20 octubre 2021, miércoles de la 29ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Dios no es el que vendrá, sino el que va viniendo… Dios actúa como el infatigable Alfarero, que un día sopló sobre el barro y nos dio aliento de vida y además no nos abandona, nos sigue modelando si le dejamos hacer en nosotros cada día. Nos envía su Espíritu para que nos ayude a separar la luz de las tinieblas, en cada momento de nuestra existencia.  

¡Qué bonita, es aquella canción de las carmelitas que nos recordaba Abelardo! Dios es mi Padre, qué feliz soy, soy hijo suyo, hijo de Dios…Si Dios cuida de mí qué me puede pasar…. Todos la recordamos. 

Este es el punto de vista más adecuado, me parece, para entender el evangelio de hoy. No obrar por el temor a un Dios que nos sorprende de improviso, para ver si nos pilla en alguna tropelía. Ni siquiera obrar por la esperanza de premio. Elijo mejor el deseo de permanecer abandonado en sus brazos, siempre a su lado. Así también, lo entendió Ignacio cuando escribe a los jesuitas en las Constituciones (288) sobre la intención recta, no solo acerca del estado de su vida, también en todas las cosas particulares servir y complacer a la divina Bondad, por sí misma y por el amor y beneficios tan singulares en que nos previno, más que por el temor de penas ni esperanza de premios.

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