24 de diciembre de 2021, viernes

Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.

Como dice el villancico “esta noche es nochebuena y mañana Navidad”. Ya no queda nada, hoy es el último día del Adviento y mañana celebraremos con gozo, desde esta noche, el nacimiento de nuestro Salvador. Él se hace hombre, se humilla, se anonada para salvarnos.

Las lecturas de la Misa matutina del día de hoy nos anuncian la venida del Salvador. Desde el profeta Natán al rey David, al profeta Zacarías, padre de Juan el Bautista. Zacarías entona el Benedictus que rezamos en la liturgia de laudes. En él Zacarías nos canta de gozo, la alegría que supone el advenimiento del Salvador: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”. En estos tiempos convulsos que nos está tocando vivir y a veces temerosamente debido a los acontecimientos presentes no debemos perder la paz, ya que llega la Navidad y nos visitará un Sol (Jesús) que nace de lo alto, que viene a iluminarnos y a guiarnos por el camino de la paz. La Navidad es paz de corazón, y esa paz es Jesús que nace en ti. Prepárate de verdad en estas horas que quedan para que vivas verdaderamente lo esencial de la Navidad. 

Te invito a que te encomiendes a nuestra Madre. Ella es la madre del Adviento y por lo tanto la mejor preparadora de la Navidad. 

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