16 abril 2023, domingo de la 2ª semana de Pascua. Puntos de oración

“Orar puede que no cambie lo que ocurre a tu alrededor. Pero seguro cambiará lo que ocurre en tu interior. En los libros se busca a Dios, en la oración se le encuentra”. (Padre Pío)

Que celebremos con alegría este domingo de Pascua dedicado a la Divina Misericordia.

La misericordia -a la luz de la Pascua- se debe de percibir como una verdadera forma de conocimiento. Se conoce a través de los sentidos, se conoce a través de la intuición, a través de la razón y aún de otras formas. Se puede conocer también a través de la misericordia, porque la misericordia abre la puerta de la mente para comprender mejor el misterio de Dios y de nuestra existencia personal.

Meditemos con paz las lecturas. Los creyentes vivían todos unidos. Por ello nos alegramos, aunque ahora, como en tiempos de Jesús, sea preciso padecer un poco en pruebas… Y así nos alegramos con gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de nuestras almas. El evangelio de las dudas de Tomas nos enfrenta con sus dudas y las nuestras. Seremos bienaventurados si creemos sin haber visto. ¡Creo, a veces dudo, Señor, pero aumenta mi fe!

El gozo de la pascua me ayuda a saborear esta palabra, pasando de la muerte a la vida. Como nos recuerda la bella oración del P. Morales para este tiempo, le pedimos a Nuestra Madre:

Paz imperturbable,

Amor ardiente.

Santidad alegre.

Caridad misericordiosa

Unidad de corazones

Alegría desbordante.

El salmo responsorial refuerza lo que hemos meditado antes. “Dar gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”. Que vivamos con paz este día, dando gracias a Dios por ser sus hijos, y podamos celebrar esta fiesta que tanto bien hace. Nos puede ayudar el recordar a dos santos como San Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska. Que vivamos como ellos santidad sencilla y alegre.

Señor, estando tus discípulos escondidos por temor a los seguidores de tu Evangelio, te apareciste a ellos resucitado, transmitiste tu paz y les infundiste tu Santo Espíritu. Jesús, pido que siempre que me atenace el temor, pueda sentir tu tranquilizadora presencia en mi corazón

¡Santa María de la Pascua, Madre de piedad y de misericordia, ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén!

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