La verdad es
que la personalidad de Jesús debía ser impresionante y por eso se explican
algunos textos del Evangelio como el de hoy: “Y les daba miedo preguntarle
sobre el asunto”.
Muchas veces
presentamos a Jesús a los hombres de forma que le cogen miedo. A Jesús nunca se
le debe tener miedo. Él ha querido nacer como niño indefenso para que podamos
amarlo con locura y en ningún caso tenerle miedo. Jesús se ha presentado como
corderillo para despertar nuestro amor sensible.
Jesús no se
cansa de decirnos cuántas veces debemos perdonar: SIEMPRE. Por eso no podemos
tener miedo a que Él no nos perdone. En este rato de oración tienes que sentir
el amor misericordioso de Dios; y lo tienes que sentir de forma sensible. Por
eso entabla un diálogo cercano con el Señor; cuéntale los problemas que tienes
para hoy, las cosas que te preocupan. Notarás como Él las hace suyas y te pesan
menos.
Y pasa tu rato de oración amando con mucha confianza y rezando por los que aún tienen miedo de Jesús y al final de este rato sal al mundo y cuéntale a todos lo bueno, lo grande, lo maravilloso que es Jesús para que no le teman y se acerquen a Él con confianza y sin miedo.