Los tres sinópticos recogen este pasaje con distinto contexto. San
Lucas, por ejemplo, lo une al relato del buen samaritano. En Marcos vemos que
el escriba no pregunta con mala intención sino motivado por las respuestas acertadas
de Jesús.
La respuesta de Jesús sobre el primero de los mandamientos une tradición
y progreso. Las primeras palabras hacen presente la oración que todo israelita
fiel repite varias veces al día, el “Shema Israel”, amor sin fisuras a Dios,
pero añade el amor al prójimo como segundo mandamiento; en ambos se resumen la
ley y los profetas, dirá Mateo.
La cuaresma nos exhorta a cumplir los mandamientos en su integridad: no podemos decir que amamos a Dios, a quien no vemos, si no amamos al prójimo (próximo) a quien vemos. Señor danos pureza de corazón.