Jesús nos envía. Hoy no es
domingo, no venimos encendidos de unos Ejercicios Espirituales ni salimos
motivadísimos de un retiro; nada de eso. Es un martes corriente (con Champions por
la noche, como de costumbre). Y en medio de esta normalidad de lo cotidiano
viene Jesús y nos recuerda que somos enviados. Con la de cosas que tenemos que
hacer…
Pero atención: Jesús envía a
donde luego piensa ir él mismo. Ojo, cuidado. No nos envía sin un plan, quiere
que le preparemos el camino, que vayamos nosotros por delante para que nuestro
testimonio prepare a muchos a recibir al mismo Jesús. Nos envía como portadores
de su paz, para que algo tan revolucionario en este mundo de guerras grandes y
pequeñas sea la señal de su cercanía. Y ya nos avisa de que no vale quedarse
tranquilito al calor del Movimiento o la parroquia: “os envío como corderos en
medio de lobos”. No suena fácil, pero si fuese fácil no sería divertido. Es el
sueño del Padre Morales y de Abe: que sus hijos entremos en cada rincón de la
sociedad para llevar allí a Cristo con nuestra propia vida.
Pidamos ser testigos de su amor con sencillez y valentía. Y sigamos pidiendo por las tandas de Ejercicios que se celebrarán a final de mes. Jesús también nos mueve a ofrecer esta experiencia a muchos para hacerse presente en su vida.