Que todas mis acciones, intenciones y
operaciones, sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina
Majestad.
El evangelio de hoy narra una
vocación. Te invito a que contemples mucho y razones poco.
1. Había una multitud, que rodeaba a Jesús. Quizá
con un deseo sincero, quizá atraídos por cierto morbo, quizás por seguir la
moda…
2. Jesús toma la iniciativa y sube a una de las barcas. Pudiendo haber subido a otra,
subió a la de Pedro. Se hace el encontradizo con Simón en el lugar
habitual de Simón, en la “casa”, la cotidianidad de Simón.
3. Jesús enseña a la muchedumbre desde la barca (vida,
relaciones, problemas, anhelos, día a día…) de Simón. Le pide que tome un poco
de d instancia respecto de la orilla, le invita a la intimidad, privilegia la
cercanía de Pedro, va a buscar la oveja perdida en la barca, dejando las 99 que
escuchaban su palabra en tierra. Dejando permanecer a Jesús en su
barca, Simón aprende, y los demás aprenden.
4. Rema mar adentro… Jesús llama a una intimidad
mayor. Simón ya ha comenzado a degustar el privilegio y el bien que le hace
tener a Jesús en su vida. Pero Jesús busca más. Ya el epicentro no está en
prestar la propia barca para que Jesús predique a la gente, dar un testimonio
más o menos generoso. Consiste en remar mar adentro…, a solas con Jesús.
5. Echad las redes… Pedro se siente cada vez más seducido
por Jesús. Y empieza a ver razonable hacer lo que Jesús le pide: echar las
redes a plena luz del día. A veces hay que tomar decisiones que ni el mundo
comprende, ni uno mismo está seguro, pero se tiene la certeza interior de estar
en el camino correcto. Seguir esa moción interior que supone seguir al Señor,
abre un espacio interior en el que Cristo puede llenarlo todo.
6. (descubrir con asombro las propias redes
repletas de unos peces que no nos pertenecen)
7. Apártate de mí, Señor, que soy un pecador… Verse
indigno, incapaz y al mismo tiempo, privilegiado por haber sido elegido,
invitado a ser especial para Él… Le encantaría ser socio de Alguien así, pero
se indignó, la propia pobreza casi le vuelve ciego, casi le vuelve ciego. ¿Y
qué la propia pobreza, si Él le ha elegido?
8. No temas: desde ahora serás pescador de hombres. Cristo confirma su llamada, a su intimidad, a
trabajar en la misión con Él. Lo que antes era la pesca gris de cada día, hoy
es la misión de amor más trascendental que podamos imaginar.
9. …dejándolo todo, lo siguieron. Seducidos,
habiendo encontrado lo mejor de su vida. Sin saber a dónde les llevaría ese
seguimiento, pero eligiendo vivir lo que fíes deparara esta aventura junto a
Él. Dijeron hágase.
¿De qué me habla este encuentro en mi vida? Terminar con un coloquio con
ese Señor que hoy me pide permiso para subir a la barca de mi vida, para
llamarme a la misión. Remando mar adentro junto a Él.