1 de octubre de 2022, sábado. Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

Primera lectura
Lectura del libro de Job (42, 1-3. 5-6. 12-16)

Job respondió al Señor:

«Reconozco que lo puedes todo, que ningún proyecto te resulta imposible.

Dijiste:

“¿Quién es ese que enturbia mis designios sin saber siquiera de qué habla?”

Es cierto, hablé de cosas que ignoraba, de maravillas que superan mi comprensión.

Te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos; por eso, me retracto y me arrepiento, echado en el polvo y la ceniza».

El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio. Llegó a poseer catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas.

Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma, la segunda Acacia, la tercera Azabache. No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre las hizo herederas, igual que a sus hermanos.

Job vivió otros ciento cuarenta años, y conoció a sus hijos, a sus nietos y a sus biznietos.

Murió anciano tras una larga vida.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 118, 66. 71. 75. 91. 125. 130
R.
Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Enséñame la bondad, la prudencia y el conocimiento,
porque me fío de tus mandatos.
R.

Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus decretos.
R.

Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir.
R.

Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio.
R.

Yo soy tu siervo: dame inteligencia,
y conoceré tus preceptos.
R.

La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (10, 17-24)

En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús:

«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre»

Él les contestó:

«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y no os hará daño alguno.

Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».

En aquel momento, lleno de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:

«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños.

Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.

Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».

Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:

«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».

Palabra del Señor.

1 octubre 2022, sábado. Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia. Puntos de oración

Nos ponemos en presencia del Señor e invocamos al Espíritu Santo para que nos haga capaces de escuchar Su palabra. La voz del Señor llega a nosotros y nos disponemos a acoger la invitación que nos brinda de pasar rato con Él. 

Hoy llegamos al final del recorrido de Job. Son muchas las experiencias acumuladas por Job en este punto final de su vida. Job ha ido descubriendo que la bondad y bendición del Señor no se mide por el bienestar y éxitos humanos. Que nuestra pequeñez de criaturas se estremece ante la grandiosidad de Dios cuyos caminos no podemos entender, sino que debemos acoger con confianza. El Señor nos muestra hoy cómo la relación de Job con Él se ha transformado y de ella nace nueva vida: sus nuevos hijos, las nuevas bendiciones materiales del Señor, etc. Estos bienes son más auténticos que los primeros porque ahora ha tenido experiencia de Dios, le ha conocido de cerca. “Sus ojos le han visto”. 

El Señor nos invita a estremecernos con Job para entrar también nosotros en esa relación nueva. No una relación de temor y servil. Sino una relación en que hayamos adquirido un poquito el corazón del Señor. “No estéis alegres porque expulsáis demonios sino porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”. Que en la oración de hoy busquemos experimentar esa grandeza de Dios que nos hace sentir pequeños. Sirvámonos para ello de la experiencia de Job, pero también de la propia: situaciones que nos superan o que no controlamos, regalos que el Señor hace sin que lo merezcamos, sufrimientos en nuestra vida o en la de otros… Todo es acción de Dios. Todo le sirve para sus designios. Aunque no sepamos cómo. Aceptemos y adoremos.

29 septiembre 2022, jueves. Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel (7, 9-10. 13-14)

Miré y vi que colocaban unos tronos. Un anciano se sentó.

Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas; un río impetuoso de fuego brotaba y corría ante él. Miles y miles lo servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.

Seguí mirando. Y en mi visión nocturna vi venir una especie de hijo de hombre entre las nubes del cielo.

Avanzó hacia el anciano y llegó hasta su presencia.

A él se le dio poder, honor y reino.

Y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron.

Su poder es un poder eterno, no cesará.

Su reino no acabará.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 137, 1-2a. 2b-3. 4-5. 7c-8
R.
Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario.
R.

Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.
R.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 47-51)

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:

«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».

Natanael le contesta:

«¿De qué me conoces?».

Jesús le responde:

«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».

Natanael respondió:

«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».

Jesús le contestó:

«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».

Y le añadió:

«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.

29 septiembre 2022, jueves. Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Puntos de oración

Hoy podemos apreciar en esta lectura algunos aspectos muy importantes de nuestra fe. Jesús nos elige e invita a confiar en sus palabras: “Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca”. En esta invitación se pone a prueba la fe de los apóstoles, del mismo modo que cada día se pone a prueba nuestra fe al leer el evangelio, o al elegir confiar en los mensajes de nuestra querida Iglesia, a través del Papa, obispos y sacerdotes. Esta fe que puede mover montañas (Mt 17,20), y que conmueve el corazón de Dios hasta el punto de regalarnos aquello que más necesitamos (Mt 7, 7-11). Jesús aquel día sorprende a los apóstoles con una pesca que era imposible imaginar, pero el mayor regalo fue ser escogidos por Él, tener la oportunidad de ser testigos e instrumentos de su amor, y dejarlo todo por seguirle.

28 de septiembre de 2022, miércoles de la 26ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro de Job (9,1-12.14-16)

Respondió Job a sus amigos:

«Sé muy bien que es así: que el mortal no es justo ante Dios. Si quiere pleitear con él, de mil razones no le rebatirá ni una.

Él es sabio y poderoso ¿quién, le resiste y queda ileso?

Desplaza montañas sin que se note, y cuando las vuelca con su cólera.

Estremece la tierra en sus cimientos, hace retemblar sus pilares; manda al sol que no brille y guarda bajo sello las estrellas.

Él solo despliega los cielos y camina sobre el dorso del Mar.

Creó la Osa y Orión, las Pléyades y las Cámaras del Sur.

Hace prodigios insondables, maravillas innumerables.

Si cruza junto a mí, no lo veo, me roza, al pasar, y no lo siento; si en algo hace presa, ¿quién se lo impedirá?, ¿quién le reclamará: “Qué estás haciendo”?

Cuánto menos podré yo replicarle o escoger argumentos contra él. Aunque tuviera yo razón, no respondería, tendría que suplicar a mi adversario; aunque lo citara y me respondiera, no creo que me hiciera caso».

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 87, 10bc-11. 12-13. 14-15
R.
Llegue hasta ti mi súplica, Señor.

Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
R.

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido?
R.

Pero yo te pido auxilio, Señor
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro?
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 57-62)

En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:

«Te seguiré adondequiera que vayas».

Jesús le respondió:

«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».

A otro le dijo:

«Sígueme»

Él respondió:

«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».

Le contestó:

«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

Otro le dijo:

«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».

Jesús le contestó:

Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

Palabra del Señor.

28 septiembre 2022, miércoles de la 26ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

En este rato de oración de hoy quiero Señor abrir mi corazón sin reservas y decirte como el discípulo del evangelio: «te seguiré adondequiera que vayas». Señor, quiero hacer tu voluntad en medio de mis circunstancias cotidianas, sin mirar al pasado que ya no puedo cambiar, sin mirar hacia atrás añorando lo que he dejado o lo que no he podido hacer. Quiero vivir cada instante del día de hoy en plenitud, haciendo con sencillez mi trabajo, escuchando de manera activa al que me habla, acogiendo la realidad de cada persona con la que hoy me cruce durante el día. Vivir el momento presente amando sin condiciones, amando Tu voluntad para mi hoy. De esta manera podré hacer vida el Reino de Dios hoy en nuestro mundo.

Y cuando a lo largo del día tenga la tentación de mirarme a mí, de dejarme llevar por la rutina o el cansancio, alzaré mis ojos al cielo para que "llegue hasta Ti mi súplica", como nos invita el salmista.

"Te pido auxilio, Señor, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica". Desde el comienzo del día, ofreciendo todo lo que soy y lo que tengo, me dispongo a vivir este nuevo día sabiendo que me vas a acompañar en cada acción, en cada decisión, en cada encuentro, en cada gesto cotidiano que pasa inadvertido a los ojos de los demás, pero que son los momentos cotidianos de "mi Nazaret". Aquí es donde quieres que me santifique, vivir el ahora, el momento presente en plenitud siguiendo la estela de tu vida oculta y sencilla de Nazaret.

26 de septiembre de 2022, lunes de la 26ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro de Job (1, 6-22)

Un día los hijos de Dios se presentaron ante el Señor; entre ellos apareció también Satán.

El Señor le preguntó a Satán:

«¿De dónde vienes?».

Satán respondió al Señor:

«De dar vueltas por la tierra; de andar por ella».

El Señor añadió:

«¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y vive apartado del mal».

Satán contestó al Señor:

«¿Y crees que Job teme a Dios de balde? ¿No has levantado tú mismo una valla en torno a él, su hogar y todo lo suyo? Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se extienden por el país. Extiende tu mano y daña sus bienes y ¡ya verás cómo te maldice en la cara».

El Señor respondió a Satán:

«Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques».

Satán abandonó la presencia del Señor.

Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job con esta noticia:

«Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a los mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo».

No había acabado este de hablar, cuando llegó otro con esta noticia:

«Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido a las ovejas y a los pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo».

No había acabado de hablar, cuando llegó otro con esta noticia:

«Una banda de caldeos, divididos en tres grupos, se ha echado sobre los camellos y se los ha llevado, después de apuñalar a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo».

No había acabado de hablar, cuando llegó otro con esta noticia:

«Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó sobre los jóvenes y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo».

Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo:

«Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor».

A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 16, 1. 2-3. 6-7
R.
Inclina el oído y escucha mis palabras.

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño.
R.

Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón, visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
R.

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 46-50)

En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante.

Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:

«El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».

Entonces Juan tomó la palabra y dijo:

«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir».

Jesús le respondió:

«No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro».

Palabra del Señor.

26 septiembre 2022, lunes de la 26ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Como podemos observar en la primera lectura, muchas veces en la vida suceden acontecimientos que destrozan nuestros planes, nos sentimos agobiados porque no lo tenemos todo controlado o pensamos que somos inútiles ante la situación. Pero tenemos que estar convencidos de que Dios jamás permitirá que nos pase algo malo si no conlleva después un beneficio. Una confianza plena en Dios es lo único que nos puede servir para actuar frente a las adversidades.

Si nos fijamos en el Salmo, vemos que el Señor siempre nos escucha. Por eso tenemos que confiar en Él: sabe lo que necesitamos en cada momento y por su misericordia nos lo ofrece. Nos puede probar como hizo con Isaac al pedirle la vida de su hijo, pero siempre va a tener compasión de nosotros.

Por último, en el Evangelio Dios nos invita a pasar por la puerta estrecha, por donde les es más fácil entrar a los niños, los sencillos, los humildes. "El más pequeño de vosotros es el más importante". Podemos pensar en ciertos aspectos de nuestra vida viendo si intentamos ser como niños. ¿Perdono rápidamente? ¿Soy rencoroso? ¿Confío plenamente en quien me cuida y me ama (Dios)?...

Jesús no pida grandes hazañas, sino abandono y gratitud.

24 de septiembre de 2022, sábado de la 25ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiastés 11, 9-12, 8 (11, 9-12 8)

Disfruta mientras eres muchacho y pásalo bien en la juventud; déjate llevar del corazón y de lo que te recrea la vista; pero sábete que Dios te llevará a juicio para dar cuenta de todo.

Rechaza las penas del corazón y rehúye los dolores del cuerpo: adolescencia y juventud son efímeras.

Acuérdate de tu Creador en tus años mozos, antes de que lleguen los días aciagos y te alcancen los años en que digas: «No les saco gusto»; antes de que se oscurezcan el sol, la luna y las estrellas, y tras la lluvia vuelva el nublado.

Ese día temblarán los guardianes de la casa, y los valientes se encorvarán; las que muelen serán pocas y se pararán, los que miran por las ventanas se ofuscarán, las puertas de la calle se cerrarán y el ruido del molino será solo un eco; se debilitará el canto de los pájaros, las canciones se irán apagando; darán miedo las alturas y en las calles rondarán los terrores; cuando florezca el almendro y se arrastre la langosta y sea ineficaz la alcaparra; porque el hombre va a la morada de su eternidad y el cortejo fúnebre recorre las calles.

Antes de que se rompa el hilo de planta, y se destroce la copa de oro, y se quiebre el cántaro en la fuente, y se raje la polea del pozo, y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva al Dios que lo dio.

Vanidad de vanidades, dice Qohélet, vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17
R.
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.
R.

Si tú los retiras
son como un sueño
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 43b-45)

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

«Meteos bien en los oídos estas palabras: al Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».

Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no captaban el sentido.

Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

Palabra del Señor.

24 septiembre 2022, sábado de la 25ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

El arte de vivir: ser disfrutones, y cargar la propia cruz y seguir al Señor. Pero no es improvisado encontrar a alguien que, en íntimo diálogo con su Señor, sea capaz de disfrutar lo bueno que hay en su vida, y de abrazar lo que de duro haya en ella. 

Señor, si te hemos conocido, concédenos la gracia de, como Tú (lectura del Evangelio: meteos bien en los oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres), aceptar morir día a día a nosotros mismos, como María. La felicidad no está en la ausencia de sufrimiento, sino en saberse en los brazos de un Padre bueno, que dispone todo para nuestro bien, y siempre nos acompaña. 

A nosotros, como a los discípulos, nos cuesta entender y se nos hace oscuro tu manera de hablar. Ellos tenían miedo de preguntarte. Hoy, nosotros, queremos dialogar a corazón abierto Contigo sobre nuestra cruz. ¿A qué o a quién he sido entregado? Necesitamos encontrarte, para poder seguirte, y siguiéndote, amarte. En todo amar y servir…

23 de septiembre de 2022, viernes. San Pío de Pietrelcina, presbítero

Primera Lectura
Lectura del libro del Eclesiastés (3, 1 -11)

Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:

Tiempo de nacer, tiempo de morir;
tiempo de plantar, tiempo de arrancar;
tiempo de matar, tiempo de sanar;
tiempo de destruir tiempo de construir;
tiempo de llorar, tiempo de reír;
tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar;
tiempo de arrojar piedras, tiempo de recogerlas;
tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse;
tiempo de buscar, tiempo de perder;
tiempo de guardar, tiempo de arrojar;
tiempo de rasgar, tiempo de coser;
tiempo de callar, tiempo de hablar;
tiempo de amar, tiempo de odiar;
tiempo de guerra, tiempo de paz.

¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Comprobé la tarea que Dios encomendado a los hombres para que se ocupen en ella: todo lo hizo bueno a su tiempo, y les proporcionó el sentido del tiempo, pero el hombre no puede llegar a comprender la obra que hizo Dios, de principio a fin.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 143, la y 2abc. 3-4
R.
Bendito el Señor, mi Roca.

Bendito el Señor, mi Roca,
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio.
R.

Señor, ¿qué es el hombre
para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán
para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 18-22)

Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:

«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos contestaron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro respondió:

«El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. porque decía:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

Palabra del Señor.

23 septiembre 2022, viernes. San Pío de Pietrelcina, presbítero. Puntos de oración

Ante la fugacidad de la existencia humana, como “sombra que pasa”, las lecturas de hoy nos preguntan sobre nuestras claves de vida.

Para ello, ayudará recordar si, con la tarea que Dios ha encomendado a los hombres para que se ocupen en ella, (cada uno la suya) es algo con lo que podríamos afirmar: todo lo hizo bueno a su tiempo, y les proporcionó el sentido del tiempo.

Desde luego que, si vamos siendo capaces de vivir nuestra vida con Él, desde Él y para Él, podremos afirmar con el Salmo: Bendito el Señor, mi Roca, // mi bienhechor, mi alcázar, // baluarte donde me pongo a salvo, // mi escudo y mi refugio.

Por eso, hoy, Jesús, nos pregunta: Y tú, ¿quién dices que soy yo?, ¿Soy parte de tu vida? ¿Qué grado de intimidad tienes conmigo? Podría seguir diciendo Jesús, “no me sirven definiciones grandilocuentes, porque ya sabes que tengo que padecer mucho, ser desechado… ser ejecutado y resucitar al tercer día”; dime lo que piensas de mí para que yo pueda a su vez comentarte matices que quizás desconoces, tanto míos como también tuyos.

Santa María, danos tu corazón para amar y tus labios para pronunciar el nombre de Jesús. Alcánzanos gracia para que Él sea amigo, Señor y Dueño de nuestro corazón. Así, en medio de nuestra tarea diaria, seremos reflejos suyos.

22 de septiembre de 2022, jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiastés (1, 2-11)

¡Vanidad de vanidades! -dice Qohelet- ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!

¿Qué saca el hombre de todos los afanes con que se afana bajo el sol?

Una generación se va, otra generación viene, pero la tierra siempre permanece.

Sale el sol, se pone el sol, se afana por llegar a su puesto, y de allí vuelve a salir. Sopla hacia el sur, gira al norte, gira que te gira el viento, y vuelve el viento a girar.

Todos los ríos se encaminan al mar, y el mar nunca se llena; pero siempre se encaminan los ríos al mismo sitio.

Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír.

Lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: nada hay nuevo bajo el sol.

De algunas cosas se dice: «Mira, esto es nuevo». Sin embargo, ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros.

Nadie se acuerda de los antiguos, y lo mismo pasará con los que vengan: sus sucesores no se acordarán de ellos.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17
R.
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna.
R.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 7-9)

En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:

«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».

Y tenía ganas de verlo.

Palabra del Señor.

22 septiembre 2022, jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

En estos días cambiamos de estación y un nuevo otoño comienza. Las lecturas de la misa de hoy nos hablan precisamente de eso: de un mundo que cambia pero siempre permanece igual; las cosas que parecen nuevas ya han pasado anteriormente. Cambian los aspectos exteriores, pero el corazón del hombre siempre permanece igual; hoy se entusiasma con los nuevos descubrimientos y mañana son superados.

Solamente Jesucristo hizo nuevas todas las cosas después de su muerte y resurrección. El hombre dio un paso gigantesco en ese momento, el hombre nuevo que surge con el bautismo ya no es el mismo. A través del bautismo se produce el mayor avance en la “evolución” humana. El ser humano deja de ser hombre sólo y se convierte en hijo de Dios. Jesucristo, con su muerte y resurrección, ha ganado para nosotros este nuevo status. 

Con el salmo 89 podemos decirle al “Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación”. Todo pasa menos el Señor, que siempre permanece y, por lo tanto, si permanecemos en Él, también permanecemos para siempre.

De la lectura del Evangelio podemos quedarnos con la última frase que se refiere a Herodes: “Y tenía ganas de verlo”. Herodes quería verlo para que hiciera milagros en su presencia y así entretenerse un poco. Nosotros queremos verlo para decirle tantas cosas que le vamos a decir en nuestro rato de oración de hoy. Aquí empieza tu oración: dile a Jesús todo lo que quieres decirle, háblale como a un amigo, como a tu hermano, con el mayor cariño que puedas. Únete a Él de una forma “divina”.

No te olvides de la Virgen; Dios ha querido que jugara un papel importante en este hacer nuevas todas las cosas. Ella nos lo trajo al mundo y Ella nos lo entrega cada día.

21 de septiembre de 2022, miércoles de la 25ª semana de Tiempo Ordinario. San Mateo, apóstol y evangelista

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4, 1-7. 11-13)

Hermanos:

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.

Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobre llevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vinculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que está sobre todos, actúa por medio de todos y ésta en todos.

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo.

Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Palabra del Señor

Salmo responsorial
Sal 18, 2-3. 4-5
R.
A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 9-13)

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:

«Sígueme».

Él se levantó y lo siguió.

Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:

«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».

Jesús lo oyó y dijo:

«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificio": que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores».

Palabra del Señor. 

21 septiembre 2022, miércoles de la 25ª semana de Tiempo Ordinario. San Mateo, apóstol y evangelista. Puntos de oración

1.     A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo… para la edificación del cuerpo de Cristo (Ef 4,1)

Sí, Señor, soy consciente de ser un agraciado, al igual de los que están a mi lado. Y que soy y somos lo que Tú nos has dado. Y todo para edificar tu Cuerpo. ¡Asombroso! Cuando comulgamos se nos dice: “Cuerpo de Cristo” y respondemos “amén”. De algún modo podíamos decir lo mismo de cada uno de nosotros, somos “cuerpo de Cristo” y también debemos dejar que nos coman, “comulgarnos”. Gracias, Jesús, ayúdame a descubrir ese don, a valorarlo y a compartirlo. Teresita lo descubrió: “En el corazón de la Iglesia seré el amor y así lo seré todo”.

2.     A toda la tierra alcanza su pregón. El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos (Sal 18, 2).

¡Laudato si! ¡Loado seas mi Señor por tan elocuente pregón, por tan bella imagen…el cosmos, el universo! Que vea, que escuche, que palpe, que sienta. San Ignacio lloraba de emoción al contemplar las estrellas: “¡No me chilléis tanto!”.

3.     “Al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo… y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. (Mt 9, 9)

¡Qué sencillo y qué rápido! Para qué tanta vuelta, tanta complicación…¿Cómo sería la mirada de Jesús que levanta en vilo al publicano Mateo y se lo lleva consigo? Jesús, que sienta tu potente y tierna mirada en la mía; y, al punto, me levantaré y te seguiré sin poner la vista atrás. Sé que has venido a llamar a los enfermos y pecadores. ¡Cuenta conmigo! Te digo como el ciego: ¡Señor, que vea! Creo, aumenta mi fe. Como Lázaro: “Jesús, tu amigo, el que amas, está enfermo, ten piedad y misericordia de mí”.

¡Madre, tus ojos para mirarle, tus oídos para escucharle, tu corazón para amarle!

20 de septiembre de 2022, martes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro de los Proverbios (21, 1-6. 10-13)

El corazón del rey es una acequia que el Señor canaliza adonde quiere.

El hombre juzga recto su camino, pero el Señor pesa los corazones.

Practicar el derecho y la justicia el Señor lo prefiere a los sacrificios.

Ojos altivos, corazón ambicioso; faro de los malvados es el pecado.

Los planes del diligente traen ganancia, los del atolondrado, indigencia.

Tesoros ganados con boca embustera, humo que se disipa y trampa mortal.

El malvado se afana en el mal, nunca se apiada del prójimo.

Castigas al cínico y aprende el inexperto, pero el sabio aprende oyendo la lección.

El honrado observa la casa del malvado y ve cómo se hunde en la desgracia.

Quien cierra los oídos al clamor del pobre no será escuchado cuando grite.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial
Sal 118, 1. 27. 30. 34. 35. 44
R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor.
R.

Instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas.
R.

Escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos.
R.

Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón.
R.

Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo.
R.

Cumpliré sin cesar tu voluntad,
por siempre jamás.
R.

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (8, 19-21)

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.

Entonces lo avisaron:

«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte».

Él respondió diciéndoles:

«Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Palabra del Señor.

20 septiembre 2022, martes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Estando Jesús hablando con la gente, su Madre y sus hermanos fueron donde Él. No lograron llegar. ¿Estoy yo también deseoso de "ver a Jesús"? Al comenzar mi oración, ¿estoy lleno de deseo?

-"Mi Madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios”. Los que escuchan son la "familia de Jesús". Por encima de los lazos de sangre, comporta innumerables lazos con innumerables hermanos. Conocidos y desconocidos. La escucha nos hace capaces de vivir en la familiaridad con Él. Con todos. ¡Es de locos!

¡Señor, que escuche tu voz de tal manera que llegue a percibirla como una voz familiar, la más familiar, la más íntima! 

“Y la cumplen”. La ponen por obra. Es la insistencia de Jesús que muchas veces proclama: vivir la fe, vivir lo que se cree, con plenitud y alegría, en el momento presente, aunque el mundo se hunda. ¡Guíame, Señor, en esa senda! ¡Ayúdame a vivir desapareciendo y amando!

Que por la escucha de tu palabra me llene de ilusión al saber que eres Tú quien pesa los corazones. Señor, pesa mi corazón, y hazlo crecer en densidad de amor.

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