9 septiembre 2022, viernes de la 23ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Me pongo en la presencia del Señor, invocando al Espíritu Santo, para que me dé luz y me guíe en este momento de oración.

Orar es poder estar en la presencia de Dios, sabiendo que es nuestro descanso y nuestro refugio. El alma anhela los atrios del Señor y con razón podemos afirmar: ¡qué deseable son tus moradas, Señor del universo!

Al recibir todo de nuestro Creador, surge la necesidad de anunciarlo a los hombres; nos es motivo de orgullo, como afirma san Pablo, y es que ¡ay de mí si no anuncio el evangelio! Nuestra vida es una carrera hacia la eternidad. Corremos no por una corona que se marchita, sino por una que es imperecedera. Estamos hechos para el Señor y hemos sido creados para alabar, hacer reverencia y servirle. Todo lo creado no me debe entorpecer, y he de recurrir a las criaturas en tanto en cuanto me ayuden a alcanzar tal fin. Por eso, es momento en este comienzo de curso de considerar este principio y fundamento y cumplirlo con su ayuda.

Y es que he de tratar de vivir con sinceridad lo que me pide Dios, sin juzgar a los demás, pues no puedo hacerme juez y criticar la mota que tiene mi hermano en su ojo si yo no reparo que llevo una viga en el mío.

Que santa María nos conceda vivir con fuerza el evangelio de su Hijo.

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