Oración preparatoria: ¡que sigamos
fielmente las huellas de Cristo!
Esta frase está tomada de la oración
correspondiente al día de hoy, fiesta del evangelista San Marcos. Ella por si
sola nos ofrece una hermosa y completa oración. Recordemos a San Ignacio de
Loyola que quiso peregrinar a tierra santa para pisar las mismas huellas de
Cristo, pero que aprendió allí que el seguimiento de Jesús es mucho más, es
otra cosa. Es conocer a Jesús, para más amarle y más seguirle y llegar a decir
con Ignacio, con los santos, con San Marcos, ¡en todo amar y servir!
El seguimiento de Cristo tiene muchos
aspectos, la primera lectura de hoy nos los ofrece: Tener sentimientos de
humildad; descargar en el Señor todos los afanes; Ser sobrios etc… pero me ha
llamado la atención, por su actualidad, esta expresión: al diablo, resistidles
firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero pasan por
sufrimientos. Es la actualidad, arrastrada desde el siglo primero, y siempre
presente en el cristianismo, de la persecución por el nombre de Cristo. Y ante
tanto cristiano perseguido. ¿Qué hacemos? Ante tantos llamamientos a la oración
por ellos, ¿Los secundamos? Y, sobre todo, ¿vivimos nuestra fe desde esta
perspectiva de comunión? Otros necesitan nuestra fortaleza.
¡Id y proclamad! Nos manda el
evangelio. De nuevo, en la oración de este día, dar gracias porque el
anuncio del evangelio ha llegado hasta nosotros. Mirar las personas y los
hechos por quienes Cristo entró en nuestra vida, y dar gracias. Y a la vez
pedir al Señor convertirnos nosotros en anunciadores del evangelio.
La Pascua tiene que estar revitalizando
en nosotros el sentirnos enviados. Nuestro mundo, pero también los más
cercanos, nuestros amigos, quizás nuestra familia necesita encontrarse con el
evangelio en sus vida. ¿Y si solo estuvieras tú para contárselo? No
desperdicies ninguna ocasión para anunciarlo en este día.
Hay muchas maneras de hacerlo, no se
trata de grandes ni muchos sermones. Basta con una mirada, un abrazo, una
palabra, una oración. Piensa al comienzo del día… ¿A quién me envías hoy? Y
estate atento a cómo eres cooperador/colaborador de Dios.