13 abril 2016. Miércoles de la tercera semana de Pascua – Puntos de oración

Quiero sacar tres puntos de la liturgia de hoy: las lecturas y la oración colecta de la Misa, con la que quiero comenzar la oración:
“Ven, Señor, en ayuda de tu familia, y a cuantos hemos recibido el don de la fe concédenos tener parte en la herencia eterna de tu Hijo”
1. Sentimiento de gratuidad: todo se nos ha dado gratis y sin méritos. Lo que nosotros tenemos que hacer es simplemente aceptar la gracia y abrir la puerta a la acción del Señor. En la oración colecta hemos utilizado los verbos “ven en ayuda, recibir, conceder”, es decir, todo nos viene de arriba. Es una invitación a poner la mirada en el Resucitado, agradecer la gratuidad de la salvación: mirar al Resucitado y decirle “me basta tu Resurrección, me bastas Tú, porque Contigo todo se me da”. Igual que en la Eucaristía, “el pan de vida”: Cristo se nos da, se transforma en alimento, nosotros solo tenemos que ir hacia Él (“Quien viene a mí…”).
2. El sufrimiento Redentor. Aunque el peso de la historia y del hombre lo llevó Jesucristo en su Cruz, nos permite asociarnos tan íntimamente a Él que “podamos, en nuestro cuerpo, completar la Pasión de Cristo”. No le hacemos falta, pero Él nos acepta para trabajar codo a codo con Él: “no nos dice siervos, sino amigo que en mi viña estás” (que diría la canción).
3. Fruto de todo, la paz y la alegría. Vemos como, en contraposición a la persecución de los apóstoles, las sacudidas a la Iglesia naciente, descubrimos frases como: “la ciudad se llenó de alegría”, “cantad himnos de Gloria”, “alegrémonos con Dios que con su poder gobierna eternamente”. Es una alegría y gozo que brota de sabernos íntimos de Dios y porque Él nos deja ver su grandeza mediante la gratuidad y el sufrimiento co-redentor.
La mejor síntesis de estos tres puntos la encontramos en el Resucitado: un cuerpo sufriente, el varón de dolores, resucita: sus heridas y cicatrices se transfiguras, del dolor nace la alegría, de la soledad la plenitud, de la aparente derrota nace la victoria definitiva, de la muerte nace la vida.

Déjate llenar de las “contradicciones de Dios” en esta oración. Quédate con Él, confía. Feliz Pascua y feliz oración.

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