Quiero sacar
tres puntos de la liturgia de hoy: las lecturas y la oración colecta de la
Misa, con la que quiero comenzar la oración:
“Ven, Señor,
en ayuda de tu familia, y a cuantos hemos recibido el don de la fe concédenos
tener parte en la herencia eterna de tu Hijo”
1. Sentimiento de gratuidad: todo se nos ha dado gratis y sin méritos.
Lo que nosotros tenemos que hacer es simplemente aceptar la gracia y abrir la
puerta a la acción del Señor. En la oración colecta hemos utilizado los verbos
“ven en ayuda, recibir, conceder”, es decir, todo nos viene de arriba. Es una
invitación a poner la mirada en el Resucitado, agradecer la gratuidad de la
salvación: mirar al Resucitado y decirle “me basta tu Resurrección, me bastas
Tú, porque Contigo todo se me da”. Igual que en la Eucaristía, “el pan de
vida”: Cristo se nos da, se transforma en alimento, nosotros solo tenemos que
ir hacia Él (“Quien viene a mí…”).
2. El sufrimiento Redentor. Aunque el peso de la historia y del hombre
lo llevó Jesucristo en su Cruz, nos permite asociarnos tan íntimamente a Él que
“podamos, en nuestro cuerpo, completar la Pasión de Cristo”. No le hacemos
falta, pero Él nos acepta para trabajar codo a codo con Él: “no nos dice
siervos, sino amigo que en mi viña estás” (que diría la canción).
3. Fruto de todo, la paz y la alegría. Vemos como, en contraposición a
la persecución de los apóstoles, las sacudidas a la Iglesia naciente, descubrimos
frases como: “la ciudad se llenó de alegría”, “cantad himnos de Gloria”,
“alegrémonos con Dios que con su poder gobierna eternamente”. Es una alegría y
gozo que brota de sabernos íntimos de Dios y porque Él nos deja ver su grandeza
mediante la gratuidad y el sufrimiento co-redentor.
La mejor
síntesis de estos tres puntos la encontramos en el Resucitado: un cuerpo
sufriente, el varón de dolores, resucita: sus heridas y cicatrices se
transfiguras, del dolor nace la alegría, de la soledad la plenitud, de la
aparente derrota nace la victoria definitiva, de la muerte nace la vida.
Déjate llenar
de las “contradicciones de Dios” en esta oración. Quédate con Él, confía. Feliz
Pascua y feliz oración.