1 noviembre 20210, lunes de la 31ª semana de Tiempo Ordinario. Todos los Santos

Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (7, 2-4. 9-14)

Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles:

«No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que sellemos en la frente a los siervos de nuestro Dios».

Oí también el número de los sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.

Después de esto vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas naciones, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con voz potente:

«¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!».

Y todos los ángeles que estaban de pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y adoraron a Dios, diciendo:

«Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén».

Y uno de los ancianos me dijo:

«Estos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?».

Yo le respondí:

«Señor mío, tú lo sabrás».

Él me respondió.

«Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial
Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
R.

Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob.
R.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3, 1-3)

Queridos hermanos:

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él.

Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Todo el que tiene esperanza en él se purifica a si mismo, como él es puro.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 1-12a)

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».

Palabra del Señor. 

1 noviembre 20210, lunes de la 31ª semana de Tiempo Ordinario. Todos los Santos. Puntos de oración

“Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.” (1Jn 3,3)

El apóstol nos enseña que nuestra filiación divina conlleva una riqueza que se va manifestando de día en día hacia una plenitud de santidad; es fruto de esta relación con Dios y asume toda la vida. Hoy solemnidad de todos los santos se nos invita a acogernos a la intercesión de esa innumerable multitud de testigos que triunfan con Cristo. Muchos de ellos “santos de la puerta de al lado”, santos que ha puesto de relieve el Papa Francisco.

La meditación del evangelio de las bienaventuranzas nos invita a reconocer el estilo de Jesucristo, a cuestionar nuestra escala de valores y a ajustarla a la de Jesús. Vivir así es crecer en el camino del evangelio poniendo nuestra esperanza en Dios mas que en las propias expectativas. 

Todos los santos, rogad por nosotros. 

30 de octubre de 2021, sábado de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11, 1-2a. 11-12. 25-29)

Hermanos:

¿Acaso habrá desechado Dios a su pueblo? De ningún modo: que también yo soy israelita, descendiente de Abrahán, de la tribu de Benjamín. «Dios no ha rechazado a su pueblo», al que había elegido de antemano.

Digo, pues: ¿acaso cometieron delito para caer? De ningún modo. Lo que ocurre es que, por su caída, la salvación ha pasado a los gentiles, para darles celos a ellos.

Pero si su caída ha significado una riqueza para el mundo y su perdida una riqueza para los gentiles, ¡cuánto más significará su plenitud!

Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, para que no os engriáis: el endurecimiento de una parte de Israel ha sucedido hasta que llegue a entrar la totalidad de los gentiles y así todo Israel será salvo, como está escrito:

«Llegará de Sion el Libertador; alejará los crímenes de Jacob; y esta será la alianza que haré con ellos cuando perdone sus pecados».

Según el Evangelio, son enemigos y ello ha revestido en beneficio vuestro; pero según la elección, son objeto de amor en atención a los padres, pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 93, 12-13a. 14-15. 17-18
R. El Señor no rechaza a su pueblo.

Dichoso el hombre a quien tú educas,
al que enseñas tu ley,
dándole descanso tras los años duros.
R.

Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón.
R.

Si el Señor no me hubiera auxiliado,
ya estaría yo habitando en el silencio.
Cuando me parece que voy a tropezar,
tu misericordia, Señor, me sostiene.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (14, 1.7-11)

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.

Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola:

«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro y te dirá:

"Cédele el puesto a éste".

Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.

Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:

"Amigo, sube más arriba".

Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.

Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor.

30 octubre 2021, sábado de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Señor, nuevamente aludes a la humildad como talante de tus seguidores: 

El que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado. "Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias¨. Por eso estoy seguro de que me escuchas cuando, sintiéndote pecador, apelo a tu misericordia. Para mí, única salida. Para ti, motivo de gozo, porque tienes preferencia por los pecadores.

El Señor no rechaza a su pueblo. Señor, tu misericordia me sostiene. Qué sería de nosotros sin tu misericordia.

Cuando te conviden a una boda… Ahora hemos tenido pocas por la pandemia. Pero es un día donde cada uno aporta lo mejor y todos queremos quedar bien. Es el amor que se desborda. En las bodas la gente está alegre y se viste bien. Trata de olvidarse de sí para que el otro sea feliz. Que nuestra vida esté llena de amor Lo mismo debemos hacer con Jesús. Quedar bien. 

Hoy es sábado del mes de octubre, mes del Rosario. Que nuestra oración nos una con María en alabanza.

"Orar es tratar de amistad estando a solas con quien sabemos nos ama" (Sta. Teresa).

29 de octubre de 2021, viernes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (9, 1-5)

Hermanos:

Digo la verdad en Cristo, no miento - mi conciencia me atestigua que es así, en el Espíritu Santo - : siento una gran tristeza y un dolor incesante en mi corazón, pues desearía ser yo mismo un proscrito, alejado de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne: ellos son israelitas y a ellos pertenecen el don de la filiación adoptiva, la gloria, las alianzas, el don de la ley, el culto y las promesas; suyos son los patriarcas y de ellos procede el Cristo, según la carne; el cual está por encima de todo, Dios bendito por los siglos. Amén.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20
R. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sion.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.
R.

Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz.
R.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (14, 1-6)

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos lo estaban espiando.

Había allí, delante de él un hombre enfermo de hidropesía y tomando la palabra, dijo a los maestros de la ley y a los fariseos:

«¿Es lícito curar los sábados, o no?».

Ellos se quedaron callados.

Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió.

Y a ellos les dijo:

«¿A quién de vosotros se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca en seguida en día de sábado?»

Y no pudieron replicar a esto.

Palabra del Señor.

29 octubre 2021, viernes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

La elección de un hombre, la elección de una mujer por parte de Dios siempre es para beneficio de todos los hombres y mujeres. Dios no nos ha escogido a cada uno de nosotros sino en función de todos los que Él quiere salvar. 

Hoy en esta oración, ya cercana a la gran fiesta de todos los santos, tenemos que suplicar sentirnos elegidos para creer en Jesucristo, sentirnos muy amados de Dios Padre que nos ha manifestado todo su Amor en su Hijo Jesús, en quien creemos y a quien seguimos. Lo seguimos desde la confianza, no desde la sospecha ni la duda. Lo seguimos porque hemos conocido su Amor y lo palpamos cada día cuando nos invita a compartir su pan; y, es verdad, que hoy, si tengo la gran gracia de recibirle en la comunión, Jesús entra en mi casa y llena todo mi corazón.

Pero, no puedo olvidar que ser tan amado de Jesús es para que otros muchos le conozcan, le amen y le sigan. Por tanto, cuando tenga a Jesús en mi casa, le diré que estoy dispuesto a hacer y sufrir todo lo que disponga para que su gracia sea fecunda, y que quiero, en consecuencia, que salgamos juntos a vivir según la voluntad del Padre, porque solo así su gracia llegará a plenitud para la salvación de los demás. 

28 octubre 2021, jueves de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. San Simón y san Judas, apóstoles

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,19-22)

Hermanos:

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.

Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 18, 2-3. 4-5
R. A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (6, 12-19)

En aquellos días, tiempo, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Después de bajar con ellos, se paró en una llanura, con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.

Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Palabra del Señor.

28 octubre 2021, jueves de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. San Simón y san Judas, apóstoles

Sois ya “conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Ef 2, 19)

Se dice y escribe pronto, pero hay que sentarse o pasear o hincarse de rodillas para agradecer, saborear, hacerlo consciente y vivir loco de alegría. Que mi patria no es el suelo, estiércol, humus, gusano, sino el CIELO, gozo, vida eterna. Mi familia divina, mis hermanos los santos. ¡Menuda familia, vaya currículum! ¡Cómo no cantar: ciudadanos del cielo, moradores de la casa de Dios! Y mi gratitud, mi gozo, genera un amor servicial, hasta el extremo, como Él, mi Señor, me enseñó y me comunica con su Vida de gracia. 

“¡A toda la tierra alcanza su pregón!” (Salmo 18, 2)

Sí, basta con escuchar. Pero para ello -hay una simpática expresión por América- ¡para la oreja! Y ¡para el carro!, calma, serenidad, haz silencio, fuera prisas, respira, apacigua pasiones y no necesitarás audífonos especiales, el corazón latirá con la voz de su palabra, la que se hizo y se hará carne en ti.

“Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles2 (Lc 6, 12)

¡Qué gusto saber que no soy fruto de un contrato ni un capricho! He sido gestado en el monte, en una noche de amor orante y, al despertar, con la aurora, el Señor me ha llamado, me ha escogido y soy su apóstol. Así de sencillo, así de grande. Y no me importa si no sé hablar ni cantar, sé que Él me ha llamado, me ha fichado para su equipo salvador. Y, me iré o me quedaré, no importa, siempre estaré con mi Jesús, la Vida de mi vida, para que la gente le toque y quede sanada, pues solo Él tiene palabras de vida eterna, sólo de Él sale una fuerza capaz de curar todas las covid y a todos los enfermos, yo, el primero. Te doy gracias, Señor, de todo corazón. En este mes misionero, del rosario, del P. Morales, ¡totus tuus!

27 de octubre de 2021, miércoles de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8, 26-30)

Hermanos:

El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escruta los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.

Por otra parte, sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio.

Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 12, 4-5. 6
R. Yo confío, Señor, en tu misericordia.

Atiende y respóndeme, Señor, Dios mío;
da luz a mis ojos para que no me duerma en la muerte,
para que no diga mi enemigo: «Le he podido»,
ni se alegre mi adversario de mi fracaso.
R.

Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu salvación,
y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 22-30)

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.

Uno le preguntó:

«Señor, ¿son pocos los que se salven?»

Él les dijo:

«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo:

“Señor, ábrenos”; pero él os dirá:

“No sé quiénes sois”:

Entonces comenzaréis a decir:

“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.

Pero él os dirá:

“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.

Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Palabra del Señor. 

27 octubre 2021, miércoles de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

* Primera lectura: El destino que nos espera es el más optimista y mejor que se pueda pensar y desear: "Dios nos predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos". Pero es el Espíritu quien nos enseña a rezar a Dios, más aún, "el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables", y es quien alienta nuestra oración. Nosotros sabemos por la fe que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios. Así, Señor, a pesar de mi miseria actual, seré un día “como Jesús”. Contemplándolo, contemplo la imagen de lo que seré, cuando mi vida será “cumplida”, “acabada”, “plena” según el modelo: Cristo. María, nuestra Madre, es el mejor y más seguro camino para llegar a Jesús.

* Evangelio: Jesús no responde a la curiosidad acerca del número de los que se salvan, pero sí aprovecha para dar su lección: "esforzaos en entrar por la puerta estrecha". En el sermón de la montaña ya nos había avisado: "entrad por la entrada estrecha, porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la vida!" (Mt 7,13-14). El Reino es exigente y, a la vez, abierto a todos. Abramos el corazón de par en par.

26 de octubre de 2021, martes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8, 18-25)

Hermanos:

Considero que los sufrimientos de ahora no se pueden comparar con la gloria que un día se nos manifestará. Porque la creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios; en efecto, la creación fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió, con la esperanza de que la creación misma sería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

Porque sabemos que hasta hoy toda la creación entera está gimiendo y sufre dolores de parto.

Y no sólo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.

Pues hemos sido salvados en esperanza. Y una esperanza que se ve, no es esperanza; efectivamente, ¿cómo va a esperar uno algo que ve?

Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R. El Señor ha estado grande con nosotros.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sion,
nos parecía sonar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
R.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
R.

Recoge, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
R.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 18-21)

En aquel tiempo, decía Jesús:

¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?

Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».

Y dijo de nuevo:

¿A qué compararé el reino de Dios?

Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

Palabra del Señor.

26 octubre 2021, martes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Más que unos puntos, ofrezco unas claves de lectura que puedan iluminar la Palabra:

1. Cuando se acerca el final del año litúrgico (en Adviento comienza en nuevo Año Litúrgico), las lecturas empiezan a tomar una dimensión apocalíptica en el sentido cristiano: el fin del mundo como lo conocemos, en el que Cristo triunfante nos hará entrar a su gloria. La carta a los romanos expresa esta realidad: estamos llamados a la gloria, incluso la creación ansía el momento en el que Cristo reúna en la gloria todo lo creado (eso es recapitular: poner todo bajo Cristo Cabeza, donde nosotros somos sus miembros).

2. El Reino de Dios en teología (que no debe ir desvinculada de nuestra oración y espiritualidad) siempre se ha identificado con Cristo. Cristo es quien está llamado a crecer en nosotros y en el mundo, en el que estamos llamados a “anidar”. 

3. Uniendo los dos puntos anteriores: la plenitud del Reino es cuando Cristo se muestre en gloria, resucite la carne, transfigure nuestras heridas, triunfe definitivamente en nuestra debilidad. Leamos y recemos la Palabra en estas claves: llamados a la gloria, en comunión con Cristo Triunfante y Vencedor.

25 de octubre de 2010, lunes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8, 12-17)

Hermanos:

Somos deudores, pero no de la carne para vivir según la carne. Pues si vivís según la carne, moriréis; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.

Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.

Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!».

Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 67, 2 y 4. 6-7ab. 20-21
R. Nuestro Dios es un Dios que salva.

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian.
En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría. R.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R.

Bendito el Señor cada día,
Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.
Nuestro Dios es un Dios que salva,
el Señor Dios nos hace escapar de la muerte. R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 10-17)

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.

Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo:

«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».

Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:

«Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado».

Pero el Señor le respondió y dijo:

«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre y lo lleva a abrevar?

Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».

Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.

Palabra del Señor. 

25 octubre 2010, lunes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

A la luz de los textos que nos propone hoy la liturgia, te propongo tres puntos que pueden encarrilar tu oración hoy.

1º.- Nuestro Dios es un Dios que salva. Dios es el más interesado en salvarnos. Toda la historia de la humanidad está enfocada a este propósito. Cristo ha muerto por nosotros y por nuestra salvación. Dios quiere que todos los hombres se salven y que alcancen la vida eterna.

2º.- Dios posee un corazón tierno y se apiada de nosotros. Por eso prefiere a los más débiles; se acerca a los pecadores y se insinúa con delicadeza. Vio a una mujer encorvada desde hacía 18 años y le entró compasión: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”, Tienes que sentir en esta mañana que Dios se fija en ti, que te ve tan débil y se apiada de ti. Quizás llevas muchos años encorvado por el peso de tus miserias; mira a Jesús y pídele: Señor apiádate de mí y cúrame.

3º.- En tercer lugar, tienes que ser consciente de que eres Hijo de Dios. El precio que ha pagado el Señor para hacernos hijos de Dios ha sido muy alto: su crucifixión, muerte y resurrección; y todo esto no ha sido en vano, sino que nos ha metido de una forma muy especial en la familia de Dios hasta ser sus hijos y por tanto somos herederos de Dios, coherederos con Cristo. Por lo tanto, ya no podemos ser siervos de nada ni de nadie y podemos gritar con fuerza: “Abba, Padre”. 

24 de octubre de 2021, domingo de la 30ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (31, 7-9)

Así dice el Señor:

«Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por la flor de los pueblos; proclamad, alabad y decid:

“¡El Señor ha salvado a su pueblo, ha salvado al resto de Israel!”

Los traeré del país del norte, los reuniré de los confines de la tierra.

Entre ellos habrá ciegos y cojos, lo mismo preñadas que paridas: volverá una enorme multitud.

Vendrán todos llorando y yo los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por camino llano, sin tropiezos.

Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial
Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sion,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
R.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
R.

Recoge, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
R.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
R.

Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (5, 1-6)

Todo sumo sacerdote, escogido de entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.

Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, porque también él está sujeto a debilidades.

A causa de ella, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.

Nadie puede arrogarse este honor sino el que es llamado por Dios, como en el caso de Aarón.

Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice en otro pasaje: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (10, 46-52)

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»

Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:

«Hijo de David, ten compasión de mí».

Jesús se detuvo y dijo:

«Llamadlo».

Llamaron al ciego, diciéndole:

«Ánimo, levántate, que te llama».

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús le dijo:

«¿Qué quieres que te haga?».

El ciego le contestó:

«”Rabbuni”, que recobre la vista».

Jesús le dijo:

«Anda, tu fe te ha salvado».

Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabra del Señor.

24 octubre 2021, domingo de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.

El Evangelio del día de hoy nos relata la curación del ciego Bartimeo. Como de forma habitual en los domingos, la primera lectura conecta perfectamente con el Evangelio. Nosotros estamos ciegos. Muchas veces, arrastrados por nuestras miserias y pecados, no somos capaces de ver las cosas con perspectiva y ver la acción de Dios en nuestra vida, y eso puede llevarnos a la angustia y desasosiego. Pero siempre está Dios para rescatarnos, como a Bartimeo o como al pueblo de Israel (1ra lectura), y llevarnos a torrentes de agua viva y a una tierra llana. De esa forma podremos cantar como el salmista: “El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres”. Confía en Dios, llámale como el ciego. Dios no hace oídos sordos, siempre responde. Tú sólo confía en Dios. Él hace el resto.  

Te invito a que te encomiendes a nuestra Madre. La Virgen nos acerca de la mano a Jesús, nos saca de la angustia.

23 de octubre de 2021, sábado de la 29ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8, 1-11)

Hermanos:

No hay condena alguna para los que están en Cristo Jesús, pues la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús te ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Lo que era imposible a la ley, por cuanto que estaba debilitada a causa de la carne, lo ha hecho Dios: enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y en orden al pecado, condeno el pecado en la carne, para que la justa exigencia de la ley se cumpliera en nosotros, los que actuamos no de acuerdo con la carne, sino de acuerdo con el Espíritu.

Pues los que viven según la carne desean las cosas de la carne; en cambio, los que viven según el espíritu, desean las cosas del Espíritu.

El deseo de la carne es muerte; en cambio el deseo del Espíritu, vida y paz. Por ello, el deseo de la carne es hostil a Dios, pues no se somete a la ley de Dios; ni puede someterse. Los que están en la carne no pueden agradar a Dios.

Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros; en cambio, si alguien no posee el Espíritu de Cristo no es de Cristo.

Pues si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justicia. Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos a Cristo Jesús también dará vida a vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Este es la generación que busca tu rostro, Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
R.

Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 1-9)

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Jesús respondió:

«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».

Y les dijo esta parábola:

«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:

“Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”

Pero el viñador respondió:

“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

Palabra del Señor.

23 octubre 2021, sábado de la 29ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Es consolador que la Palabra de Dios nos repita, una y otra vez, que no tenemos necesidad de llegar a merecer el amor de Dios, sino de aprender a aceptarlo en gratuidad. Como esa higuera del Evangelio…

Porque quien trata de merecer el amor, cuando las cosas no le sonríen aparentemente, inmediatamente piensa que detrás hay un castigo por su pecado, o una confirmación de su poca valía. ¿No nos pasa esto, ni siquiera un poquito, también a nosotros?

Y, sin embargo, Dios solo permite un mal en mi vida, para conseguir un mayor bien. El amor de Dios es incondicional, no tiene marcha atrás, no puedo hacer nada para que Dios me ame menos de lo que lo hace, ni tampoco para que me ame más. ¡Ni tampoco más! Entonces, ¿qué me queda a mí, Señor? Adentrarme en tu amor ofrecido y mantenido en fidelidad en mi vida, y aceptarlo como roca de mi vida.

Tu amor y paciencia, para conmigo, Señor, son infinitos. No te cansas nunca, de estar abonando siempre la higuera de mi vida. Por eso, esa higuera, siempre, haya pasado los años que haya pasado seca, puede reverdecer. ¿En qué me pides hoy, que te dé la oportunidad de hacerme reverdecer, Señor?

No cansarse nunca de estar empezando siempre, es creer de corazón, que Tú no te cansas nunca de estar empezando siempre conmigo. 

Hoy recomienzo en… (concretar cada uno), fiado de tu amor.

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