11 abril 2016. Lunes de la tercera semana de Pascua – San Estanislao – Puntos de oración

Empezamos la oración haciendo silencio exterior e interior. Dejemos de lado todo aquello que nos pueda distraer en este rato de intimidad con Dios. Si tenemos la suerte de estar ante Jesús en una capilla hacemos un acto de fe en su presencia real en la eucaristía. Luego pedimos ayuda al Espíritu Santo para que nos ponga el corazón en la frecuencia adecuada para poder escuchar lo que Dios nos quiere decir hoy, y nos ponemos a la escucha. Que no se nos pase la oración hablando sin parar y sin dejar que Dios nos hable a nosotros.
Seguimos celebrando la Pascua, que no se nos olvide. Examinémonos en la alegría. ¿La Rutina nos ha hecho perder el espíritu de la resurrección? Si es así, pidamos a Dios que nos renueve en la alegría. Puede ser la petición que llevemos en el corazón durante este día. “Señor, que viva con alegría cada momento. Llena mi corazón de alegría”. Ese debe ser nuestro distintivo en el día a día, más aún en este tiempo de Pascua.
En el evangelio de hoy encontramos el reproche de Jesús a la gente (que se contrapone al momento de intimidad cariñosa de ayer con Pedro) “Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros”. Cada palabra de Jesús en evangelio está dicha para cada uno de nosotros. Así que podemos hacernos también una reflexión sobre cómo vivimos nuestra fe. ¿Tenemos a Dios como un tapa-agujeros para los momentos de dificultad o vivimos nuestra fe en Jesucristo en clave de relación personal? ¿Vemos la oración como una carga o como un momento de encuentro que deseamos verdaderamente? Sea cual sea nuestra respuesta, siempre es buen momento para pedir a Dios mayores deseos de amarle y seguirle y una fe más grande.

Terminamos nuestra oración pidiendo ser capaces de vivir el resto del día en la presencia del Señor y siempre alegres.

Archivo del blog