6 octubre 2022, jueves de la 27ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

“La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios”, decía san Agustín, porque Dios se deja vencer por la oración de súplica, confiada y perseverante. Ha comprometido su Palabra en ello: “Pedid y se os dará… porque todo el que pide, recibe” (Lc 11,9-10). A veces me encuentro con personas que no piden a Dios porque les parece que no se merecen lo que van a pedir, pero Dios nos ama con la locura del amor de un Padre por sus hijos. La oración colecta de esta semana no puede ser más esperanzadora: “Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por Jesucristo nuestro Señor”. Confieso que es la oración que más me gusta de todas: Dios nos da según su bondad, no según nuestros méritos.

“El Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden” (Lc 11,13). Lo más grande que podemos pedir a Dios no son cosas, sino el Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo es Dios hecho don y don de amor que abrasa nuestros corazones. ¿Te atreves a pedirle a Dios que se te dé Él mismo, que le necesitas como el desierto clama por el agua o el hambriento suspira por el pan? Recuerda: “concédenos aun aquello que no nos atrevemos a pedir”. Santa Teresita escribía al P. Mauricio Roulland, misionero por el que se ofrecía, que pidiera esto para ella: “Padre misericordioso, en el nombre de Jesús, abrasa nuestros corazones en el fuego de tu Espíritu de amor”. Haz tuya esta súplica, pues el que pide, recibe y al que llama, se le abre.

Archivo del blog