1 septiembre 2018. Sábado de la XXI semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Para comenzar nuestra oración nos ponemos en la presencia del señor, le pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine y también podemos pedir la intercesión de algún santo.

Hoy la iglesia nos propone en el evangelio la parábola de los talentos. Esta es una parábola muy clara que nos dice que Dios nos ha dado muchos dones y que espera que sepamos hacerlos crecer y dar fruto porque luego nos pedirá cuentas de ello. Como decía a todos hemos recibido muchos talentos, no solo habilidades o cualidades personales, sino una familia, una casa, una iglesia cercana, la comunión diaria… Hemos recibido mucho, tanto que a veces no lo valoramos, sobre todo las cosas que recibimos a diario y a las que ya nos hemos acostumbrado. Por eso hoy os invito en primer lugar a dar gracias por todo lo recibido, a dar gracias por esas cosas que no son costumbre, sino que son gracia de Dios.

Una vez que hemos dado gracias es hora de hacerse las preguntas que yo imagino que se harían los empleados al recibir los talentos: ¿Por qué me ha dado esto a mí? ¿Qué hago yo con esto? Muchas veces nos cuesta entender, a mí el primero, porque Dios nos da tanto pero hoy tenemos la suerte de que San Pablo nos da la respuesta en la primera lectura: “Por él, vosotros sois en Cristo Jesús”. Nosotros tenemos que vivir en Cristo para que otros vean a Cristo en nosotros, que a donde lleguemos nosotros llegue Cristo así de fácil, cada uno con sus talentos (deporte, música, ciencia…). Ahora simplemente dar le vuelta a esta idea, que todo lo que hemos recibido es para darlo, que si hemos recibido más es para que podamos dar más.

Por último, la parábola cuenta que el tercer empleado tuvo miedo y enterró su talento, pero no dice nada de los otros dos, ¿tendrían miedo? Yo creo que sí porque yo lo tendría. La diferencia de estos con el tercero está en que, a pesar del posible miedo a perder el dinero, invirtieron y buscaron lo mejor para su amo. A nosotros muchas veces nos puede pasar lo mismo, sabemos lo que Dios quiere de nosotros, pero nos da miedo no estar a la altura. Sin embargo, San Pablo lo dice claro en la primera lectura, Dios escoge a gente baja, Dios sabe a quién escoge y cómo somos por eso nos escoge, con lo cual no debemos tener miedo a invertir lo que nos ha dado. Simplemente se trata de una invitación a crecer en la confianza en Dios, creer un poquito más y al final poco a poco llegar a la santidad.

La oración de hoy la podemos resumir en dar gracias por todos los dones recibidos, caer en la cuenta de que tenemos que hacer que esos dones den fruto para llevar a Cristo a los demás y que no hay que temer ante posibles caídas porque Dios nos quiere y nos elige tal como somos.

Para acabar hoy sábado no puede faltar un pequeño coloquio con la Virgen, que pongamos a sus pies todas nuestras inquietudes, ilusiones y proyectos de este inicio de curso. Y también comentar con ella como nos ha ido la oración.

Archivo del blog