El evangelio de hoy es
de los que nos suenan, ya lo tenemos muy oído. Sin embargo, nos puede ayudar
mucho en este inicio de curso. Como bautizados estamos consagrados y somos
enviados allí donde estemos. Puede ser una buena clave para vivir lo cotidiano
en este curso que vamos empezando. En mi trabajo, en mi instituto, universidad,
con mi familia, amigos, en cualquier lugar: soy enviado.
Jesús nos pide que dejemos en casa todo lo que no sea imprescindible, que nos sostengamos solo en su gracia, en su poder, y que vivamos como enviados, en medio de cada situación cotidiana. Hoy puede ser un buen día para preguntarle al Señor qué planes tiene Él para nosotros este curso, qué nos pide que vivamos a fondo, y que cosas son menos importantes.
