23 octubre 2021, sábado de la 29ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Es consolador que la Palabra de Dios nos repita, una y otra vez, que no tenemos necesidad de llegar a merecer el amor de Dios, sino de aprender a aceptarlo en gratuidad. Como esa higuera del Evangelio…

Porque quien trata de merecer el amor, cuando las cosas no le sonríen aparentemente, inmediatamente piensa que detrás hay un castigo por su pecado, o una confirmación de su poca valía. ¿No nos pasa esto, ni siquiera un poquito, también a nosotros?

Y, sin embargo, Dios solo permite un mal en mi vida, para conseguir un mayor bien. El amor de Dios es incondicional, no tiene marcha atrás, no puedo hacer nada para que Dios me ame menos de lo que lo hace, ni tampoco para que me ame más. ¡Ni tampoco más! Entonces, ¿qué me queda a mí, Señor? Adentrarme en tu amor ofrecido y mantenido en fidelidad en mi vida, y aceptarlo como roca de mi vida.

Tu amor y paciencia, para conmigo, Señor, son infinitos. No te cansas nunca, de estar abonando siempre la higuera de mi vida. Por eso, esa higuera, siempre, haya pasado los años que haya pasado seca, puede reverdecer. ¿En qué me pides hoy, que te dé la oportunidad de hacerme reverdecer, Señor?

No cansarse nunca de estar empezando siempre, es creer de corazón, que Tú no te cansas nunca de estar empezando siempre conmigo. 

Hoy recomienzo en… (concretar cada uno), fiado de tu amor.

Archivo del blog