8 octubre 2022, sábado de la 27ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

¡Ven Espíritu Santo! Mírame por dentro y envíame tu aliento. Dame la fe de tus siervos.

Seguimos con la lectura de la carta a los Gálatas que nos habla de esos cristianos que después de conocer a Cristo, empiezan a mirar para atrás, al pasado y a sus normas caducas. Hoy, nos habla de la liberación por la fe en Jesucristo. El pecado nos hace prisioneros, personas encerradas. Nos separa de nosotros mismos y de los demás, nos hace sentirnos vigilados por todo y carentes de libertad. La fe en Jesucristo nos hace hijos de Dios, nos libera del pecado y de sus ataduras. Sintamos hoy la liberación que nos ha alcanzado Cristo, hijo de María, mujer de la escucha. ¿Pero, basta con decir: creo en Jesucristo y ya está? Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen, leemos hoy en el Evangelio. María es nuestro modelo de fe, no porque haya llevado a Jesús en su seno o lo haya criado con sus pechos, sino porque acogió la Palabra y la cumplió cabalmente.

Por el bautismo que se nos ha dado, todos sin excepción, hemos recibido el Espíritu Santo. Nos hemos revestido de Cristo, y nos ha hecho a todos iguales, con la máxima dignidad: la de ser hijos de Dios. Todos uno solo en Cristo Jesús. 

Y terminemos pidiéndole a la Virgen que se abran nuestros oídos y sepamos escuchar la Palabra de su Hijo Jesús, que sepamos escucharla no solo en la oración sino también en la acción, en la realidad que vivimos, en las personas con que vivimos o tratamos.

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