esta época descreída y malvada. Parece que hablaba en lenguaje actual, para nuestra época y nuestro mundo.

Señor, te he buscado en este rato de oración, me he encontrado contigo. He escuchado tu llamamiento de nuevo más fuerte cada vez que lo medito. Pareciera como si me lo dijeras mirándome y tu mirada, como dice san Juan de la Cruz es de amor y me has arrancado un sí del fondo del corazón. Sí con mi cruz que es la tuya, quiero pasar por la vida que me regalas de ternura y amor y cuánto me gustaría que todos, muchos te siguieran este ideal de santidad en medio del mundo, tan actual y necesario para los hombres que has depositado en tu Milicia-Cruzada. Que Santa María nos lo conceda. AMEN.

16/2/2012, Jueves de la sexta semana de Tiempo Ordinario

Lectura de la carta del apóstol (Santiago 2, 1 9)

Hermanos míos, no juntéis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con el favoritismo. Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Veis al bien vestido y le decís: «Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.» Al pobre, en cambio: «Estate ahí de pie o siéntate en el suelo. » Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos? Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman? Vosotros, en cambio, habéis afrentado al pobre. Y, sin embargo, ¿no son los ricos los que os tratan con despotismo y los que os arrastran a los tribunales? ¿No son ellos los que denigran ese nombre tan hermoso que os impusieron? ¿Cumplís la ley soberana que enuncia la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo?» Perfectamente. Pero, si mostráis favoritismos, cometéis un pecado y la ley prueba vuestro delito.

Salmo responsorial (Sal 33, 2 3. 4 5. 6 7)
R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8, 27-33)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos: -«¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos le contestaron: -«Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas. » Él les preguntó: -«Y vosotros, ¿quién decís que soy?» Pedro le contestó: -«Tú eres el Mesías.» Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: -«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: -«¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios! »

16 febrero 2012. Jueves de la sexta semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Petición: Señor, dame un corazón pobre.

Ideas: La carta del apóstol Santiago es de una actualidad impresionante. Uno no puede menos que leerlo y pensar que hoy, como ayer, hay favoritismos con los ricos y se machaca a los pobres. Que los poderosos de este mundo llegan a imponer su propia ley. Que en todos los ámbitos el dinero abre muchas puertas... pero que todo eso no tiene nada que ver con el estilo de Dios.

Porque, como nos dice el salmo, si el pobre, el que está afligido, invoca al Señor, Dios lo escucha.

Y es que no acabamos de creernos que los preferidos de Dios son los pobres. Son las prostitutas, los borrachos, los drogadictos, los cobardes... son todos esos que necesitan más amor. Y Dios sigue rechazando a quien se vanagloria en su poder, en su dinero, en sus talentos, en su fortaleza.

Dios hace las cosas con otro estilo.

Es un mesías, sí. Pero ser mesías implica que tiene que padecer y que van a ejecutarlo. Implica ser radicalmente pobre.

Y como su estilo es distinto al nuestro, Pedro, representando nuestro sentido común, se pone a corregirlo y a decirle que ha de ser de otra forma, que la evangelización debe ser mucho más razonable. Que habrá que contar también con los poderosos de cada tiempo. Del suyo y del nuestro.

Pero Cristo sabe que ese no es el estilo de Dios, sino el del mundo, el de Satanás. Que Pedro piensa como los hombres y no como Dios.

Oramos: Debo darle muchas vueltas a esto para que no se me pegue el estilo del mundo. Porque, ¿no me pasará también a mí que prefiero ser poderoso, tener dinero, evangelizar por los medios de la persuasión terrenal? Y corro el riesgo de que ese camino me aleje de Dios.

No, Señor, yo también quiero ser pobre, pequeño, humilde. Como nos enseñó Abelardo, quiero presentarme ante ti con mis manos vacías, para que tú las llenes con tu misericordia, con tu amor, con tus llagas.

Y repito despacio el salmo entero 'Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha'.

Escúchame, Dios mío, en mi pequeñez, en mis necesidades, en mi pobreza. Mira mis miserias, es lo que puedo ofrecerte.

Y siento como Dios me invita a dejar de mirarme a mí mismo, incluso a mis pecados, y a mirarle sólo a él. Porque el verdadero pobre de espíritu es el que ha puesto su mirada sólo en Dios. Y contempla su rostro, y queda radiante.

Coloquio final: Hablo con el Padre, como hacía Jesús. Te bendigo, Padre, porque has revelado estas cosas a los pequeños de la tierra y se las has escondido a los grandes y sabios.

Termino rezando un Padre Nuestro.

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