16 diciembre 2021, jueves de la 3ª semana de Adviento. Puntos de oración

La oración en estos días de adviento es fabulosa: Estamos en la época más bonita del Año Litúrgico que acaba de empezar y la Iglesia quiere que nos preparemos bien para recibir al Mesías, el Señor, nuestro Salvador. Con una delicadeza exquisita, nos pone en las lecturas de la Misa lo mejor para estos días: Isaías el profeta que más y mejor ha descrito del Mesías, para que le espere, le conozca, le ame y le viva. Como el Papa nos escribía a los jóvenes con aquellos puntos: Cristo VIVE, Cristo ME AMA, Cristo ME SALVA. Eso es lo que nos quiere decir Isaías.

Después la figura de Juan Bautista el Precursor, que va por delante anunciando también la salvación que es inminente, que está a la puerta, nos llama a la conversión, arrepentirnos de nuestros pecados para que podamos en gracia de Dios recibirle mejor. Es un regalo que le debemos dar con un corazón encendido en su amor, más después de la Inmaculada que nos ha invitado a hacer un compromiso mayor, o renovar el adquirido, invitándonos a la santidad a la que nos llama.  “Convertíos y creed en el Evangelio”, pues el Señor vendrá sin tardar, está muy cerca. Como nos decía el Papa que “la acedia es esa pereza que nos sume en la tristeza, que nos quita la alegría de vivir y las ganas de hacer. Es un espíritu maligno que ata al alma en el letargo, robándole la alegría”. Nos pide que seamos vigilantes en la oración y repetir en este tiempo de Adviento, junto a la Virgen, “Ven Señor Jesús”.

¡Qué bien si todo el rato le estamos diciendo con los labios de María, como lo diría Ella en los días próximos al nacimiento: “Ven Señor Jesús”! Que viene a salvarnos, que no podemos quedar adormecidos, “acediados”, Ven Señor Jesús.

Las antífonas de entrada, las oraciones, Isaías, Juan y Jesús nos ponen en vigilancia. Nada más tenemos que escuchar el Aleluya de hoy jueves: “Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos. Toda carne verá la salvación de Dios”. No podemos estar, y menos en estas fechas, sin “ímpetu espiritual, sin ardor en la oración, sin entusiasmo por la misión, sin pasión por el Evangelio”. Son palabras del Papa.

Contigo Santa María: “Ven Señor Jesús”.

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