¡Cristo ha resucitado!
Y así, durante cincuenta días. Hasta la Ascensión podremos saludarnos
los cristianos unos a otros con este saludo, y de alguna forma también al resto
de nuestros coetáneos, quizá no creyentes o creyentes de otras religiones… ¡Un
Jesús resucitado, hombre y Dios, caminando por la tierra, por nuestra tierra,
durante 50 días! La tierra ha quedado de nuevo bendecida porque su creador se
ha hecho presente en ella, tanto con su cuerpo terreno como con su cuerpo
resucitado. Cristo nos ha adelantado algo de lo que será el cielo.
Lunes de Pascua para contemplar los primeros pasos de una comunidad de
discípulos del Señor que tiene que integrar en su vida que su Señor, que se les
había muerto, les ha resucitado. Cambio de tristeza en alegría, cambio de
desesperanza en esperanza, cambio de oscuridad en luz. Nueva luz, nueva tierra,
nuevos hombres y mujeres, ya también “resucitandos”. Somos carne de
resurrección.
¡Aleluya!
