28 marzo 2023, martes de la 5ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que «Yo soy», y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Jn 8, 28-30

A las puertas de la Semana Santa, en este evangelio se nos invita a mirar hacia el lugar donde nos va a salvar el Señor, esa cruz en la que le van a levantar y exponer ante toda la humanidad. Y este modo de salvarnos lo realiza el Señor según el plan del Padre. 

Jesús insiste en varios momentos de evangelio que es enviado; no hace nada por su propia cuenta, sino que responde totalmente a la voluntad del Padre; lo que dice y hace, es expresión del Padre. Sólo después que hayan levantado al Hijo del Hombre, lo comprenderán. La Buena Nueva de la muerte y de la resurrección nos revelará quién es Jesús. En el horizonte de la Pascua, la liturgia nos invita a mirar al Crucificado, porque su amor clavado nos impulsa a corresponderle. Su obediencia nos ayuda a contemplar, también, nuestra propia misión como respuesta fiel a la voluntad de Dios.

En este momento de nuestra oración, dejémonos sorprender por Cristo. En nuestro corazón está escrito el profundo deseo de amar y ser amados. Nuestro Dios, en el extremo deseo de amar, fue capaz de abrazar el leño de la cruz. Y yo ante esta imagen de Cristo en la cruz ¿qué voy a hacer? Estamos al final de la cuaresma, es tiempo de conversión. Abramos nuestras puertas para que entre la luz. Hagamos la experiencia de un amor que nunca falla, el amor incondicional de Cristo. Y al sentirnos atravesados por tanto amor, ¿qué brota en nuestro corazón? ¿Cómo voy a prepararme para acompañar al Señor en su pasión, muerte y resurrección?

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