30 abril 2023, domingo de la 4ª semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2, 14a. 36-41)

El día de Pentecostés, Pedro, poniéndose de pie junto a los Once, levantó su voz y declaró:

«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».

Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:

«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»

Pedro les contestó:

«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamaré a sí el Señor Dios nuestro».

Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:

«Salvaos de esta generación perversa».

Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5.
R.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
R.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada tenlo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
R.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (2, 20-25)

Queridos hermanos:

Que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien, eso es una gracia de parte de Dios.

Pues para esto habéis sido llamados, porque también Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas.

Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca.

Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban; sufriendo no profería amenazas; sino que se entregaba al que juzga rectamente.

Él llevo nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño, para que, muerto a los pecados, vivamos para la justicia.

Con sus heridas fuisteis curados.

Pues andabais errantes como ovejas, pero ahora os habéis convertido al pastor y guardián de vuestras almas.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (10, 1-10)

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:

«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.

Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.

El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Palabra del Señor.

30 abril 2023, domingo de la 4ª semana de Pascua. Puntos de oración

¡Jesucristo ha resucitado!

Ante el encuentro de Cristo resucitado y traspasado el corazón, no vale otra opción que ponerse en movimiento. Si aún te estás preguntando qué tienes que hacer, es hora de convertirse, es decir, de dejar lo antiguo y empezar lo nuevo. Es hora de dejar de andar errantes como ovejas y seguir al pastor. Cristo es nuestro pastor y nuestra puerta de las ovejas, para que caminemos con Él y entremos por Él. ¡Alegraos!

Lee despacio y ora con el salmo 22: El Señor es mi Pastor.

29 de abril de 2023, sábado de la 3ª semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9, 31-42)

En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo.

Pedro, que estaba recorriendo el país, bajó también a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacia ocho años no se levantaba de la camilla.

Pedro le dijo:

«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y arregla tu lecho».

Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarán, y se convirtieron al Señor.

Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacia infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba.

Como Lida está cerca de Jafa, al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle: «No tardes en venir a nosotros».

Pedro se levantó y se fue con ellos. Al llegar, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron todas las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela mientras estuvo con ellas. Pedro, mandando salir fuera a todos, se arrodilló, se puso a rezar y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo:

«Tabita, levántate».

Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él, dándole la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.

Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 115, 12-13. 14-15. 16-17
R.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre. del Señor
R.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
R.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 60-69)

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:

«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»

Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:

«¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen».

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.

Y dijo:

«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede».

Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

Entonces Jesús les dijo a los Doce:

«¿También vosotros queréis marcharos?».

Simón Pedro le contestó:

«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios».

Palabra del Señor.

29 abril 2023, sábado de la 3ª semana de Pascua. Puntos de oración

Hoy, fiesta de santa Catalina de Siena, Jesús nos muestra en su evangelio la predilección de Dios por los más pobres y humildes. Acostumbrados en nuestro mundo actual a que la mayoría de los ricos, poderosos, famosos, influencers, etc. copen los medios de comunicación colmando nuestra atención, es sorprendente como Dios escoja y se valga de los más débiles para hacer su voluntad, ser acogido y comprendido. Ya desde el principio Dios mostró esta preferencia anunciando a los pastores (la clase social más baja y pobre de la sociedad judía) el nacimiento de su hijo Jesús. Dios escoge la sencillez y humildad de las personas que abren su corazón, que le reconocen como Padre y que desean confiar en Él. Lejos quedan aquellos que, con soberbia, quieren ocupar el lugar de Dios e ignoran su presencia y enseñanzas. Jesús también nos invita a descansar en Él nuestros agobios y trabajos. No nos va a quitar el esfuerzo y dificultades a los que nos enfrentamos cada día, sino que está a nuestro lado para que la carga sea menos pesada. Ojalá que abramos nuestro corazón con sencillez y humildad para escuchar y obedecer la voluntad de Dios, y que confiemos en Él para compartir nuestras dificultades y cansancios.

26 de abril de 2023, miércoles de la 3ª semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (8, 1b-8)

Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaria.

Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él.

Saulo, por su parte, se ensañaba con la Iglesia, penetraba en las casas y arrastrando a la cárcel a hombres y mujeres.

Lo que habían sido dispersados iban de un lugar a otro anunciando la Buena Nueva de la Palabra. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 65, 1-3a. 4-5. 6-7ª
R.
Aclamad al Señor, tierra entera.

Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras!»
R.

Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres.
R.

Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna enteramente.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 35-40)

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.

Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.

Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.

Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».

Palabra del Señor.

26 abril 2023, miércoles de la 3ª semana de Pascua. Puntos de oración

“Todo el que cree en el hijo tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”. En las lecturas de hoy Jesús nos habla de la vida eterna. ¿Te Has parado a pensar en ella? La vida eterna, la felicidad plena. Es algo tan difícil de entender... Si lo entendiéramos, no sería tan fascinante. “El que viene a mí no pasará hambre, el que cree en mí no tendrá sed jamás”. La vida eterna es ese lugar, ese momento en el que estaremos con Dios, no habrá preocupaciones, todo será felicidad. Y... ¿se puede vivir la vida eterna en este mundo? Nos lo decía Carlo Acutis: “la Eucaristía es mi autopista al cielo”. Cada vez que vayamos a comulgar, a la misa, a la Eucaristía, podemos acercarnos a esta vida eterna.

Ya en aquellas épocas de las lecturas los cristianos empezaron a evangelizar, y no lo tenían fácil. Fueron perseguidos. Pero, si cargamos esa cruz con Cristo, será mucho más leve. Aquel Cristo que nos promete la vida eterna, el mismo que nos ayudará en la vida de este mundo, no nos deja solos nunca. Pidámosle a Jesús que nos aumente la fe.

24 de abril de 2023, lunes de la 3ª Semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6, 8-15)

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.

Entonces indujeron a unos que asegurasen:

«Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios».

Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y viniendo de improviso, lo agarraron y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían:

«Este individuo no para de hablar contra el Lugar Santo y la Ley, pues le hemos oído decir que ese Jesús el Nazareno destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés».

Todos los que estaban sentados en el Sanedrín fijaron su mirada en él y su rostro les pareció el de un ángel.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 118, 23-24. 26-27. 29-30
R.
Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus decretos;
tus preceptos son mi delicia,
tus enseñanzas son mis consejeros.
R.

Te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame tus mandamientos;
instrúyeme en el camino de tus mandatos,
y meditaré tus maravillas.
R.

Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu ley;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 22-29)

Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar.

Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.

Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.

Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:

«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»

Jesús les contestó:

«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios».

Ellos le preguntaron:

«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».

Respondió Jesús:

«La obra de Dios es Esta: que creáis en el que él ha enviado».

Palabra del Señor.

24 abril 2023, lunes de la 3ª Semana de Pascua. Puntos de oración

“Lleváis una vida cristiana porque os renta, no porque me améis a Mí”, (traducción de las palabras de Jesús: en verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre). 

¿Reproche contra los discípulos? ¿Lamento personal? No lo sabemos, a la Palabra le falta el tonillo con el que esas palabras fueron pronunciadas. Pero sea como fuere, aquí hay una indicación de Jesús a quien quiera ser su discípulo, es decir, para cada uno de nosotros, que hoy nos acercamos hambrientos a la oración. Escuchemos con atención esta indicación de Jesús: 

Buscad una fe arraigada en Mí, que nuestra intimidad compartida sea la clave de lectura de todo lo que vivís. No caigáis en una fe moralista, de cumplí-miento, o de eventos sociales. En lo oculto, eleva tu corazón, y habla en lo secreto con tu Padre. Busca la presencia amorosa del Padre en cada acontecimiento. La realidad está preñada de mi presencia resucitada. El Espíritu Santo lleva tu vida, te envía a la misión, sacándote de una vida autorreferencial. Has recibido gratis la Vida, gratis has de entregarla. Por amor. Sin cuentas. No por el beneficio aparente que podáis tener. Sino por Mí, búscame a Mí, yo te mostraré al Padre, y te enviaré al Espíritu Santo. Todo lo demás se te dará por añadidura.  

Permanezcamos en diálogo sincero y de amor con el Señor en esta oración. Señor, te busco, pero aumenta mi fe.

23 de abril de 2023, domingo de la 3ª semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2, 14. 22-33)

El día de Pentecostés, Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró:

«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme el plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:

“Veía siempre al Señor delante de mí, pues está a mi derecha para que no vacile. Por eso se me alegró el corazón, exultó mi lengua, y hasta mi carne descansará esperanzada. Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos, ni dejarás que tu Santo experimente corrupción. Me has enseñado senderos de vida, me saciarás de gozo con tu rostro”.

Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción". A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial
Sal 15, 1-2 y 5. 7-8. 9-10. 11
R.
Señor, me enseñarás el sendero de la vida.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
R.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
R.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
R.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (1, 17 - 21)

Queridos hermanos:

Puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras, de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con salgo corruptible con oro o plata, sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (24, 13-35)

Aquel mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén nos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.

Él les dijo:

«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».

Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:

«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».

Él les dijo:

«¿Qué?».

Ellos le contestaron:

«Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».

Entonces él les dijo:

«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».

Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.

Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:

«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».

Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.

Y se dijeron el uno al otro:

«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».

Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:

«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón»

Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor.

23 abril 2023, domingo de la 3ª semana de Pascua. Puntos de oración

Preparar la oración para este 3º domingo de Pascua, ¡debiera ser tan sencillo! Tanto como saborear despacio cada lectura, cada frase.

Vemos, de manera sorprendente, a un Pedro ¡ponerse de pie, levantar su voz y con gran solemnidad declarar…!  Aquí tenemos un verdadero milagro de la resurrección: pasar de ser un hombre que hace cuatro días huye, niega tres veces a su Señor y llora amargamente, a ser quien anuncia y se muestra como testigo.

Puede suceder que aún no hayamos tenido experiencia de Cristo resucitado, como les ocurrió a los de Emaús. Estemos atentos porque, quizá… mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.

Cabe preguntarse: ¿qué ideas “lógicas” me impiden abrirme, en abandono, a sus planes, a la normalidad de la cruz en su seguimiento? Quizás Él ya está suscitando (en ti) el deseo de invitarle a tu mesa. Y esta mesa no es otra que tu corazón, donde surge el diálogo con Él, donde se manifiesta (como alimento eucarístico). ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?

Sabrás que todo esto es verdad, porque te levantarás a compartir tu pan, su presencia, con los otros, junto a la Mesa Eucarística. Entonces también ellos exclamarán: era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.

Buenísima Madre nuestra, alcánzanos el gozo de la Pascua; fe creciente, esperanza cierta, alegría desbordante, paz imperturbable y amor ardiente.

22 de abril de 2023, sábado de la 2ª semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6, 1-7)

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas.

Los Doce convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron:

«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra».

La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía, Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.

La palabra de Dios iba creciendo, y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19
R.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.
R.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
R.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 16-21)

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando.

Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.

Pero él les dijo:

«Soy yo, no temáis».

Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.

Palabra del Señor.

22 abril 2023, sábado de la 2ª semana de Pascua. Puntos de oración

Antes de iniciar nuestro rato, es conveniente pararse a pensar qué estoy haciendo y sentir la presencia del Espíritu Santo dentro de nosotros. Si estás delante de un sagrario, mira al Señor y dile: ¡aquí me tienes Señor! ¡Ayúdame a estar este rato contigo!

Hoy te animo a sentir cerca de ti el Corazón misericordioso y cercano del Señor.

“Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de Ti”, repetimos en el salmo responsorial, y se nos anima a poner nuestros ojos en el Misericordioso. Dios nos ha creado y no nos ha abandonado: se ha compadecido del género humano. Tienes que sentir esta compasión del Señor por ti.

El texto del Evangelio de hoy es un resumen de lo que es siempre nuestra vida. Vamos navegando en una frágil barca, las tormentas y el viento nos zarandean y parece que nos vamos a hundir sin remedio. La Iglesia es hoy una frágil barca que navega en medio de tempestades y desastres, uno tras otro: la familia se desintegra, los jóvenes parecen que se alejan más de Dios, no hay vocaciones. Todo parece que se viene abajo.

En medio de la tormenta, cuando menos te lo esperas, aparece Jesús andando sobre las aguas. Él se preocupa por sus discípulos y sabe que lo están pasando mal. “Soy yo, no temáis”. Y la confianza vuelve a resurgir.

Tu vida también está formada por muchas tormentas que te amenazan por todos los lados. Piensa que Jesús está cerca de ti, diciéndote: “Soy yo, no temas”. Pon siempre tu confianza en Jesús. Tu fe se pone a prueba, pero el Señor siempre va a estar a tu lado.

Para terminar, mete siempre a la Virgen en este juego de confianza mutua entre Jesús y tú. Ella sabe conseguir de Jesús todo lo que quiere y lo que necesitas.

21 de abril de 2023, viernes de la 2ª semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5, 34-42)

En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a los apóstoles y dijo:

«Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. Hace algún tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dispersaron todos sus secuaces y todo acabó en nada.

Más tarde, en los días del censo, surgió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron todos sus secuaces.

En el caso presente, os digo: no os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos, y os expondríais a luchar contra Dios».

Le dieron la razón y, habiendo llamado a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando la buena noticia acerca del Mesías Jesús.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 26, 1. 4. 13-14
R.
Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida
¿quién me hará temblar?
R.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.
R.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 1-15)

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.

Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:

«¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?».

Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.

Felipe le contestó:

«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo».

Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:

«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?».

Jesús dijo:

«Decid a la gente que se siente en el suelo».

Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil.

Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.

Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:

«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda».

Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:

«Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo».

Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Palabra del Señor. 

21 abril 2023, viernes de la 2ª semana de Pascua. Puntos de oración

1.     Los Apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín, dichosos de haber sido considerados dignos de padecer por el nombre de Jesús (Act 5.34)

En esta cincuentena pascual me gusta repetir la bella y tierna oración compuesta por el P. Morales: “Inmaculada Madre de Dios, alcanza a tu Iglesia el gozo de la Pascua: Fe creciente, esperanza cierta, alegría desbordante, paz imperturbable, amor ardiente”.

Me encanta como composición de lugar ver a la familia de los apóstoles, gozosos, con la parresía (audacia y fortaleza) de compartir su fe en Jesús, por considerarse dignos de “padecer” por Jesús. Lo importante es evangelizar, dar testimonio de Jesús, estar dispuestos a ser mártires, si es preciso, con tal de que todos reciban la salvación con Jesús.  

2.     El Señor es mi luz y mi salvación (Salmo 27)

Cuando llega la luz, la paz, la salvación, los problemas se solucionan, se abren los horizontes, todo cobra sentido, lo imposible se hace posible, el Cielo se adelanta. 

3.     "Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados” "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada" (Jn 6)

Qué escena tan entrañable, con parajes tan sugerentes, el mar, la montaña, y todos en pos de Jesús. Y, como siempre, Jesús pendiente de las necesidades físicas (cansancio, hambre, dolor) y espirituales (sed de eternidad). Su oración al Padre va acompañada de la petición de colaboración a Felipe, al niño de los cinco panes y dos peces, al grupo que le ayuda en la distribución… Y se produce el milagro, EL PAN SE MULTIPLICA. Pero a Jesús no le basta el acontecimiento, la coyuntura, va siempre a lo que no termina, a lo eterno, y para ello pide que se recojan los pedazos, las migajas, para que nada se pierda, porque desde que Cristo toca aun lo más insignificante, cobra valor de plenitud. 

Gracias, Señor. Toma y recibe los cinco panes y dos peces de mi libertad, mi querer, mi nada, mi pecado, dame tu gracia, tu misericordia.

Santa María de la Pascua, paz, gozo, amor. 

20 de abril de 2023, jueves de la 2ª semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5, 27-33)

En aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo:

«¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».

Pedro y los apóstoles replicaron:

«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen».

Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 33, 2 y 9. 17-18. 19-20
R.
El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
R.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
R.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 31-36)

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.

El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Palabra del Señor.

20 abril 2023, jueves de la 2ª semana de Pascua. Puntos de oración

Once hombres. Conducidos al tribunal.

Como Jesús.

-Os prohibimos enseñar en ese nombre. Un Dios prohibido. Suena cercano en el tiempo, aquí en nuestra patria.

No se atreven siquiera a pronunciar su nombre. Jesús se prolonga en sus apóstoles. La Iglesia es la continuación de Cristo. Tú eres prolongación de Cristo.

Hoy, la Iglesia sigue también estando expuesta al juicio del mundo.

En su situación de acusados, los apóstoles continúan siendo testigos. Ninguna situación, incluso la más desfavorable, nos dispensa de ser apóstoles.

¿Me encuentro yo también, alguna vez, en esa disyuntiva? 

Ayúdame, Señor, a decidirme por lo que tú quieres y no por lo que el mundo quiere. 

Dios resucitó a ese Jesús a quien vosotros disteis muerte.

Tiempo pascual.

Tiempo de testimonio y de resurrección.

Tiempo de audacia y de valentía.

Tiempo de esperanza y de certeza: Dios conducirá bien su obra. La obra de Dios no puede fracasar. La muerte no puede quedar victoriosa. El pecado no puede vencernos siempre. ¡Es de locos!

Alegrémonos porque ¡Dios resucitó a Jesús! Y nosotros somos testigos.

Santa María de la alegría pascual, intercede para que seamos fieles apasionados de Dios, testigos de Dios entre los hombres; apasionados por sus hermanos, vueltos hacia sus hermanos para dirigirlos hacia Dios.

19 abril 2023, miércoles de la 2ª semana de Pascua

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5, 17-26)

En aquellos días, el sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de los saduceos, en un arrebato de celo, prendieron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles:

«Marchaos y, cuando lleguéis al templo, explicad al pueblo todas estas palabras de vida».

Entonces ellos, al oírlo, entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con todos los suyos, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos de los hijos de Israel, y mandaron a la prisión para que los trajesen. Fueron los guardias, no los encontraron en la cárcel, y volvieron a informar, diciendo:

«Hemos encontrado la prisión cerrada con toda seguridad, y a los centinelas en pie a las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro».

Al oír estas palabras, ni el jefe de la guardia del templo ni los sumos sacerdotes atinaban a explicarse que había pasado. Uno se presentó, avisando:

«Mirad los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo».

Entonces el jefe salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R.
El afligido invocó al Señor, él lo escuchó.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
R.

El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 16-21)

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Palabra del Señor.

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