¡¡Qué fácil es rezar en Pascua!! Nos vale con dejarnos inundar por la
alegría y la paz que nos trae Cristo resucitado. La Pascua es la respuesta a
todo lo que no entendemos, es un camino que, al recorrerlo, sin querer, nos
hace dejar de mirarnos el ombligo y mirar al resucitado y al cielo. Todas las
preguntas y dudas que tenemos, como Nicodemo, se disipan ante la luz de la
resurrección. Contemplando al Señor, que ha vuelto a la vida, todo lo que no
tiene sentido empieza a tenerlo. Lo imposible se vuelve real, palpable, hasta
sencillo.
Contemplemos a Jesús lleno de vida nueva y dejémonos acompañar por él, en este camino de Pascua. Poco a poco, sin prisa, para que su paz nos vaya inundado a lo largo de estos cincuenta días y podamos recibir el Espíritu en Pentecostés.