1/5/2016, Domingo de la sexta semana de Pascua (Ciclo C)

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15, 1-2. 22-29)
En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud.»
Salmo responsorial (Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8)
R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. 
R.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. 
R.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. 
R.
Lectura del libro del Apocalipsis (21, 10-14. 21-23)
El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.
Lectura del santo evangelio según san Juan (14, 23-29)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

1 maryo 2016. Domingo de la sexta semana de Pascua (Ciclo C) – Puntos de oración

Comenzamos el mes de mayo, dedicado en la piedad popular a la Virgen María. El tiempo primaveral se compagina con esta devoción a la Madre de Dios: en el mes de las flores miramos y honramos a María como “la flor más hermosa que ha brotado de la creación, la ‘rosa’ que apareció en la plenitud de los tiempos, cuando Dios, enviando a su Hijo, dio al mundo una nueva primavera” (Benedicto XVI). Para nosotros, miembros del movimiento de Santa María, es un tiempo de “campaña”, de acercar a nuestros hermanos a Jesucristo por medio de su Madre, sembrando sus virtudes en nuestros ambientes de vida y hablando de Ella siempre que podamos.
Para nuestra oración, podemos ver cómo la Palabra del Evangelio se puede aplicar en sumo grado a la Virgen María:
-“El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él”. María es la primera y la más perfecta discípula de Jesús. Ella fue la primera que guardó plenamente la palabra de su Hijo; discípula antes que Madre, Madre porque fue discípula, sierva humilde y obediente que acogió en la Anunciación la voluntad del Padre: “Hágase en mí según tu Palabra”. Por esto Dios Padre la amó y en ella puso su morada la Santísima Trinidad. Saludamos a la Virgen con estos tres títulos sublimes: “Dios te salve, maría, Hija predilecta de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios, Espíritu Santo”.
-“El Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”. También estas palabras nos llevan a María, que guardaba en su corazón las palabras de Dios y las meditaba asiduamente. Ese Corazón Inmaculado, templo del Espíritu Santo, daba vueltas a todo lo que Jesús decía y hacía, y así es modelo para nosotros que necesitamos escuchar la Palabra de Dios y aplicarla fielmente a nuestra vida. Pidamos esa docilidad al Espíritu Santo que la Virgen, mujer del silencio y de la escucha, contagia a los que le piden cobijo en su Corazón de Madre.

A la luz del Evangelio de este Domingo de Pascua, vivamos este mes de la Virgen poniéndonos a la escucha de la Palabra de Jesús para guardarla en nuestros corazones, meditarla y ponerla por obra a imitación de María. Así seremos, como Ella morada de la Trinidad, dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo, y nuestra vida será fuente para saciar la sed de Dios en el desierto que nos rodea, y nuestras obras serán luz para iluminar las tinieblas que envuelven a tantos hermanos nuestros.

30/4/2016, Sábado de la quinta semana de Pascua

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16, 1-10)
En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de un griego y de una judía creyente. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso llevárselo y lo circuncidó, por consideración a los judíos de la región, pues todos sabían que su padre era griego. Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día. Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a la frontera de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Troas. Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Ven a Macedonia y ayúdanos.» Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.
Salmo responsorial (Sal 99, 1-2. 3-5)
R. Aclama al Señor, tierra entera
Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. 
R.
Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. 
R.
El Señor es bueno, su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Juan (15, 18-21)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra." Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.»

30 abril 2016. Sábado de la quinta semana de Pascua – Puntos de oración

Iniciamos nuestra oración: ofreciendo la jornada,  invocando al Espíritu Santo, pidiendo  ayuda a la Madre y la intercesión de san José. 
Vamos con ilusión a meditar la “palabra de Dios”. Dice Juan de Ávila  que esta constituye  “un escudo de la fe” “en el cual podáis apagar todas las lanzadas encendidas con fuego” (Ef 6,10-11). Las lanzadas encendidas con fuego que a lo largo de la jornada el demonio y la mundanidad nos arrojan.
Preparamos nuestra alma con la oración y continuamos durante la jornada con la jaculatoria, formando ambas el escudo donde la lanzada encendida se apaga. 
En la primera lectura,  Pablo nos muestra el itinerario de la evangelización: recorre pueblos, acoge discípulos, se deja ayudar por ellos, los trata como hermanos (Timoteo), se deja llevar por el Espíritu (“pasa a Macedonia y ayúdanos”). 
Hoy el Espíritu también nos llama a evangelizar, a predicar la palabra del Señor. Algunos los envía a lejanas tierras .A la mayoría de los laicos nos manda a evangelizar nuestra cultura cercana. Si estuviéramos atentos al Paráclito, en sueños escucharíamos: “pasa al mundo de la política y ayúdanos” “pasa al mundo del teatro y ayúdanos” “pasa al mundo de las finanzas y ayúdanos”… al de la educación, al del cine, al de la familia…”.Esa es tu Macedonia, tu día a día, el ambiente cercano en el que estás inmerso.
Pablo ha vuelto de Jerusalén y allí el Espíritu se ha inclinado por los partidarios de la apertura a los gentiles, frente a los “cerrados” (terminología del Papa Francisco).   Nosotros repetimos la historia, en nuestro tiempo. El Paráclito nos manda a buscar a los hombres a las fronteras, a abrirnos a los que huyen.
Hoy nuestros coetáneos se alejan del púlpito, de la predicación moral, del dogma. Ahora bien, ¿cuántos de ellos tienen un corazón dispuesto a percibir los valores del evangelio: misericordia, justicia, verdad, caridad, fe, humildad…?
Nosotros tenemos la obligación de ofrecer estos valores a nuestros contemporáneos. “Las palabras convencen, los ejemplos arrastran”, nos repetía con insistencia nuestro padre Morales.
El Salmo es continuidad con respecto a la primera lectura. “Aclama al Señor, tierra entera”. La “tierra entera” son hoy estas realidades que queremos evangelizar.

Acabemos nuestras reflexiones con un coloquio con Jesús resucitado.  San Ignacio nos lo precisa: “el coloquio se hace, propiamente hablando, así como un amigo habla a otro, o un siervo a su señor: cuándo pidiendo alguna gracia, cuándo culpándose por algún mal hecho, cuándo comunicando sus cosas y queriendo consejo en ellas. Y decir un Pater noster”.

29/4/2016, Santa Catalina de Siena

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1, 5-2, 2)
Queridos hermanos: Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. Sí decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Salmo responsorial (Sal 102, 1-2. 3-4. 8-9. 13-14. 17-18a)
R. Bendice, alma mía, al Señor.
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. 
R.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades,
él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. 
R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. 
R.
Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro. 
R.
Pero la misericordia del Señor dura siempre, su justicia pasa de hijos a nietos,
para los que guardan la alianza. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11, 25-30)

En aquel tiempo, exclamó Jesús: -«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mí yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

29 abril 2016. Santa Catalina de Siena – Puntos de oración

Jesús exclama. Con sus palabras y su forma de hablar nos muestra que vive cada momento con intensidad; no deja pasar las horas sin sentirlas. Es Hombre de sentimientos profundos: Él observa y mira con ternura; Él habla con pasión y con razón; Él exclama, goza, sufre, ama...
Imitémosle.
Sus palabras se convierten en oración dirigida al Padre, y una vez que todo estuvo cumplido, la oración fue de acción de gracias.
Démosle gracias.
Démosle gracias por todo; fijémonos y fiémonos siempre de la actuación de Dios, porque “así le ha parecido mejor”; dejémonos moldear por la voluntad del Padre, Él es quien mejor nos conoce y sabe lo que necesitamos, sabe que le necesitamos: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”
Escuchémosle.

Cercanos a entrar en el mes de María, pidámosle sencillez y humildad para escuchar la Palabra que el Señor nos tiene preparada.

28/4/2016, Jueves de la quinta semana de Pascua

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15, 7-21)
En aquellos días, después de una fuerte discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros: -«Hermanos, desde los primeros días, como sabéis, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca el mensaje del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, mostró su aprobación dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué provocáis a Dios ahora, imponiendo a esos discípulos una carga que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús. » Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron, Santiago resumió la discusión, diciendo: - «Escuchadme, hermanos: Simón ha contado la primera intervención de Dios para escogerse un pueblo entre los gentiles. Esto responde a lo que dijeron los profetas: "Después volveré para levantar de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie, para que los demás hombres busquen al Señor, y todos los gentiles que llevarán mi nombre: lo dice el Señor, que lo anunció desde antiguo." Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que no se contaminen con la idolatría ni con la fornicación y que no coman sangre ni animales estrangulados. Porque durante muchas generaciones, en la sinagoga de cada ciudad, han leído a Moisés todos los sábados y lo han explicado.»
Salmo responsorial (Sal 95, 1-2a. 2b-3. 10)
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. 
R.
Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. 
R.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» 
R.
Lectura del santo evangelio según san Juan (15, 9-11)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.»

28 abril 2016. Jueves de la quinta semana de Pascua – Puntos de oración

La fiesta de la Pascua es tan importante que la Iglesia ha destinado 50 días para celebrar este día, por ello en este jueves de la 5ª semana de pascua seguimos pendientes de Jesús resucitado. Iniciamos nuestra oración poniéndonos en la presencia de Jesús resucitado; sentimos la presencia de este Señor que nos quiere tanto que ha muerto por nosotros. Podría habernos salvado de muchas formas, pero ha decidido hacerlo de esta manera.
¿Dios puede sufrir? ¿Dios puede alegrarse y gozar? Son preguntas que las dejamos a los teólogos que las resuelvan, si pueden. Lo cierto es que nosotros hemos visto sufrir a Dios en la pasión y alegrarse un montón en la pascua. A lo mejor, no es tan malo el sufrimiento, como pensamos. Es posible que sea una forma de manifestar el amor. Lo que sí es cierto es que si permanecemos en el amor de Dios, la alegría permanece en nosotros; esta alegría no es la que brota de unas copas de más, ni siquiera de un chiste bien contado: esta alegría nace de permanecer en el amor de Dios. Por tanto si quieres estar alegre, debes permanecer en la gracia de Dios y en su amor.
Por otra parte el fuego del amor debe alimentarse y extenderse: la narración que nos hacen los hechos de los apóstoles en el texto de hoy es maravilloso: Todos los apóstoles y discípulos estaban maravillados de cómo se extendía la Palabra de Dios entre los gentiles y varios de ellos animan a desprenderse de una ley creada por los hombres para recubrirse de la nueva Ley traída por Cristo. El Espíritu Santo mueve la iglesia desde el principio como la mueve hoy también. La iglesia que funda Jesús, la que vemos en Los hechos de los apóstoles es la misma que vemos hoy; que tiene sus deficiencias y pecados, igual que los tenía en los primeros siglos, pero es la iglesia de Jesucristo. Desde la Milicia seguimos manifestando nuestra fe sincera y profunda en esta iglesia; con el Papa al frente y con nuestros obispos. Hoy se ataca a la Iglesia de una forma especial en todos los frentes: son necesarios cristianos fuertes que la apoyen y la defiendan en toda situación y momento.

Terminamos nuestra oración con una petición a la Virgen para que siga protegiendo a su Iglesia, la siga alimentando y animando.

27/4/2016, Miércoles de la quinta semana de Pascua

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15, 1-6)
En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. La Iglesia los proveyó para el viaje; atravesaron Fenicia y Samaria, contando a los hermanos cómo se convertían los gentiles y alegrándolos mucho con la noticia. Al llegar a Jerusalén, la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros los recibieron muy bien; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, intervinieron, diciendo: - «Hay que circuncidarlos y exigirles que guarden la ley de Moisés.» Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.
Salmo responsorial (Sal 121, 1-2. 4-5)
R. Vamos alegres a la casa del Señor
¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. 
R.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Juan (15, 1-8)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Corno el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, corno el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

27 abril 2016. Miércoles de la quinta semana de Pascua – Puntos de oración

La oración de hoy podíamos comenzarla cantando interiormente esa canción, que todos hemos escuchado alguna vez, y cuya letra os copio a continuación...

Como el Padre me amó
yo os he amado.
Permaneced en mi amor,
permaneced en mi amor. (bis)
Si guardáis mis palabras
y como hermanos os amáis,
compartiréis con alegría
el don de la fraternidad.
Si os ponéis en camino
sirviendo siempre a la verdad,
fruto daréis en abundancia;
mi amor se manifestará. 
No veréis amor tan grande
como aquél que os mostré.
Yo doy la vida por vosotros,
amad como yo os amé.
Si hacéis lo que os mando
y os queréis de corazón,
compartiréis mi pleno gozo
de amar como Él me amó.
¡Qué bien está resumido el deseo de Dios con todos nosotros en su estribillo: "Permaneced en mi amor...!" ¡Si por Dios fuera, nadie se quedaría fuera del mismo.., pero el Señor se ve obligado constantemente a salir en nuestra búsqueda y captura...
¿Por qué huimos del Amor de Dios? ¿Nunca te has hecho esta pregunta..? Yo te invito hoy a que te la hagas en tu oración personal, para que veas hasta que punto somos inconscientes del Amor que Dios nos tiene...
¿Te has dado cuenta de que todo en el evangelio de este día son promesas, si permanecemos en su amor.., y todo son desgracias, si nos salimos del mismo..? Repasémoslas para percatarnos:
Desgracia: "A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca,
Promesa: y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Promesa: Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Desgracia: Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Promesa: Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;
Desgracia: porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Promesa: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».
Empezábamos nuestra oración con una canción y, me gustaría terminarla con una invocación... No es mía, pero reza así:
En medio del hambre y la guerra
CELEBRAMOS LA PROMESA DE ABUNDANCIA Y PAZ
En medio de la opresión y el autoritarismo
CELEBRAMOS LA PROMESA DE SERVICIO Y LIBERTAD
En medio de la duda y la desesperación
CELEBRAMOS LA PROMESA DE FE Y ESPERANZA
En medio del odio y la muerte
CELEBRAMOS LA PROMESA DE AMOR Y VIDA
En medio del pecado y la ruina
CELEBRAMOS LA PROMESA DE SALVACIÓN Y RENOVACIÓN. 
En medio de la muerte que nos rodea

CELEBRAMOS LA PROMESA DEL CRISTO VIVO.  Que así sea...

26/4/2016, San Isidoro de Sevilla

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2, 1-10)
Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman.» Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu. El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.
Salmo responsorial (Sal 118, 99-100. 101-102. 103-104)
R. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.
Soy más docto que todos mis maestros, porque medito tus preceptos.
Soy más sagaz que los ancianos, porque cumplo tus leyes. 
R.
Aparto mí pie de toda senda mala, para guardar tu palabra;
no me aparto de tus mandamientos, porque tú me has instruido. 
R.
¡Qué dulce al paladar tu promesa: más que miel en la boca!
Considero tus decretos, y odio el camino de la mentira. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5, 13-16)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»

26 abril 2016. San Isidoro de Sevilla – Puntos de oración

Mt 5, 13 – 16
Al iniciar la oración es conveniente comenzarla con una cierta preparación externa que nos llevará a la actitud interna del conocimiento del Señor, siendo consciente de qué es lo que voy hacer y ante quién lo voy hacer.
Cuando Jesús propone a sus oyentes la doble metáfora de la sal y la luz, lo hace a un mundo en que la sal y la luz tenían un carácter más valioso de lo que puede serlo en nuestro tiempo. Además con esta doble comparación sobre la sal y la luz es el símbolo de lo que debe ser un cristiano entre los hombres.
La sal. Es un elemento que define muy bien la identidad del cristiano: sirve para conservar, para preservar los alimentos, para limpiar, para sazonar y dar el punto a lo que comemos, son múltiples características de la sal que el bautizado debe intentar realizar. En este rato de oración nos podemos quedar únicamente con esa capacidad de la sal de sazonar y dar el punto a nuestra comida y que todos hemos echado alguna vez de menos; la sal es algo secundario y barato, hace que la comida más sabrosa se vuelva insípida si falta.
La luz. Para entender lo que quiere Jesús simbolizar con la luz, nos debemos imaginar lo que sienten los marineros cuando están perdidos en la oscuridad de la noche y descubren a lo lejos los destellos de la luz de un faro. Hoy muchos líderes de opinión dicen que estamos en un recodo de la historia, que nuestra sociedad está desorientada, a oscuras.
Hoy la Iglesia nos está pidiendo a todos los bautizados que seamos capaces en nuestra vida cotidiana de ser sal y dar luz a nuestros hermanos que nos rodean. La sal no es para encerrarla en un recipiente, por muy importante y valioso que este pueda ser, sino para sazonar y poner a punto la vida de los hombres; la luz no es para guardarla debajo del celemín sino para que ilumine a todos los que están en casa.
¿Cómo podemos hoy ser sal de la tierra y luz del mundo? Viviendo las virtudes de generosidad y entrega y el cumplimiento del deber en los pequeños detalles; cuando damos testimonio de nuestra fe hablando de Dios, de Cristo, de nuestra Madre la Virgen María y siendo misericordioso con todos y especialmente con aquellos que no empatizan conmigo.

Terminar la oración con una acción de gracias por la confianza que Jesús resucitado ha puesto en nosotros de hacernos sal de la tierra y luz del mundo y una súplica de que no nos falte nunca su luz y su fuerza. 

25/4/2016, San Marcos evangelista

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (5, 5b-14)
Queridos hermanos: Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que, a su tiempo, os ensalce. Descargad en él todo vuestro agobio, que él se interesa por vosotros. Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero pasan por los mismos sufrimientos. Tras un breve padecer, el mismo Dios de toda gracia, que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os restablecerá, os afianzará, os robustecerá. Suyo es el poder por los siglos. Amén. Os he escrito esta breve carta por mano de Silvano, al que tengo por hermano fiel, para exhortaros y atestiguaros que ésta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos en ella. Os saluda la comunidad de Babilonia, y también Marcos, mi hijo. Saludaos entre vosotros con el beso del amor fraterno. Paz a todos vosotros, los cristianos.
Salmo responsorial (Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17)
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» 
R.
El cielo proclama tus maravillas, Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos? 
R.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (16, 15-20)

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: -«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

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