Estamos a comienzo de curso y nuestra oración está llena con tantos
deseos y tantos propósitos de cara a vivirlo “santamente” o, al menos, así se
lo pedimos al Señor.
Os propongo dos temas para la oración de hoy, sacados de las lecturas de
la misa:
1. No os forméis otros
ídolos más que Dios. Demos un repaso rápido en dónde he puesto mis apoyos, ¿en Dios o en mí
mismo, mis capacidades y mis seguridades? ¿He convertido esas seguridades en
ídolos? Sólo Dios basta. Nuestra confianza debe estar totalmente en Dios… y
luego hacer lo que podamos.
2. Que nuestro proyecto de
vida sea escuchar la palabra del Señor y ponerla en práctica, no sea que el edificio
de nuestras previsiones, nuestros horarios, nuestros propósitos sea arrasado
por las inundaciones de la vida.
Eso es, bonita oración: decirle a Dios que sólo Él es nuestro Señor, y, decirle también que, al habla con nuestro guía, vamos a proyectar un curso sensato, pero a la vez un poco loco. Sensato porque voy a seleccionar bien lo que da tiempo a hacer en 24 horas al día, pero un poco loco porque quiero hacerlo todo no pensando en mí, sino en Dios.