21 diciembre 2021, martes de la 4ª semana de Adviento. Puntos de oración

El Señor viene… ¡su llegada es inminente! Es el sol que nace de lo alto, el resplandor de la luz eterna, el sol de justicia. Le imploramos para que ilumine a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

Este adviento que está a punto de finalizar nos marca la senda para que preparemos el corazón a ese Niño que va a nacer. El corazón se estremece porque ya despuntan las yemas en la higuera, las viñas en flor exhalan su perfume. Porque aguardamos al Señor, que es nuestro auxilio y nuestro escudo, nuestro corazón se alegra con él.

Como María, no nos reservamos esta inmensa alegría para nosotros mismos; Ella, tras el anuncio que le va a hacer Madre de Dios, se olvida de sí, y se pone en camino, en actitud de servicio, para ayudar a su prima en un momento tan delicado para ella. Tengo que vivir en campaña de Visitación cada día de mi vida. En este mundo que prepara una Navidad tan diferente a la que realmente es, quiero ser testigo de la gran noticia… ¡Que Dios se hace hombre! Él es el mejor regalo, el que da sentido a todo. Por eso, dispongo mi corazón para su nacimiento, y lo preparo para que Él pueda sentirse arropado con un poco de calor, en esta noche tan fría en la que vivimos. Con san José y con María, me uno en este viaje hacia Belén, y ofrezco mi pobreza y debilidad, para que aprenda a vivir en humildad, a ejemplo de la Sagrada Familia.

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