25 febrero 2012. Sábado después de Ceniza – Puntos de oración

Al empezar la oración: hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.” (EE 46)
Petición: “Señor, como Leví, que te conozca, que te ame, que te siga.” Por nuestra fidelidad al Señor y nuestra conversión en esta Cuaresma. Por la conversión de nuestros compañeros, familiares y amigos.
Meditación: siguiendo el texto del evangelio hoy podemos contemplar a Jesús que llama a Leví, el publicano, a seguirle. Aunque tenía un buen negocio, que le daría pingües beneficios, quedó fascinado por Jesús y en el momento, “dejándolo todo, se levantó y le siguió”. Leví se ha enamorado de Cristo. No le supone un gran esfuerzo dejarlo todo. Con la alegría de la elección y del sentirse aceptado por Dios a pesar de sentirse pecador, da un gran banquete en su casa. Los fariseos no entienden la misericordia que derrama Jesús sobre Leví y sus compañeros de profesión y otros. Y Jesús da la razón por la que come y bebe con nosotros los pecadores, por la que se acerca y no nos tiene asco ni se avergüenza de sentarse en el mismo banquete: ha venido como médico para sanarnos, ha venido a llamarnos para que nos convirtamos a la buena noticia del evangelio. Porque ahora es el tiempo de la salvación y de la misericordia. Jesús ha venido a salvarnos del pecado e invitarnos a la conversión. Y Jesús está a gusto cuando nos reunimos para estar con él y alegrarnos de su misericordia. Esto lo hacemos en la Liturgia, sobretodo en la celebración de la Santa Misa, y cuando nos reunimos para hacer el retiro mensual con el resto de los militantes, y siempre que dos o más nos reunimos en su nombre Jesús está en medio de nosotros.
Unos minutos antes del final de la oración: Avemaría a la Virgen e invocación: “Santa María, que le conozca, que le ame, que le siga, como Leví.”
Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al hacer la oración, pedir perdón y proponer enmienda.
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La vocación de Leví (1601)
Iglesia de San Luis de los Franceses (Roma)
Caravaggio (1571 –1610)

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