Es curioso ver como Jesús pone a un grupo de niños como ejemplo del
anuncio del Reino. Nuestra generación, bajo capa de "libertad" y
"madurez", busca cualquier excusa para hacer caso omiso a lo que se
nos anuncia y está por llegar. Pues siempre surge la pregunta: ¿Qué puede
enseñarme a mí un niño?
Y esta pregunta nos la podemos hacer precisamente hoy, tiempo de
preparación para la Navidad: nacimiento de Dios hecho niño.
Preguntémonos qué puede enseñarnos un niño qué, siendo Dios, no quiso
riquezas, ni honor, ni gloria para llegar a aquellos que desean de corazón y
con humildad escuchar y aprender del niño Dios.
Sigamos caminando por las calles del Adviento esperando el momento en el que Jesús nacerá en nuestros corazones.