En el evangelio de hoy vemos como Jesús se ha retirado a un territorio pagano (los confines de Tiro).
a. La intención del Señor no es apostólica, ni misional…
b. El Señor busca la soledad, la quietud, la tranquilidad…
c. Quizás desea estar a solas, en un lugar tranquilo, con sus discípulos, para descansar…, o para seguir con la formación de los más íntimos…
d. Lo cierto es, que va a ser reconocido por una mujer del lugar, que tiene necesidad de un milagro…
e. ¿Cómo se enteró quien era? ¿Cómo supo ella? No consta en el texto, pero lo cierto es que lo reconoció, y le pidió que se apiadara de su hija, poseída por el demonio…
2. Si nos fijamos en esta mujer y oramos sobre sus actitudes, quizás podamos sacar alguna lección para nuestra vida cristiana:
a. Esta mujer revela su problema:
i. De seguro que tendría otros problemas.., pero todos le parecerían menores ante este de su hija…
ii. Para un padre o una madre, todos los problemas son pequeños, cuando los hijos estén en juego.
iii. Su hija era gravemente atormentada por un demonio. De todos los males, el peor… ¡Qué importante es que oremos por la protección de los miembros de la familia contra los ataques del demonio…!
b. Esta mujer persevera en la petición:
i. Persevera no solo por necesidad.., sino también por Fe.
1. Creyó que Jesús era el hijo de David (Mt.15,22).
2. Le llamó Señor, ¿creyó en su deidad…?
3. Creyó en su poder para contestar a su petición insistente…
ii. Persevera a pesar de las dificultades:
1. Jesús no contestó al principio…
2. Los discípulos querían que la despidiera…
3. El Señor la prueba con sus palabras…
c. Esta mujer alcanza el milagro:
i. Si grande fue su perseverancia.., mayor fue su humildad en la aceptación de las palabras de Cristo, respondiendo: “También los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños”.
ii. Si grande fue la prueba.., mayor fue el milagro… Jesús obra el milagro a distancia, como en el caso del siervo del centurión (Mt.8,5-13).
3. ¡Qué ejemplo para todos nosotros, que también tenemos una familia, unos hijos, unos hermanos, unos amigos con necesidad de ser curados por Cristo, ya sea en lo físico, como en lo espiritual…
a. Cuanto más estrecho es el vínculo que nos une con el prójimo, más intensa es nuestra petición y súplica por sus necesidades…
b. Pidamos al Señor que estemos unidos unos a otros, como lo estaba esta madre con su hija…