29 de octubre de 2022, sábado de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (1, 18b-26)

Hermanos:

De la manera que sea, con hipocresía o con sinceridad, se anuncia a Cristo, y yo me alegro; y seguiré alegrándome. Porque sé que esto será para mi bien, gracias a vuestras oraciones y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo. Lo espero con impaciencia, porque en ningún caso me veré defraudado, al contrario, ahora, como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte.

Para mi la vida es Cristo, y el morir una ganancia. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.

Me encuentro en este dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a vuestro lado, para vuestro progreso en la alegría y en la fe, de modo que el orgullo que en Cristo Jesús sentís rebose cuando me encuentre de nuevo entre vosotros.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 41, 2. 3. 5bcd
R.
Mi alma tiene sed del Dios vivo.

Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío.
R.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
R.

Cómo entraba en el recinto santo,
cómo avanzaba hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (14, 1. 7-11)

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos le estaban espiando.

Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola:

«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te diga:

“Cédele el puesto a este”.

Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.

Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:

“Amigo, sube más arriba”.

Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.

Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor. 

29 octubre 2022, sábado de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

“Todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Lc 14,11). Hoy Jesús nos da una lección vital para la vida, la necesidad de ser humildes. Vivimos en una sociedad donde toda clase de medios de comunicación nos bombardean cada día con cientos de informaciones, que acaparan la mayoría de nuestro tiempo y energía casi sin darnos cuenta. Y es que abundan en los medios y redes sociales tanta y tanta gente que busca popularidad y reconocimiento, sin haber hecho nada especialmente significativo, que resulta desolador.

Necesitamos referentes de verdad, y Jesús lo es con mayúsculas. ¡Qué importante es la responsabilidad y el esfuerzo en lo cotidiano fuera de cámaras (“espiritualidad de Nazaret”), la paciencia para recoger los frutos cuando vengan, el buscar lo mejor para los demás (“campaña de la Visitación”)! En resumen: “Subir bajando”, como nos decía nuestro querido Abelardo de Armas, o como dice también Jesús: "Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos" (Mc 9,35). 

Viernes, 28 de octubre de 2022. San Simón y san Judas, apóstoles

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,19-22)

Hermanos:

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.

Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 18, 2-3. 4-5
R.
A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (6, 12-19)

En aquellos días, tiempo, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Después de bajar con ellos, se paró en una llanura, con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.

Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Palabra del Señor. 

Viernes, 28 octubre 2022. San Simón y san Judas, apóstoles. Puntos de oración

El Señor se retira a orar, deja lo que está haciendo para dirigirse a Dios Padre. En este momento de mi oración me pongo ante Ti, Señor, con la conciencia plena de que es realmente lo más importante que tengo que hacer ahora. Probablemente no podré apartar de mi mente mis preocupaciones, por eso te presento todo lo que soy. En esta disposición, me pongo a orar. 

Y escucho que me llamas por mi nombre para seguirte, como hiciste con cada uno de los apóstoles. Me sobrecoge sentirme elegido y saber que el Señor quiere acompañarme en cada momento de mi vida. Seguirte implica dejarte ser nuestro guía y acompañante, nuestro aliento y escudo. Me emociona sentir tu mirada que me busca y que me encuentra, esa mirada llena de amor y misericordia, esa mirada que cuando se cruza con la mía hace que de un vuelco el corazón. "Me has seducido Señor, con tu mirada, me has hablado al corazón y me has querido. Es imposible conocerte y no amarte, es imposible amarte y no seguirte, me has seducido Señor".

Gracias Señor por contar conmigo, gracias por tu amor incondicional, gracias por llamarme una y otra vez para ser tu apóstol y poder ser instrumento tuyo en medio del mundo para hacer realidad el Reino. 

27 de octubre de 2022, jueves de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (6, 10-20)

Hermanos:

Buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Poneos las armas de Dios, para poder aguantar las asechanzas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos del aire.

Por eso, tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz. Embrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.

Siempre en oración y súplica, orad en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con constancia, por todos los santos. Pedid también por mí, para que Dios abra mi boca y me conceda palabras que anuncien sin temor el misterio contenido en el Evangelio, del que soy embajador en cadenas, y tenga valor para hablar de él como debo.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 143, 1. 2. 9-10
R.
¡Bendito el Señor, mi alcázar!

Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea.
R.

Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.
R.

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 31-35)

En aquel día, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús: «Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte». Jesús les dijo:

«Id y decid a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día quedará consumada.

Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!

Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido.

Mirad, vuestra casa va a ser abandonada.

Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”».

Palabra del Señor.

27 octubre 2022, jueves de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Hoy es la lectura de Pablo en su carta a los Efesios la que nos ofrece una reflexión para nuestra oración.

Muchas veces la Sagrada Escritura utiliza la metáfora de la guerra y de la lucha para hablar de nuestra vida en el mundo. 

En primer lugar, nos evita una tentación: nunca venceremos apoyados en nuestras fuerzas. Pablo lo deja muy claro: “Buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Poneos las armas de Dios…”.

Porque nuestra lucha principal es contra el que busca por encima de todo nuestro mal, contra el diablo: “nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas”.

Pablo nos da un consejo que tenemos que meditar: “…Tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas”.

¿Cuáles son las armas de Dios, las que nos aconsejar llevar con nosotros? Voy a enumerarlas según él mismo lo ha dejado escrito, subrayando las palabras clave: “Ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz. Embrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios”.

Repasemos, despacio ante el Señor, esta lista de virtudes y de auxilios que Dios nos da para el combate de nuestra vocación.

26 de octubre de 2022, miércoles de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (6, 1-9)

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque eso es justo.

«Honra a tu padre y a tu madre» es el primer mandamiento al que se añade una promesa: «Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra».

Padres, no exasperéis a vuestros hijos; criadlos educándolos y corrigiéndolos según el Señor.

Esclavos, obedeced a vuestros amos de la tierra con respeto y temor y temblor, con la sencillez de vuestro corazón, como a Cristo. No por las apariencias, para quedar bien ante los hombres, sino como esclavos de Cristo que hacen, de corazón, lo que Dios quiere, de buena gana, como quien sirve al Señor y no a hombres. Sabed que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre se lo pagará el Señor.

Amos, comportaos también vosotros del mismo modo, dejándoos de amenazas; sabéis que ellos y vosotros tenéis un amo en el cielo y que ese no es parcial con nadie.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 144, 10-11. 12-13ab. 13cd-14
R.
El Señor es fiel a sus palabras.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.
R.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
R.

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 22-30)

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.

Uno le preguntó:

«Señor, ¿son pocos los que se salven?».

Él les dijo:

«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:

“Señor, ábrenos”; pero él os dirá:

“No sé quiénes sois”.

Entonces comenzaréis a decir:

“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.

Pero él os dirá:

“No sé de donde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.

Así será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Palabra del Señor. 

26 octubre 2022, miércoles de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Antes de comenzar con la reflexión del evangelio, me gustaría hacer hincapié en esta frase: “Somos creados para amar y creados por amor”. Esto nos hace sentirnos hijos amados por Dios.

Seguir a Cristo no es tarea sencilla, requiere de renuncias, discernimientos, cambio de prioridades…. El proceso de encontrarse con Dios en el día a día exige de confianza y sencillez.

Cuando uno confía y sabe que los planes del Señor no son nuestros planes, es entonces cuando uno se hace humilde y lo deja todo en manos de Dios.

Decía Ignacio de Loyola: “No el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar de las cosas internamente”.

Con esta acepción podemos establecer una similitud con uno de los actos que suceden en este pasaje, la entrada por la puerta estrecha.

El Señor nos está continuamente invitando a hacer las cosas de la manera más sencilla (que no significa pobre), humilde y entregada posible. Esto consiste en empequeñecerse, en saber decir pequeños noes para poder decir un gran SÍ a Cristo.

Este aprendizaje nos lo transmitió de manera fructífera Abelardo de Armas, cuando hizo alusión a las manos vacías, llegar al cielo pudiendo haber sido los últimos, pero realmente siendo los primeros en su Reino. 

25 de octubre de 2022, martes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5, 21-33)

Hermanos:

Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo: las mujeres, a sus maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a si mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.

Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

«Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne».

Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

En una palabra, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete al marido.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 127, 1-2. 3. 4-5
R.
Dichosos los que temen al Señor.

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
R.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
R.

Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 18-21)

En aquel tiempo, decía Jesús:

«¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?

Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».

Y dijo de nuevo:

«¿A qué compararé el reino de Dios?

Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

Palabra del Señor. 

25 octubre 2022, martes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Hoy podemos recordar lo que el Señor nos habla acerca de la humidad y el empleo de nuestra voluntad para permitir y colaborar con el crecimiento del reino de Dios, tanto en nuestra vida como para que también se transmita a los demás.

Es de notar que nuestra colaboración es como ese granito de mostaza que, a simple vista, parece ser insignificante o muy limitado, lo cual es un reflejo de nuestras limitaciones, miserias y pobrezas. Pero es el Señor, el Dueño de todo, el que nos fortalece, nos llena de Sus dones, y quiere que Su reino se siga expandiendo más en nosotros mismos y así se siga extendiendo en nuestras familias, con nuestros compañeros y con todo el mundo.

El señor es el reino de Dios, el Corazón de Jesús y María son los que quieren reinar en nuestros corazones y en nuestras vidas. Pero si en medio de nuestra agitada vida no le abrimos, aunque sea un pequeño espacio, difícilmente ese reino de Dios podrá dar frutos en nosotros y los demás. El reino de Dios es como una gran familia que llega a ser tan grande “que puede haber muchos nidos” en los cuales más personas se sientan acogidas y atraídas por el amor misericordioso de nuestro Dios, nuestra Madre la Virgen y el amparo de la Iglesia.

Pensemos por ejemplo en nuestro Movimiento o nuestros grupos en los cuales estamos participando. Que el Señor y nuestra Madre nos concedan la gracia de poder estar atentos a las mociones y acción del Espíritu Santo en nuestros días y así podamos por lo menos intentar ser esa levadura de Dios que sea suficiente para “fermentar toda la masa”.

Como decía el padre Morales: ser como fermentos metidos en medio del mundo que aunque pasen desapercibidos sean capaces de llevar el Espíritu Santo a los demás en esta Campaña de la Visitación. 

24 de octubre de 2022, lunes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. San Antonio María Claret, obispo

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 32-5, 8 (4, 32-5 8)

Hermanos:

Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.

Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.

De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de santos. Tampoco vulgaridades, estupideces o frases de doble sentido; todo eso está fuera de lugar. Lo vuestro es alabar a Dios. Tened entendido que nadie que se da a la fornicación, a la impureza o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios.

Que nadie os engañe con argumentos falaces; estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. No tengáis parte con ellos. Antes sí erais tinieblas, pero ahora, sois luz por el Señor.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
R.
Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos.

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
R.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
R.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 10-17)

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.

Había una mujer que desde hacia dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar. de ningún modo.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo:

«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».

Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:

«Hay seis días tenéis para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días, y no en sábado».

Pero el Señor le respondió y dijo:

«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y lo lleva a abrevar?

Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?»

A decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.

Palabra del Señor.

24 octubre 2022, lunes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. San Antonio María Claret, obispo. Puntos de oración

Para orar con las lecturas de hoy, basta con acogerlas como hijos, con la confianza infinita en el Padre. Esto nos permitiría leerlas de corazón, no como ya sabidas. No obstante, quizá no nos resulte fácil acercarnos de esta manera…

Vamos por párrafos en la primera lectura:

1.     Todo bien: ser buenos… Quizá ya lo del perdón… Pero lo compramos sin problema.

2.     La cosa, si se toma en serio, va in crescendo: Ser imitadores de Dios…, vivir como hijos… vivir en el amor como Cristo nos amó…, como se entregó a Dios como oblación y víctima de suave olor. ¡Uff!

3.     Pero ya lo malo es si nos vemos retratados en algunas de las pinceladas que apunta Pablo. Y aún peor si es alguno de nuestros pecados confesados habitualmente. 

Es posible que, a estas alturas de la oración, o hayamos puesto el chip de la reinterpretación, de la auto-justificación, para poder seguir adelante con una mínima tranquilidad interior, o nos veamos aplastados por el peso de la culpabilidad y turbados por el vértigo de nuestra fragilidad o pecado.

Y aquí entra el evangelio del día: ¿no será el jefe de la sinagoga, hipócrita, fariseo, un retrato de nuestra práctica habitual de la fe? ¿No cargaremos tintas, de normal, demasiado en la curvatura o rectitud exterior de nuestra vida (o de los demás), desde una visión moralista de la religión? Cuando el Señor nos concede luz para ver nuestra pobreza (esa mujer encorvada desde hace años), la tentación es tirar la toalla con nosotros mismos. ¡Cuántas veces no le permitimos al Amor incondicional del Señor recomenzar con nosotros de nuevo!

Sin embargo, Jesús tiene una mirada muy distinta sobre esa mujer enferma (ve con compasión, sin juzgar, y desea sanarla). Su mirada re-educa la nuestra. Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y lo lleva a abrevar? […] Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?

Santa María, Madre buena, concédenos la gracia de un corazón de carne, cambia nuestro corazón rígido de piedra. Ayúdanos a pasar de una religión de moralina, a una fe y un amor encarnado, como la de tu Hijo, hijos en el Hijo.

23 de octubre de 2022, domingo de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (35, 12-14. 16-19a)

El Señor es juez, y para él no cuenta el prestigio de las personas.

Para él no hay acepción de personas en perjuicio del pobre, sino que escucha la oración del oprimido.

No desdeña la súplica del huérfano, ni a la viuda cuando se desahoga en su lamento.

Quien sirve de buena gana, es bien aceptado, y su plegaria sube hasta las nubes.

La oración del humilde atraviesa las nubes, y no se detiene hasta que alcanza su destino.

No desiste hasta que el Altísimo lo atiende, juzga a los justos y les hace justicia.

El Señor no tardará.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 33, 2-3. 17-18. 19 y 23
R.
El afligido invocó al Señor, él lo escuchó.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
R.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
R.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
el no será castigado quien se acoge a él.
R.

Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4, 6-8. 16-18)

Querido hermano:

Yo estoy a punto de ser derramado en liberación y el momento de mi partida es inminente.

He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe.

Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.

En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta!

Mas el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león.

El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial.

A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (18, 9-14)

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:

«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:

“¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.

El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo:

“¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.

Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor.

23 octubre 2022, domingo de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. 23 octubre 2022, domingo de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Las lecturas de esta mañana nos plantean esos momentos en que, angustiados, nos vemos impelidos a recurrir a nuestro Dios. ¡Qué regalo y consuelo que lo podamos hacer así! Aunque requiere sinceridad, humildad y constancia para que nuestra súplica pueda llegar y ser atendida por Él.

Hay situaciones en las que verdaderamente hay que gritar. Así lo requiere el momento y el agobio del corazón; es decir, dar salida a tanta presión contenida. Gritar, en esas circunstancias, es como una necesidad fisio-psicológica. No podemos ocultarlo, es más, ayuda “sacarlo afuera”. Pero lo positivo de ello es dirigirlo hacia el Señor, “Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias”.

Un ejemplo de esta experiencia de grito-hecho-súplica nos la comparte S. Pablo: “La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. ….pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje”.

Jesús, en el evangelio, nos mostrará, a través de la parábola del “seguro de sí y del que se reconoce pecador”, algunos aspectos para ser escuchados; dirigirse a Dios reconociéndose pecador, pidiéndole perdón, humillándose y confiando sólo en Él. Luego reafirmará, “porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

Sin duda que esas palabras de Jesús nos remiten a su Madre, “porque ha mirado la humildad de su esclava” y también “auxilia a Israel su siervo, acordándose de su misericordia”. Santa María, alcánzanos la humildad que pide y espera todo del Señor.

22 de octubre de 2022, sábado de la 29ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4, 7-16)

Hermanos:

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura:

«Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres».

Decir «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo.

Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelistas, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados a la deriva por todo viento de doctrina, en la falacia de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 121, 1-2. 3-4a. 4b-5
R.
Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
R.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.
R.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 1-9)

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Jesús respondió:

«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».

Y les dijo esta parábola:

«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:

“Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”.

Pero el viñador respondió:

“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

Palabra del Señor. 

22 octubre 2022, sábado de la 29ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

La fiesta de mañana es muy importante como para dejarla pasar sin hacer un comentario: san Juan Pablo II. Bastantes de los que leéis estos puntos habéis convivido con él, ya que muere en 2005. Es elegido Papa en 1978 y no os podéis imaginar lo que supuso para la Iglesia. La aplicación del concilio Vaticano II generó muchas dificultades por la mala información que se dio de él y en esos años anteriores se sufrió mucho. Los abandonos por parte de sacerdotes y religiosos eran muy abundantes, las críticas hacia la iglesia eran constantes, san Pablo VI y los católicos sufrimos mucho en esos años y de todos los lados surgían las críticas y luchas entre católicos.

Por eso el 16 de octubre de 1978, cuando es elegido Juan Pablo II y aparece en el balcón de la basílica de San Pedro y escuchamos sus primeras palabras: “No tengáis miedo”, un rayo de esperanza e ilusión sacudió a toda la Iglesia. En esos años vimos cómo todo se transformaba y un Papa, con decisión y energía, tomaba las riendas de la Iglesia.

A primeros de noviembre de 1982 el Papa visita España y supuso el mayor acontecimiento para los católicos españoles. El día 3 de noviembre, en el Bernabéu, le oímos afirmar a los jóvenes españoles: ¡No tengáis miedo! ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!  

Hoy también se vuelve a criticar a nuestro Papa actual Francisco desde todos los sitios. Pues que todo el mundo sepa que desde nuestra Milicia y nuestro Movimiento siempre estamos con el Papa en todo, le amamos y le veneramos como lo que es: “Dulce Cristo en La tierra”

Termino con un comentario al evangelio de hoy: la higuera que no da fruto. ¡Qué suerte tuvo esta higuera! Se encontró con que había alguien que intercedió por ella y prometió cuidarla para que en un año diera frutos. Nosotros tenemos a la Virgen María que intercede por nosotros. Ponte en esa escena y pásate el rato de oración escuchando a la Madre cómo intercede por ti y promete cuidarte más para que des fruto. ¡Madre, sigue intercediendo por mí, no te canses! Sabes que soy un desastre?

 

https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/homilies/1982/documents/hf_jp-ii_hom_19821103_giovani-madrid.html 

21 de octubre de 2022, viernes de la 29ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,1-6)

Hermanos:

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.

Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobre llevaos mutuamente con amor; esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R.
Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
R.

Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (12, 54-59)

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente:

«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede.

Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?

Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.

Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».

Palabra del Señor. 

21 octubre 2022, viernes de la 29ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

1.     “Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos... Un solo cuerpo y un solo Espíritu, Un Señor, una fe, un bautismo” (Ef 4, 1)

Pablo vuelve a la carga: unidad, unidad, unidad. Que el testamento del Señor se haga realidad: “Que todos sean uno para que el mundo crea”. La división, Babel, es del diablo; el cuerpo, la unión, el dar pasos en común, la sinodalidad, es del Espíritu. ¿Cómo lo vivo en el día a día?

2.     Esta es la generación que busca tu rostro, Señor. El hombre de manos inocentes y puro corazón (Sal 23)

¿En qué anda nuestra generación? ¿Busca algo a tientas y sin ningún ánimo o, incluso, se cansó de buscar? El salmo lo tiene muy claro: para buscar el rostro del Señor necesitamos manos limpias, inocentes, y corazón puro, generoso.

3.     Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él. (Lc 12, 54)

Jesús parece echar la bronca a sus discípulos advirtiéndoles que saben mucho de lo secundario, accesorio, y muy poquito de lo esencial, de lo fundamental. ¿Seguiremos viendo como normal las guerras, los enfrentamientos, las desigualdades, las injusticias… los pecados? ¿Por qué no, aquí y ahora, comenzamos a marcar la diferencia? El corazón de la paz es la paz del corazón. Y para conseguirla, y vivir en humildad y amabilidad, pureza y generosidad, necesitamos su mismo corazón. Corazón de Jesús en Ti confío porque creo en tu amor para conmigo. Si te ayuda, tararea y canta: ¡Dame un nuevo corazón, Señor!

Y para hacerlo fácil: ¡Mira a la Estrella, invoca a María en su mes del Rosario, mes misionero! 

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