30/9/2018. Domingo XXVI del Tiempo Ordinario (Ciclo B)


Lectura del libro de los Números (11,25-29)
En aquellos días, el Señor bajó en la Nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. En cuanto se posó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar. Pero no volvieron a hacerlo. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque eran de los designados, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento». Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: «Señor mío, Moisés, prohíbeselo». Moisés le respondió: «¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor recibiera el espíritu del Señor y profetizara!»
Salmo responsorial (Sal 18, 8. 10. 12-13. 14)
R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye a los ignorantes. 
R.
El temor del Señor es puro y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. 
R.
También tu siervo es instruido por ellos y guardarlos comporta una gran recompensa.
¿Quién conoce sus faltas? Absuélveme de lo que se me oculta. 
R.
Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine:
así quedaré limpio e inocente del gran pecado. 
R.
Lectura de la carta del apóstol Santiago (5, 1-6)
Atención, ahora, los ricos: llorad a gritos por las desgracias que se os vienen encima. Vuestra riqueza está podrida y vuestros trajes se han apolillado. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y su herrumbre se convertirá en testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. ¡Habéis acumulado riqueza… en los últimos días! Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que vosotros habéis retenido está gritando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor del universo. Habéis vivido con lujo sobre la tierra y os habéis dado a la gran vida. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente; el cual no os ofrece resistencia.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9, 38-43. 45. 47-48)
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros. Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro». Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”. Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

30 octubre 2018. Domingo XXVI del Tiempo Ordinario (Ciclo B) – Puntos de oración


Oración preparatoria: Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.
Como composición de lugar te sugiero una escena de la película “La Pasión” en la que se ve el diálogo y el cruce de miradas entre Jesús y su discípulo Juan http://www.la-biblia.info/catequesis-para-ninos/Jesus-nos-ensena-a-decir-siempre-la-verdad.jpg
Para meditar mejor te propongo un resumen del evangelio por versículos:
Marcos 9,38-40: Jesús corrige la mentalidad cerrada del apóstol Juan
Marcos 9,41: Quien da un vaso de agua… será recompensado
Marcos 9,42: La exigencia de evitar escandalizar a los pequeños
Marcos 9,43-48: El compromiso radical por el Evangelio
Jesús nos quiere enseñar cuatro exigencias evangélicas, cuatro caminos de conversión para las personas que queramos seguirlo:
1º.- Por ser cristianos no poseemos el monopolio sobre Jesús, ni sobre el bien ni sobre la verdad: es una lección de ecumenismo y universalidad de Jesús. El Reino de Dios, el Corazón del Padre, es más grande que nuestras mezquinas medidas y reservas. Para Jesús, lo que importa no es si la persona forma o no forma parte de la Iglesia, de la parroquia, de mi grupo, lo importante es su buena voluntad y su deseo de hacer el bien (Mc 9,38-40).
2º.- Los pequeños gestos de misericordia y caridad: Jesús se está dirigiendo a Jerusalén para dar su vida. Pero Él no se olvida de enseñarnos los pequeños gestos de donación en la vida de cada día: un vaso de agua, una sonrisa, una limosna, y tantos otros gestos con los cuales podemos revelar el amor. ¿Quieres ser santo? Recorre estos senderos.
3º.- Jesús nos recuerda la acogida que hay que dar a los más pequeños: niños, pobres, débiles, enfermos… Los más amados por el Corazón de Jesús (Mc 9,41-42)
4º.- Jesús nos pide que nos tomemos en serio su seguimiento, que nos comprometamos radicalmente, hasta dar la vida, por Él y por el Evangelio (Mc 9,43-48).
Termino mi oración en un coloquio con la Virgen, agradeciendo y suplicando que me ponga siempre junto a su Hijo.

29/9/2018, Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael


Lectura de la profecía de Daniel (7, 9-10. 13-14)
Miré y vi que colocaban unos tronos. Un anciano se sentó. Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas; un río impetuoso de fuego brotaba y corría ante él. Miles y miles lo servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Seguí mirando. Y en mi visión nocturna vi venir una especie de hijo de hombre entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano y llegó hasta su presencia A él se le dio poder, honor y reino. Y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron. Su poder es un poder eterno, no cesará. Su reino no acabará.
Salmo responsorial (Sal 137, 1-2a. 2b-3. 4-5. 7c-8)
R. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón; porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario. 
R.
Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. 
R.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Juan (1, 47-51)
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?» Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

29 septiembre 2018. Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael – Puntos de oración


Hoy nos ayuda un texto del Papa San Gregorio Magno, quien nació en Roma hacia el año 540 y allí también falleció el día 12 de marzo de 604. Gregorio I o también San Gregorio, fue el sexagésimo cuarto papa de la Iglesia Católica (pontífice entre los años 590- 604). Es uno de los cuatro Padres de la Iglesia latina, junto con Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona y Ambrosio de Milán. Fue proclamado Doctor de la Iglesia, el 20 de septiembre de 1295, por Bonifacio VIII. También fue el primer monje que alcanzó la dignidad pontificia, y probablemente la figura definitoria de la posición medieval del papado como poder separado del Imperio romano. Hombre profundamente místico, la Iglesia romana adquirió gracias a él un gran prestigio en todo Occidente, y después de él los Papas quisieron en general titularse como él lo hizo: «siervo de los siervos de Dios» (servus servorum Dei).
Homilía: El nombre de “ángel” designa la función, no el ser.  Homilía 34, 8-9: PL 76,1250-1251.
«A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos» (Sal 91,11). Hay que saber que el nombre de “ángel”, designa la función, no el ser del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles.
Por esto, a la Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el arcángel Gabriel, ya que un mensaje de tal trascendencia requería que fuese transmitido por un ángel de la máxima categoría.
Por la misma razón, se les atribuyen también nombres personales, que designan cuál es su actuación propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la visión del Dios omnipotente da un conocimiento perfecto de todo, no son necesarios estos nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son para nosotros, ya que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica para la cual nos son enviados. Y; así, Miguel significa: “¿Quién como Dios?”, Gabriel significa: “Fortaleza de Dios” y Rafael significa: “Medicina de Dios”.
Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiere un poder especial, es enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado luchando contra el arcángel Miguel, cuando, al fin del mundo, será desposeído de su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta Juan: Se trabó una batalla con el arcángel Miguel.
A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: “Fortaleza de Dios”, porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y héroe en las batallas.
Rafael significa, como dijimos: “Medicina de Dios”; este nombre le viene del hecho de haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había sido enviado a curar, con razón es llamado “Medicina de Dios”.
Oración final
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

28/9/2018. Viernes de la XXV semana del Tiempo Ordinario


Lectura del libro del Eclesiastés (3,1-11)
Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de destruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recogerlas; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de arrojar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz. ¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Comprobé la tarea que Dios ha encomendado a los hombres para que se ocupen en ella: todo lo hizo bueno a su tiempo, y les proporcionó el sentido del tiempo; pero el hombre no puede llegar a comprender la obra que hizo Dios, de principio a fin.
Salmo responsorial (Sal 143,1a.2abc.3-4)
R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
Bendito el Señor, mi Roca, mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio. 
R.
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?;
¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo; sus días, una sombra que pasa. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,18-22)
Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»  Ellos contestaron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro respondió: «El Mesías de Dios». Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie, porque decía: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

28 septiembre 2018. Viernes de la XXV semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


“El desengaño de las cosas y la caducidad de mi vida no me impide confiar en el Señor, mi refugio. Quiero seguirle, aunque él padezca, sea desechado, ejecutado. También quiero resucitar con él”.
Este podría ser un breve resumen de las lecturas que nos ayuden a preparar nuestra oración de mañana.
En la primera lectura del Eclesiastés se nos invita a la mesura en el uso de las cosas y a esperar lo justo de ellas. En efecto, nuestro corazón puede pasar en un mismo día por dolor y gozo, esfuerzo y ligereza para realizar tareas. Esta clave de oscilación es lo que aprovecha el autor para animarnos “a en cosa ajena no poner nido” (Ej.322).
En paralelo a esa oscilación de nuestro corazón, permanece por siempre la belleza de la creación “todo lo hizo hermoso”, nos sigue diciendo el autor sagrado. Algunas personas descubren aquí un inmenso océano para maravillarse, asombrarse y vivir desde la alabanza. 
Sin embargo, el salmo 143 nos anima al realismo y la esperanza; ser poca cosa y frágiles como un soplo, no puede impedirme buscar apoyo y refugio en el Señor.
Las cuestiones anteriores, los vaivenes de nuestra vida, parece que nos avocan a buscar un ancla robusta. ¿Habrá alguna luz que ilumine de verdad mi camino ante tanto desengaño, frustración y caducidad?
Desde esta situación de pequeñez y debilidad encuadramos el evangelio de hoy.
  • Jesús pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?” …Y vosotros, ¿Qué decís de mí?
  • Pedro responde: “Tú eres el Mesías…”. Y tú, ¿Qué respondes?
  • Jesús AFIRMA: el tipo de Mesías; sufriente y victima ofrecida, pero que resucitará (palabra que aún les viene grande…tanto que, después de sepultado no esperaban nada).

Desde haber palpado nuestra realidad pecadora y la necesidad de refugiarnos en Él, pidamos la gracia de QUERER parecernos a este Jesús, que elige y pasa por la prueba del dolor, para dar vida a muchos. Es una gracia sin duda, pero influyen también nuestros deseos para obtenerla.
Nos queda acogernos a La Virgen Madre, pero contemplarla junto a la cruz. Este es el icono de nuestra oración. Aquella que implora misericordia, la corredentora y que pasa mil muertes en su corazón. Tras ser madre de los dolores, el Señor la constituye MADRE DE CADA UNO de nosotros. Ella es el pan con el que la iglesia naciente se alimenta. Iglesia, tú y yo, a partir de ahora, crucificada y resucitada.

27/9/2018. Jueves de la XXV semana del Tiempo Ordinario – San Vicente de Paúl


Lectura del libro del Eclesiastés (1, 2-11)
¡Vanidad de vanidades! -dice Qohelet-. ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad! ¿Qué saca el hombre de todos los afanes con que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, pero la tierra siempre permanece. Sale el sol, se pone el sol, se afana por llegar a su puesto, y de allí vuelve a salir. Sopla hacia el sur, gira al norte, gira que te gira el viento, y vuelve el viento a girar. Todos los ríos se encaminan al mar, y el mar nunca se llena; pero siempre se encaminan los ríos al mismo sitio. Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver, ni se hartan los oídos de oír. Lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: nada hay nuevo bajo el sol. De algunas cosas se dice: «Mira, esto es nuevo». Sin embargo, ya sucedió en otros tiempos, mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos, y lo mismo pasará con los que vengan: sus sucesores no se acordarán de ellos.
Salmo responsorial (Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17)
R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna. 
R.
Si tú los retiras son como un sueño, como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. 
R.
Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. 
R.
Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9, 7-9)
En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba sobre Jesús y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: «A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?» Y tenía ganas de verlo.

27 septiembre 2018. Jueves de la XXV semana del T. Ordinario – San Vicente de Paúl – Puntos de oración


Sin olvidar las adicciones iniciales para la oración que son siempre como el encendido de la lámpara para que el fuego arda, en la presencia del Señor que hoy nos pasa como a Herodes en el Evangelio que tenía ganas de verlo, también nosotros tenemos ganas de verlo y hablar con ÉL y escucharle. Tenemos tantas cosas que decirle, pero más de escucharle pues nos pasa como a las gentes en los evangelios que le seguían y querían oír sus enseñanzas porque ningún profeta había hablado como Él.
Nada mejor que entrar en la escuela de María para aprenderá orar. Siempre estamos aprendiendo, como ella, en Nazaret qué ratos de trato íntimo nos puede enseñar a tener de tal forma que nos sea familiar y nada costoso y por nada del mundo lo dejemos de hacer cada día.
Hoy nos puede ayudar san Vicente de Paúl, sacerdote que el Señor se escogió para “salvación de los pobres y formación del clero” como dice la colecta y su obra extendida or el mundo con las Hijas de la Caridad atendiendo hospitales y enseñando en colegios y los Padres Paúles misioneros y predicadores. De ascendencia española del alto Aragón, que comercia con Francia, hace que sus padres pasen a Francia de familia numerosa y escaso recursos, él recordará después que de niño “guardaba animales”, había sido pastor. Pertenece a la saga de santos que ha dado a la Iglesia el Pirineo en sus valles profundos y fértiles. Su vida es apasionante como la de todos los santos pues después muchas vicisitudes en sus aspiraciones, Dios le conduce y dócil sigue sus inspiraciones que ocurren por lo que cada día se le ofrece; después de fracasos en sus aspiraciones a cargos, se encuentra con los pobres y los sacerdotes de las aldeas y empieza la conversión: “no queramos escoger nuestro camino, sino el que el Señor nos quiera señalar”. “El bien que Dios quiere se hace por si mismo casi, y sin pensar en ello. Ninguna de estas obras ha sido por nuestra propia determinación, sino que dios las ha suscitado sin darnos cuenta de a dónde íbamos a parar, aunque se ha servido de nosotros, y nonos dábamos prisa desde el comienzo”. Así podía decir al morir: ¡Qué dicha no querer más de lo que Dios quiere, y no hacer más que lo que la Providencia presenta y no tener más que lo que Dios nos ha dado! Así son los santos en su vida aprendemos mucho y nos enseñan a vivir y a morir.
Pero quizá es porque se encontraron con la mirada de Jesús que les cambió, Pero no todos que se encontraron con Él y le querían ver les pasó lo mismo. Hoy tenemos un ejemplo en el Evangelio. Para seguir a Jesús tiene que haber un cruce de miradas. Siempre nos está mirando, espera que le miremos y respondamos. Como santa Teresa: “Mira que te mira” o en otra ocasión les pedía a sus hijas: “Solo os pido que le miréis”. Si nos vamos a la escuela de María en Nazaret, aprenderemos a mirarle y dejarnos mirar. Así entenderemos la primera lectura: “Vanidad de vanidades y todo vanidad” ¿Qué saca el hombre de todos sus afanes? Pasan imperios, desaparecen pueblos, gira el mundo, no se sacian los ojos de ver. Todo pasa. Pero su palabra permanece: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Señor, tú tienes palabras de vida eterna y hoy en la oración me miras y me dices que me amas que quieres estar conmigo para que yo esté contigo eternamente, como nuestro amigo Vicente al que ha llamado y nos ha dejado hace unos días.
Acabemos con el salmo: “Tú has sido nuestro refugio de generación en generación”. Nosotros somos como la hierba que se seca si tú no le das el aliento. Enséñanos a calcular nuestros días, danos un corazón sensato.
Santa María, ruega por nosotros.

26/9/2018, Miércoles de la XXV semana del T. Ordinario – Santos Cosme y Damián


Lectura del libro de los Proverbios (30, 5-9)
Las palabras de Dios son de fiar, él es escudo para los que esperan en él. No añadas nada a sus palabras, te replicará y quedarás por mentiroso. Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes de morir: aleja de mi falsedad y mentira; no me des riqueza ni pobreza, concédeme mi ración de pan; no sea que me sacie y reniegue de ti, diciendo: «¿Quién es el Señor?»; no sea que robe por necesidad y ofenda el nombre de mi Dios.
Salmo responsorial (118, 29. 72. 89. 101. 104. 163)
R. Lámpara es tu palabra para mis pasos.
Apártame del camino falso, y dame la gracia de tu ley. R.
Más estimo yo la ley de tu boca que miles de monedas de oro y plata. R.
Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. R.
Aparto mi pie de toda senda mala, para guardar tu palabra. R.
Considero tus mandatos, y odio el camino de la mentira. R.
Detesto y aborrezco la mentira, y amo tu ley. R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9, 1-6)
En aquel tiempo, habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: «No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos». Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.

26 septiembre 2018. Miércoles de la XXV semana del T. O. – Santos Cosme y Damián – Puntos de oración


“La palabra de Dios es acendrada” “Lámpara es tu palabra para mis pasos”. “Tu palabra es eterna”.
La escucha de la Palabra de Dios nos introduce a cada uno en el coloquio con el Señor. Es la base del alimento espiritual de todo cristiano. ¡Shemá Israel! Pon tu nombre y siente que eres tú el invitado, el privilegiado, el elegido.
Escucha y PalabraEscuchamos a Dios que nos habla para salvarnos, para comunicarnos su vida en abundancia. Su Palabra no solo está escrita para ser leída, sino más bien para ser recibida en nosotros, en la realidad de nuestras vidas. Como el cristianismo no es una “religión del Libro”, sino más bien de la palabra de Dios, del Verbo encarnado y vivo. No es una simple lectura, sino más bien una escucha profunda y asidua.
Así pues, tomemos el tiempo para hacer silencio cada día para escuchar lo que el Señor dice, lo que Él me dice, lo que dice a cada uno de nosotros.
Esta relación con Él es el pilar de toda nuestra vida espiritual, y en consecuencia, de nuestra vida apostólica. La palabra de Dios no es un monólogo, Dios espera de nosotros que le respondamos por amor, poniendo en práctica su palabra.
¿Qué le diré? ¡Más estimo yo las palabras de tu boca!
En un mundo saturado de palabrería que gozo el poder tener para mí una palabra viva y eficaz, una palabra que transforma, que renueva, que impulsa, que envía, que sana.
Señor, me fío de tu palabra, me fio de Ti. Cada minuto del día de hoy que sea un eco de esa palabra que me dices, que me susurras, que me regalas. Que la pueda repetir incansablemente en mi corazón, que el Espíritu Santo la haga vida en mí, que otros puedan oírla porque la ven encarnada en mis obras y en mis palabras, en mis gestos y en mi sonrisa, en mi dolor y en mi alegría.
Es mi manera de hacer visible el Reino desde la pequeñez y la sencillez, desde la confianza y el abandono en tus manos, como Ella, como la Virgen en la que la Palabra se hizo carne.
Vuelvo a leer tu palabra, y, ¿con cuál me quedo?
Puedo ponerla en mi mesa, en mi cartera, en mi pantalla… Esa palabra habita entre nosotros.
«Esta es la Iglesia, que va nadando con los malos peces en la red del Señor, separada de ellos por el corazón y las costumbres, para poder presentarse a su Esposo llena de gloria, sin mancha ni arruga. Ella espera la separación corporal en la playa del mar, es decir, en el fin de los tiempos, corrigiendo a los que puede, tolerando a los que no puede corregir; mas no abandona la unidad de los buenos en razón de los malos que no puede corregir.» (San Agustín, Carta 93,10,34)

25/9/2018, Lunes de la XXV semana del Tiempo Ordinario


Lectura del libro de los Proverbios (21, 1-6. 10-13)
El corazón del rey es una acequia que el Señor canaliza adonde quiere. El hombre juzga recto su camino, pero el Señor pesa los corazones. Practicar el derecho y la justicia el Señor lo prefiere a los sacrificios. Ojos altivos, corazón ambicioso; faro de los malvados es el pecado. Los planes del diligente traen ganancia; los del hombre atolondrado, indigencia. Tesoros ganados con boca embustera, humo que se disipa y trampa mortal. El malvado se afana en el mal, nunca se apiada del prójimo. Castigas al cínico y aprende el inexperto, pero el sabio aprende oyendo la lección. El honrado observa la casa del malvado y ve cómo se hunde en la desgracia. Quien cierra los oídos al clamor del pobre no será escuchado cuando grite.
Salmo responsorial (Sal 118, 1. 27. 30. 34. 35. 44)
R. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor. R.
Instrúyeme en el camino de tus mandatos,
y meditaré tus maravillas. R.
Escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R.
Enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo corazón. R.
Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R.
Cumpliré sin cesar tu ley,
por siempre jamás. R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (8, l9-21)
En aquel tiempo, vinieron a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces le avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte». Él respondió diciéndoles: «Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

25 septiembre 2018. Lunes de la XXV semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


¿Qué nos puede querer decir el Señor en las lecturas de hoy?
– Primera lectura
(Practicar el derecho y la justicia el Señor lo prefiere a los sacrificios)
El señor busca nuestra conversión, no nuestros sacrificios. 
(Los planes del diligente traen ganancias)
La salvación, se alcanza con la perseverancia“No cansarse nunca…” ¿Te suena?
(Tesoros ganados con la boca, humo que se disipa)
El amor solo es posible a través de las obras. “Obras son amores…”
(Castigas al cínico y aprende el inexperto, pero el sabio aprende oyendo la lección)
La propia vida educa, pero la verdadera sabiduría se alcanza escuchando y poniendo en práctica la Palabra del Señor (las escrituras).
(Quien cierra los oídos al clamor del pobre, no será escuchado cuando grite)
Sí nos entregamos a los demás por caridad, Cristo está con nosotros.
– Evangelio
"Con el gentío no lograban llegar hasta él"
La vida presenta momentos de dificultad que nos pueden obstaculizar el tener un encuentro personal con Jesús.
"Quieren verte"
Sin embargo, buscamos a Jesús; pero solo vemos personas que forman parte de la multitud y no mediaciones que Dios va poniendo en nuestra vida.
"Mi madre y mis hermanos son estos"
Jesús nos ayuda a poder tener un encuentro íntimo y personal con él reconociendo al prójimo no como parte del gentío, sino como un miembro de la familia a la que pertenecemos todos (La iglesia).
"Los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen"
Esta gran familia es la Iglesia que participa en comunión de la Eucaristía; donde se escucha la palabra de Dios y nacen propósitos sinceros de cumplirla.

24/9/2018 – Lunes de la XXV semana del Tiempo Ordinario – Nª Sª de la Merced


Lectura del libro de los Proverbios (3, 27-34)
Hijo mío: no niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano concedérselo. Si tienes, no digas al prójimo: «Anda, vete; mañana te lo daré». No trames daños contra tu prójimo, mientras vive confiado a tu lado; no pleitees con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño; no envidies al hombre violento, ni trates de imitar su conducta; porque el Señor detesta al perverso y pone su confianza en los honrados; el Señor maldice la casa del malvado y bendice la morada del justo; el Señor se burla de los burlones y concede su gracia a los humildes.
Salmo responsorial (Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5)
R. El justo habite en tu monte santo, Señor.
El que procede honradamente y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. 
R.
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. 
R.
El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (8, 16-18)
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: -«Nadie que ha encendido una lámpara la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama sino que la pone en el candelero para que los que entran vean la luz. Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público. Mirad, pues, como oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

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