25 octubre 2022, martes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Hoy podemos recordar lo que el Señor nos habla acerca de la humidad y el empleo de nuestra voluntad para permitir y colaborar con el crecimiento del reino de Dios, tanto en nuestra vida como para que también se transmita a los demás.

Es de notar que nuestra colaboración es como ese granito de mostaza que, a simple vista, parece ser insignificante o muy limitado, lo cual es un reflejo de nuestras limitaciones, miserias y pobrezas. Pero es el Señor, el Dueño de todo, el que nos fortalece, nos llena de Sus dones, y quiere que Su reino se siga expandiendo más en nosotros mismos y así se siga extendiendo en nuestras familias, con nuestros compañeros y con todo el mundo.

El señor es el reino de Dios, el Corazón de Jesús y María son los que quieren reinar en nuestros corazones y en nuestras vidas. Pero si en medio de nuestra agitada vida no le abrimos, aunque sea un pequeño espacio, difícilmente ese reino de Dios podrá dar frutos en nosotros y los demás. El reino de Dios es como una gran familia que llega a ser tan grande “que puede haber muchos nidos” en los cuales más personas se sientan acogidas y atraídas por el amor misericordioso de nuestro Dios, nuestra Madre la Virgen y el amparo de la Iglesia.

Pensemos por ejemplo en nuestro Movimiento o nuestros grupos en los cuales estamos participando. Que el Señor y nuestra Madre nos concedan la gracia de poder estar atentos a las mociones y acción del Espíritu Santo en nuestros días y así podamos por lo menos intentar ser esa levadura de Dios que sea suficiente para “fermentar toda la masa”.

Como decía el padre Morales: ser como fermentos metidos en medio del mundo que aunque pasen desapercibidos sean capaces de llevar el Espíritu Santo a los demás en esta Campaña de la Visitación. 

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