1 junio 2021, martes de la 9ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro de Tobías (2, 9-14)

Yo, Tobit, en la noche de Pentecostés, después de enterrar el cadáver, salí al patio y me recosté en la tapia, con la cara descubierta porque hacía calor. No había advertido que, sobre la tapia, encima de mí, había gorriones. Sus excrementos calientes me cayeron sobre los ojos y me produjeron unas manchas blanquecinas.

Acudí a lo médicos para que me curaran; pero cuantos más remedios me aplicaban, más vista perdía a causa de las manchas; hasta que termine totalmente ciego. Cuatro años permanecí sin ver. Todos mis parientes se mostraron afligidos. Ajicar me cuidó durante dos años, hasta que marchó a Elimaida.

En tal situación, para obtener algún dinero, mi mujer, Ana, tuvo que trabajar en labores femeninas tejiendo lanas. Los clientes le abonaban el precio a la entrega del trabajo. Un día, el siete de marzo, terminó una pieza de tela y la entregó a los clientes. Estos, además de darle toda la paga, le regalaron un cabrito. Cuando ella entró en casa, el cabrito se puso a balar.

Yo entonces llamé a mi mujer y le pregunté:

«¿De dónde ha salido ese cabrito? ¿No será robado? Devuélveselo a su dueño. No podemos comer cosas robadas».

Ella me aseguró:

«Es un regalo que me han hecho además de pagarme».

No la creí y, avergonzado por su comportamiento, insistí en que se lo devolviera a su dueño.

Entonces ella me replicó:

«¿Dónde están tus limosnas y buenas obras? Ya ves de que te han servido».

Salmo Responsorial
Sal 111, 1-2. 7-8.9
R. El corazón del justo está firme en el Señor.

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
La descendencia del justo será bendita.
R.

No temerá la malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
R.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad dura por siempre
y alzará la frente con dignidad.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (12, 13-17)

En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.

Se acercaron y le dijeron:

«Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?».

Adivinando su hipocresía, les replicó:

« ¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea».

Se lo trajeron. Y él les preguntó:

«¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».

Le contestaron:

«Del César».

Jesús les replicó:
«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

Y se quedaron admirados.

1 junio 2021, martes de la 9ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Para comenzar nuestra oración nos ponemos en la presencia del señor, le pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine y nos acompañe en este rato de oración.

De las lecturas que hoy nos propone la Iglesia, en el salmo repetimos: “El corazón del justo está firme en el Señor.” Está antífona nos recuerda de donde tiene que brotar nuestra confianza, nuestra firmeza, de un corazón asentado en el Señor. Para la oración de hoy podemos partir de aquí: ¿Dónde tengo asentado mi corazón? Ahora que el curso se va acabando y todos andamos en mil preocupaciones, es muy importante hacerse esta pregunta, en medio del estrés de este mes de dónde saco la confianza, sobre que piedra me estoy apoyando.

Es muy necesario siempre, y más en los tiempos ajetreados, no olvidar Quién nos mantiene firmes. Muy unido a esto viene el evangelio de hoy en el que los fariseos intentan poner en un aprieto a Jesús con respecto a los impuestos del César. Y Jesús como respuesta nos lanza esta enseñanza: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Un mensaje claro y concreto y a la vez muy profundo, que nos llama a examinar nuestra vida para ordenarla.  ¿Qué aspectos de mi vida le estoy ofreciendo a Dios? ¿Son realmente los que Él me pide?

Aprovechemos la oración de hoy para volver a encontrar en Dios la roca que nos sustenta y nos mantiene a flote. Y desde ahí, desde la confianza que aporta vernos sostenidos por él, que busquemos ordenar y encontrar aquello que nos pide ofrecerle.

Y para terminar nuestra oración, dediquemos unos minutos a hablar con María, contarle nuestras inquietudes, nuestras luces y sombras durante la oración, o simplemente darle las gracias por su ejemplo y compañía.

31 mayo 2021, lunes de la 9ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura carta del apóstol san Pablo a los Romanos (12, 9-16b)

Hermanos:

Que vuestra caridad no sea un fingido; aborreciendo lo malo, apegaos a lo bueno.

Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo; en la actividad, no seáis negligentes; en el espíritu, manteneos fervorosos, sirviendo constantemente al Señor.

Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.

Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis.

Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran.

Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde.

Salmo Responsorial
Is 12, 2-3. 4bcde. 5-6
R. Es grande en medio de ti el Santo de Israel.

«Él es mi Señor y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación».
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
R.

«Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso».
R.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
porque es grande en medio de ti el Santo de Israel.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 39-56)

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

María dijo:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. 

31 mayo 2021, lunes de la 9ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

SUBIÓ DE PRISA A LA MONTAÑA

¿Puede el sol subir más alto? ¿Y puede quien porta al sol ascender más arriba?

Así podemos imaginar a Nuestra Señora, pequeña en su humildad, pero revestida de luz interior, que brota del Cristo que se gesta en sus entrañas.

Subir… campaña de la visitación, campaña de marchas y campamentos.

Subir a lo más alto de la vida espiritual… ejercicios, aulas familiares, convivencias…

¿Cómo subió María, si no descendiendo? Abelardo en sus Meditaciones del mes de mayo relaciona la Virgen en la Visitación con el cumplimiento perfecto del amor fraterno. Hay, pues, un descender para ponerse al servicio de los demás, que es la cumbre del ascenso.

La Virgen en la Visitación toca el límite de su pequeñez y proclama el Magníficat. ¡Curioso contraste!  María se sabe la más pequeña. Se siente también la más amada, la elegida de Dios entre todas las mujeres. 

Quien sabe que sin Dios sería nada, y por tanto se sabe desapropiado, sin posibilidad de hacer nada bueno sin la ayuda de Dios, solo cuenta con el amor misericordioso que nunca falla y vive sereno y feliz. He aquí otra cima, también predicada y vivida por Abelardo:  Las manos vacías es la cumbre de la humildad, que nos permite vivir en confianza.

Que Santa María de la Visitación ruegue para que en su Campaña ardamos con ansias de vivir y ofrecernos para la salvación de nuestros hermanos. 

30 de mayo de 2021, domingo de la 9ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (4, 32-34. 39-40)

Moisés habló al pueblo, diciendo:

«Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos?

Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre».

Salmo Responsorial
Sal 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22
R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió con heredad.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
R.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos,
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.
R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
R.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8, 14-17)

Hermanos:

Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.

Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritan «¡Abba, Padre!».

Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (28, 16-20)

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les habla indicado.

Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.

Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.

Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».

30 mayo 2021, domingo de la 9ª semana de Tiempo Ordinario. La Santísima Trinidad. Puntos de oración

«Bautizad en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo»

Mirad cuál es la regla de nuestra fe, la que funda nuestro edificio, la que da firmeza a nuestra forma de comportarnos. Primero: Dios Padre, increado, ilimitado, invisible; Dios uno, creador del universo; este es el primer artículo de nuestra fe. Segundo artículo: el Verbo de Dios, Hijo de Dios, Jesucristo, nuestro Señor; fue revelado a los profetas de acuerdo con el género de sus profecías y según el designio del Padre; todo fue hecho por medio de él; al final de los tiempos, para recapitular todas las cosas, se dignó hacerse hombre entre los humanos, visible, palpable, y así destruir la muerte y hacer aparecer la vida y obrar la reconciliación entre Dios y el hombre. Y el tercer artículo: el Espíritu Santo; por medio de él han profetizado los profetas, nuestros padres han conocido las cosas de Dios y los justos han sido guiados por los caminos de la justicia; al final de los tiempos fue derramado de una manera nueva sobre los hombres a fin de ser renovados por Dios en toda la tierra.

Por eso el bautismo de nuestro nuevo nacimiento está colocado bajo el signo de estos tres artículos. Dios Padre nos lo concede en vistas a nuestro nuevo nacimiento en el Hijo por medio del Espíritu Santo. Porque los que llevan en ellos el Espíritu Santo son conducidos al Verbo que es el Hijo, y el Hijo los conduce al Padre, y el Padre nos concede la inmortalidad. Sin el Espíritu es imposible ver al Verbo de Dios, y sin el Hijo nadie puede acercarse al Padre. Porque el conocimiento del Padre es el Hijo, el conocimiento del Hijo se hace a través del Espíritu Santo, y el Hijo da el Espíritu según el Padre quiere.

San Ireneo de Lyon

29 mayo 2021, sábado de la 8ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (51, 17-27)

Doy gracias y alabo y bendigo el nombre del Señor, Siendo aún joven, antes de torcerme, deseé la sabiduría con toda el alma, la busqué desde mi juventud y hasta la muerte la perseguiré; crecía como racimo que madura, y mi corazón gozaba con ella, mis pasos caminaban fielmente siguiendo sus huellas desde joven, presté oído un poco para recibirla, y alcancé doctrina copiosa; su yugo me resultó glorioso, daré gracias al que me enseñó; decidí seguirla fielmente, cuando la alcance no me avergonzaré; mi alma se apegó a ella, y no apartaré de ella el rostro; mi alma saboreó sus frutos, y jamás me apartaré de ella; mi mano abrió sus puertas, la mimaré y la contemplaré; mi alma la siguió desde el principio y la poseyó con pureza.

Salmo Responsorial
Sal 18, 8. 9. 10. 11
R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.
R.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
R.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
R.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (11, 27-33)

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron:

«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».

Jesús les respondió:

«Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme».

Se pusieron a deliberar:

«Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué no le habéis creído?" Pero como digamos que es de los hombres...».

(Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta).

Y respondieron a Jesús:

«No sabemos».

Jesús les replicó:

«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

29 mayo 2021, sábado de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Empezamos la oración ofreciendo al Señor nuestras intenciones, acciones y operaciones para que sean puramente ordenadas al servicio y alabanza de Su divina majestad.

Comparto la reflexión del evangelio del día del Papa Francisco, pronunciada el 15 de diciembre de 2014 en Santa Marta, que representa un llamado a purificar nuestra intención en cada cosa de hacemos:

“Los jefes de los sacerdotes preguntan a Jesús con qué autoridad realiza sus obras. Es una pregunta que demuestra el corazón hipócrita de esa gente. No les interesaba la verdad, solo buscan sus intereses y van por donde sople el viento: ‘Conviene ir aquí, conviene ir allá...’, eran veletas, todos. Sin consistencia…

Pero alguno podría decirme: ‘esa gente era observante de la ley: el sábado no caminaban más de cien metros nunca, nunca se sentaban a la mesa sin lavarse las manos y hacer las abluciones; era gente muy observante, muy segura en sus costumbres’. Sí, es verdad, pero eran apariencias. Eran fuertes, pero por fuera. Estaban escayolados. El corazón era muy débil, no sabían en qué creían. Y por eso, su vida era, la parte de fuera, toda regulada, pero el corazón iba de un sitio a otro: un corazón débil y una piel enyesada, fuerte, dura. Jesús, al contrario, nos enseña que el cristiano debe tener el corazón fuerte, el corazón sólido, el corazón que crece sobre la roca, que es Cristo, y luego, a la hora de ir, ir con prudencia…

Tenebrosos de corazón. Es el drama de esa gente y Jesús denuncia la hipocresía y el oportunismo. También nuestra vida puede llegar a eso. Y algunas veces, os confieso una cosa, cuando he visto a un cristiano o una cristiana así, con el corazón débil, no firme, no fuerte sobre la roca —Jesús— y con tanta rigidez por fuera, he pedido al Señor: ‘Señor, échales una piel de plátano delante para que se den un buen resbalón, se avergüencen de ser pecadores y te encuentre a Ti, que eres el Salvador’…

Pido al Señor la gracia de que nuestro corazón sea sencillo, luminoso con la verdad que Él nos da, y podamos ser amables, misericordiosos, comprensivos con los demás, de corazón generoso con la gente. Nunca condenar. Si tienes ganas de condenar, condénate a ti mismo, que algún motivo tendrás. Pidamos al Señor la gracia de que nos dé esa luz interior, que nos convenza que la roca es solo Él y no tantas historias que convertimos en cosas importantes; y que Él nos diga el camino, nos acompañe en el camino, nos agrande el corazón, para que puedan entrar los problemas de tanta gente y que Él nos dé una gracia que esa gente no tenía: la gracia de sentirnos pecadores”.

Feliz oración.

28 de mayo de 2021, viernes de la 8ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (44, 1. 9-13)

Hagamos el elogio de los hombres de bien, de la serie de nuestros antepasados.

Hay quienes no dejaron recuerdo, y acabaron al acabar su vida: fueron como si no hubieran sido, y lo mismo sus hijos tras ellos.

No así los hombres de bien, su esperanza no se acabó; sus bienes perduran en su descendencia, su heredad pasa de hijos a nietos.

Sus hijos siguen fieles a la alianza, y también sus nietos, gracias a ellos. Su recuerdo dura por siempre, su caridad no se olvidará.

Salmo Responsorial
Sal 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b
R. El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sion por su Rey.
R.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
R.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (11, 11-26)

Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce.

Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo:

«Nunca jamás coma nadie de ti.»

Los discípulos lo oyeron.

Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.

Y los instruía, diciendo:

«¿No está escrito?: “Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos” Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos».

Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él.

Cuando atardeció, salieron de la ciudad.

A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús:

«Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado».

Jesús contestó:

«Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá.

Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis.

Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».

28 mayo 2021, viernes de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

“No hay nada más provechoso que la meditación de la vida y de los hechos de la bienaventurada Virgen María”. S. Pedro Fabro, [M 110]

Pues, precisamente hoy, deseamos contemplar a la Madre; la más preciosa, cercana y comprensiva de todas ellas. Y lo haremos desde los ojos del Padre, los de Jesús, del Espíritu Santo, los de S. José y desde los propios nuestros.

¿Qué no vería el Padre para enamorarse de este corazón, y para elegirla entre todas, como la madre de su hijo querido? La blancura y delicadeza de su alma, su sencillez y su conciencia de esclava. Pero también la prudencia exquisita, (no desconfianza) unida a una valentía y templanza, a prueba de fracasos, para acometer grandes proyectos. Todo esto y más cautivaría al Padre, sin duda.

Pensamos, ¿Cómo vería el Espíritu Santo el corazón de esta joven? ¿Cómo eran sus diálogos en el alma de María? Sin duda que, su actitud de escucha y la docilidad a sus inspiraciones, le encantarían. ¡Cómo acudiría pronto a sus llamadas interiores cuando le consultaba! De esa amistad estrecha, brota de la Virgen la capacidad de saber, entender y aconsejar. Surge, además, la facilidad a inclinarse hacia las cosas de Dios y un amor respetuoso por todo lo suyo. De una manera extraordinaria, la vemos revestida de fortaleza y entrega inauditas en la Pasión de su Hijo.

Y, Jesús, ¿Cómo vería a su madre a los 5, 10, 18, 30 o 33 años? En cada etapa, impregnándose de su ser entero, podríamos decir que, madre e hijo, se confunden en su personalidad. Visto desde fuera, podemos resumir que fue para él; madre, confidente, faro y referencia durante la pasión y crucifixión, colaboradora necesaria al quedar la primera iglesia en desbandada, pero siendo alma y roca de una iglesia naciente.

Nos detenemos un momento en pensar cómo vería José a su mujer, María. ¡Qué misterio lleno de amor y respeto, asombro y agradecimiento debe llenarnos en este momento! Ciertamente era su esposa y también era madre. Ella, esposa y madre, él esposo y padre. Todo, virginalmente. José aprendería de ella un modelo de ser creyente, una excelente colaboradora en los planes del Señor y la esposa que su corazón siempre soñó.

Ahora te invito a mirar, con tus propios ojos, a la Virgen. Recuerda que “somos lo que contemplamos”. Si esto es cierto, quedaremos “aromatizados” de Ella. ¿Cómo te la imaginas?; su perfil humano, social (modo de relacionarse), sicológico-emocional (p.ej. la repercusión de los acontecimientos en su interior) y espiritual (en el Magníficat se nos revela en parte). Vive en constante, HÁGASE Y ESTAR; actitudes de apertura a las novedades de Dios y permanecer, cuando sólo él, doliente, nos queda. Dos actitudes de Ella, digo, que hemos elegido para sintetizar lo que queremos ser.

A punto estamos de iniciar la Campaña de la Visitación. Después de contemplarla, ¿Qué actitud eliges para intentar imitarla durante este período?

27 de mayo de 2021, jueves de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. Jesucristo, sumo y eterno sacerdote

Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (31, 31-34)

Ya llegan días - oráculo del Señor - en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será una alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor -oráculo del Señor-.

Esta será la alianza que haré con ellos después de aquellos días -oráculo del Señor-: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo:

«Conoced al Señor», pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor -oráculo del Señor-, cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.

Salmo Responsorial
Sal 109, 1bcde. 2.3
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
R.

Desde Sion extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
R.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento
entre esplendores sagrados:
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora».
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (14, 12a. 22-25)

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan, y pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:

«Tomad, esto es mi cuerpo».

Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:

«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».

27 mayo 2021, jueves de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. Jesucristo, sumo y eterno sacerdote. Puntos de oración

Hoy, terminados los días de la Pascua, todavía con los ecos de Pentecostés y de la fiesta de María, Madre de la Iglesia, la liturgia nos presenta la figura de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, De ese sacerdocio, único y eterno, participamos todos, unos a través del sacerdocio común que poseemos como bautizados y otros a través del sacerdocio ministerial, participación especial del sacerdocio de Cristo.

Pero ¿qué significa ese sacerdocio de Cristo y nuestra participación en él? Lo podemos ir descubriendo a través de la Palabra de Dios que hoy, como siempre, es rica en contenido y aplicaciones a nuestra vida, la de cada día.

La lectura del libro de Jeremías habla de los tiempos mesiánicos, en que el Señor hará con nosotros una alianza nueva, poniendo su ley en el fondo de nuestro ser, escribiéndola en nuestros corazones, perdonando nuestra culpa, olvidando nuestros pecados.

Nos invita esta lectura a mirar en el fondo de nuestro corazón y a descubrir una realidad extraordinaria: Dios habita en nosotros; ahí, en el fondo, olvidado tantas veces, está Dios. Y esa presencia borra nuestros pecados, y nos señala el camino a seguir.

Pidamos a María vivir esta realidad gozosa desde su Corazón Inmaculado, como ella la vivió, sabiendo descubrir la presencia del Dios verdadero en el anuncio del ángel, en la pérdida del Niño en el templo, en su partida de Nazaret, en su pasión y muerte y en su gloriosa resurrección.

Pidamos al Espíritu Santo que vivifique nuestro ser, que nos haga vivir conscientes de esa Presencia, misteriosa pero real, de Dios en cada uno de nosotros.

El evangelio de san Marcas, de una forma sencilla, relata el momento crucial de la última cena en que Jesús, tomando el pan, bendiciéndolo, partiéndolo y repartiéndolo, dijo:

«Tomad, esto es mi cuerpo». «Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos».

Nos descubre aquí Jesucristo el verdadero sentido de su sacerdocio: la entrega de su vida, de una vez para siempre, para redimirnos de una forma total, absoluta, completa.

Sintamos la llamada, en un rato tranquilo de oración, a vivir a lo Cristo, a ser nosotros también una vida entregada del todo a los demás. Lo que dice el prefacio de la misa, referido al sacerdocio ministerial, nos lo podemos aplicar todos: “tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti y por la salvación de los hermanos, van configurándose a Cristo y han de darte así testimonio constante de fidelidad y amor”.

A esa misión estamos llamados. Y ya sabemos que no podemos por nosotros mismos. Viene así la antífona de comunión de hoy a recordarnos:

“Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo”.

Dentro, muy dentro, en el fondo de nuestro ser.

26 de mayo de 2021, miércoles de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. San Felipe Neri, presbítero

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (36, 1-2a. 5-6. 13-19)

Sálvanos, Dios del universo, infunde tu terror a todas las naciones, para que sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay Dios fuera de ti.

Renueva los prodigios, repite los portentos,

Reúne a todas las tribus de Jacob y dales su heredad como antiguamente.

Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre, de Israel, a quien nombraste tu primogénito; ten compasión de tu ciudad santa, de Jerusalén, lugar de tu reposo.

Llena a Sion de tu majestad, y al templo, de tu gloria.

Da una prueba de tus obras antiguas, cumple las profecías por el honor de tu nombre, recompensa a los que esperan en ti y saca veraces a tus profetas, escucha la súplica de tus siervos, por amor a tu pueblo, y reconozcan los confines del orbe que tú eres Dios eterno.

Salmo Responsorial
Sal 78, 8. 9. 11. 13
R. Muéstranos, Señor, la luz de tu misericordia.

No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados.
R.

Socórrenos, Dios, salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre.
R.

Llegue a tu presencia del gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso,
salva a los condenados a muerte.
R.

Mientras, nosotros, pueblo tuyo,
ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
contaremos tus alabanzas
de generación en generación.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (10, 32-45)

En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban, y los que seguían iban asustados. Él tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder:

-«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.»

Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:

-«Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»

Les preguntó:

-«¿Qué queréis que haga por vosotros?»

Contestaron:

-«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. »

Jesús replicó:

-«No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»

Contestaron:

-«Lo somos.»

Jesús les dijo:

-«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo; está ya reservado».

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

Jesús, reuniéndolos, les dijo:

-«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.

Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos».

26 mayo 2021, miércoles de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. San Felipe Neri, presbítero. Puntos de oración

Espíritu Santo…, ven. Santa María, Virgen, Madre y discípula…, intercede.

Las lecturas de hoy son extremas, y atraviesan de arriba a abajo el drama de la vida humana, la historia de redención.

Por una parte, en la 1ª lectura, se le suplica a Yahvé que haga ver su poder y su gloria, para sobrevivir a los ataques de pueblos extranjeros. Una defensa por la fuerza, marcando músculo. Aunque sea por terror:

-      Sálvanos, Dios del universo, infunde tu terror a todas las naciones, para que sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay Dios fuera de ti (1ª lectura).

¿Quién de nosotros no ha sido voluntarista en su vida de fe?

El autor del salmo se coloca, sin embargo, en otra actitud frente a Dios: suplica experimentar en sus carnes la salvación que sabe solo viene de Dios:

-      Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte (salmo).

¿He experimentado la honda desesperación, y en ella, la salvación?

¿Cómo se vencen los pecados interiores personales, y se abren caminos de misión en el exterior? ¿Es una cuestión de fuerza, poder o violencia? Todos nos sentimos amenazados, el enemigo duerme aletargado fuera o dentro de nosotros mismos…

La vida de Cristo-Maestro nos revela el camino de esta victoria: en sus acciones, pero también en su modo y forma de actuar. En el fondo, lo que hace y cómo lo hace, habla de Redención: pasión, muerte y resurrección:

-      …y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará (evangelio).

Y mientras tanto, sus discípulos, discutiendo quién es el más importante, quién recibirá la cartera de ministro, cuáles son los puestos que rentan más, o cómo prepararse un plan seguro de pensiones eterno. ¿Respuesta del Señor? Descentrarse de un mismo:

-      el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.

Servir, abajarse, anonadarse. Como Tú, Señor.

El pecado se vence, y la misión se lleva adelante, muriendo, desapareciendo, bebiendo tu mismo cáliz, Señor. No con puños, sino desde la gratitud de descubrirse amado.

No busquemos escribir grandes relatos con nuestra vida para ser reconocidos, sino ser fieles en lo oculto. Ahí se encuentra el Tesoro escondido. En el fondo no importa mucho dedicarse a actividades aparentemente de primera o de segunda. Lo importante es tener un camino interior y una meta. Eso es lo que nos hace no perdernos, no flotar en el vacío en medio del torrente de actividades que desarrollamos, a veces frenéticamente.

Terminar con el examen de la oración. La vida queda siempre marcada por una oración virginal, no podemos abalanzarnos de la misma forma que antes sobre las cosas, después de saber que Cristo bebió otro cáliz, el de la humildad, el de la pasión, el de la redención.

¿Señor, qué mandas hacer de mí?

25 mayo 2021, martes de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. San Felipe Neri, presbítero

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (35, 1-15)

Quien observa la ley multiplica las ofrendas, quien guarda los mandamientos ofrece sacrificios de comunión.

Quien devuelve un favor hace una ofrenda de flor de harina, quien da limosna ofrece sacrificio de alabanza.

Apartarse del mal es complacer al Señor, un sacrificio de expiación es apartarse e la injusticia.

No te presentes ante el Señor con las manos vacías, pues esto es lo que prescriben los mandamientos.

La ofrenda del justo enriquece el altar, y su perfume sube hasta el Altísimo.

El sacrificio del justo es aceptable, su memorial no se olvidará.

Glorifica al Señor con generosidad y no escatimes las primicias de tus manos.

Cuando hagas tus ofrendas, pon cara alegre y paga los diezmos de buena gana.

Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con generosidad, según tus posibilidades.

Porque el Señor sabe recompensar y te devolverá siete veces más.

No trates de sobornar al Señor, porque no lo aceptará; no te apoyes en sacrificio injustos.

Porque el Señor es juez, y para él no cuenta el prestigio de las personas.

Salmo Responsorial
Sal 49, 5-6. 7-8. 14 y 23
R. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.

Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio».
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar.
R.

«Escucha, pueblo mío, me voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
- yo, soy Dios, tu Dios -.
No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí».
R.

Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple tus votos al Altísimo.
«El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios».
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (10, 28-31)

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:

«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

Jesús dijo:

«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más - casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».

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