“Que bellos los pies del mensajero que anuncia la paz”
Durante el antiguo Testamento Dios habló a los hombres de muchas
maneras, pero en este día decidió hablarles con su propio Hijo. ¿Qué será tan
importante lo que Dios quiere decirnos, que utiliza tal mensajero? Con el
nacimiento, muerte y resurrección del Señor empezó el Reino de Dios entre
nosotros y el hombre dio un salto en su historia mucho más grande que la
creación del mundo, que la aparición de la vida sobre la tierra y que la
aparición del ser humano en nuestro planeta. El hombre nuevo que surge después
de Jesucristo es diferente y Dios ya no le ama por ser una creación suya, sino
por ser su hijo. Hemos dejado de ser meros seres humanos, que no es poco, para
ser “Hijos de Dios”
Dios podía haber elegido muchas maneras de presentarse entre nosotros;
pero ha elegido esta: nacer de la forma más sencilla, en suma pobreza, en suma
humildad, sencillez, … Yo siempre me he preguntado el motivo del Señor para
nacer de esta manera. Él quería despertar en nosotros la cualidad más
importante que tiene Dios, y a partir de este momento nosotros, que es amar y
ser amado; y ¿qué cosa, que ser despierta en nosotros el amor más que un recién
nacido?
Tu oración hoy debe ser contemplar a este Niño y profundizar en los
sentimientos que despierta en ti. No pienses en otra cosa y sólo contempla,
asómbrate y únete a San Anselmo en la siguiente oración:
«Enséñame a buscarte y muéstrate a quien te busca; porque no puedo ir en tu busca a menos que tú me enseñes, y no puedo encontrarte si tú no te manifiestas. Deseando te buscaré, buscando te desearé, amando te hallaré y hallándote te amaré».