Hoy celebramos las témporas de acción de gracia y de petición. Es una
tradición antigua de la Iglesia, un tiempo especial para la oración y el
acercamiento a Dios. Tanto las lecturas como el evangelio van esta línea de
volvernos hacia Dios en este nuevo curso que acabamos de estrenar.
La primera lectura acaba con: “Acuérdate del Señor, tu Dios: que
es él quien te da la fuerza.” Nuestro verdadero motor es Él, nuestras
fuerzas no son nadas sin las suyas. ¡Qué suerte tenemos de estar cada segundo
acompañados y queridos! Párate, cae en la cuenta de todo esto y simplemente
agradece, dile gracias. Y también acuérdate de que, ese mismo Dios, dio a su
Hijo para salvarte y limpiarte del pecado. Vuelve a Dios, reconcíliate, como
nos anima san Pablo, porque Dios ya te ha perdonado y solo espera tu
respuesta.
Tenemos mucho que agradecer porque se nos ha dado mucho. Coge lo que necesites y reza desde ahí, desde tu vida, como hacía nuestra madre la Virgen desde tu corazón.