Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5, 1-8)
Hermanos:
Se oye decir en todas partes que hay entre vosotros un caso de
inmoralidad; y una inmoralidad tal que no se da ni entre los gentiles: uno
convive con la mujer de su padre.
¿Y vosotros seguís tan ufanos?
Estaría mejor ponerse de luto y expulsar de entre vosotros al que ha
hecho eso.
Pues lo que es yo, ausente en el cuerpo, pero presente en espíritu, ya
he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en el
nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de
nuestro Señor Jesús entregar al que ha hecho eso en manos de Satanás; para
destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el día del Señor.
Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser.
¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?
Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes
ácimos.
Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo.
Así, pues, celebremos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de
corrupción y de maldad), sino con los panes ácimos de la sinceridad y la
verdad.
Palabra del Señor
Salmo responsorial
Sal 5, 5-6. 7. 12
R. Señor, guíame con
tu justicia.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R.
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (6, 6-11)
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar.
Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en
sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada:
«Levántate y ponte ahí en medio».
Y, levantándose, se quedó en pie.
Jesús les dijo:
- «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer
el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?».
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo:
«Extiende tu mano».
Él lo hizo y su mano quedó restablecida.
Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con
Jesús.
Palabra del Señor.