Celebramos la festividad de Santa
Casilda de Toledo (†c.1050). Era hija de un rey musulmán de Toledo que,
practicando la caridad cristiana, llevaba alimentos a los prisioneros
cristianos de su padre; descubierta, los alimentos que ocultaba entre sus ropas
se convirtieron en rosas. Ella fue martirizada y elevada a los altares, según
la leyenda.
«En los aledaños de Briviesca resuena
siglos ha un nombre de mujer que es la flor de la gracia; en castellano se
dice poesía: en árabe Casilda. Fue una princesa
mora llena de guapura y de melancolía. Nació enToledo, hija del sultán, medio
siglo antes que Alfonso VI recristianara la imperial ciudad. Vivía la
princesa ocultamente su cristianismo y se derramaba como un perfume
de caridad entre los cautivos cristianos. Como un día la sorprendiera el rey,
su padre, Casilda declaró que a los prisioneros les llevaba "rosas"
y, el pan, por milagro, se hizo rosas...»
En este tiempo pascual estamos llamados
a anunciar la justicia y la misericordia. Somos testigos de la resurrección de
Jesús. Lo hacemos, no porque hayamos visto o palpado tal acontecimiento; lo
hacemos porque lo hemos o lo estamos experimentando.
Te animo a que, si puedes, en el tiempo
que dediques a tu oración, medites sobre esta palabra que resuena durante el
tiempo pascual en este año de la misericordia.
Pasar de la muerte a la vida.
Amando a Dios es la raíz del progreso en
la vida interior; pero es el amor nacido del perdón el que más empuja.
Santidad que culmina en la Cruz.
Caridad siendo dulce con todos,
saboreando las hieles de todos.
Ungido con los oleos sagrados
Audaz, persuadido que Cristo nos envía y
estamos con él. Construye puentes que le acerquen y comuniquen con los hermanos
Qué bonita la lectura: Eligieron
a siete hombres llenos de Espíritu Santo. Les pareció bien a todos.
El salmo nos dice: Que tu
misericordia venga sobre nosotros como lo esperamos de ti. En este año
tan especial sobre la misericordia todos necesitamos de ella. A mí, cada vez
que oigo este nombre, me parece distinto: La misericordia que Dios tiene
conmigo; ser hijo de tan buen Padre.
Pero él les dijo: - «Soy yo, no temáis». Cuántas veces, en nuestros miedos, en las dificultades, en los momentos de
gozo… poder decir, como dijo Jesús: - «Soy yo, no temáis».
Santa María, alcánzanos el gozo de la
Pascua; fe creciente, esperanza cierta, alegría desbordante, paz imperturbable,
amor ardiente. Cristo Inmolado es nuestra Pascua.