2 septiembre 2016. Viernes de la XXII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Después de este tiempo de verano que espero haya sido de descanso y renovación para todos, retomamos de nuevo la oración del militante. Muchos hemos vuelto a nuestros centros de trabajo y retomado las actividades profesionales. Que estas pistas o puntos de oración nos ayuden a entablar un diálogo íntimo con el Señor. A mirarle, escucharle y en definitiva a amarle y seguirle con renovada ilusión.
Antes de comenzar a meditar conviene siguiendo el consejo de San Ignacio de Loyola purificar nuestra intención y caer en la cuenta de lo que quiero, puede ayudar para ello repetir con el corazón, muy despacio, la siguiente oración: Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de vuestra divina majestad”. O en lenguaje más actual, que todos nuestros deseos, pensamientos e intenciones se orienten totalmente a Dios. Es lo que San Pablo en la primera lectura de hoy pide a los corintios: Que la gente solo vea en vosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Y antes de que lo vea la gente, que lo vea Dios.
· Evangelio del día, Lucas 5, 33-39:
¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos?  Vendrá un día en que se lo lleven, y entonces sí ayunarán.
En tiempos de Jesús, sus coetáneos, se preguntaban sobre si las nuevas costumbres y enseñanzas del maestro estaban en consonancia con la tradición y las enseñanzas de los rabinos. ¿Por qué tus discípulos comen y beben- le preguntan a Jesús- cuando lo normal es que los discípulos de los maestros y de los profetas ayunen? ¿POR QUÉ?
Jesús no está en contra del ayuno, pero en ese momento no era tiempo de ayuno para ellos, pues Jesús como novio está en medio de sus amigos y por lo tanto es momento de fiesta y alegría. Vendrá un día –alusión clara a su Pasión- en que les quiten al esposo y entonces sí ayunarán.
Jesús trae la plenitud de la vida religiosa y esta novedad es tan grande que requiere de nuevas formas y nuevas estructuras religiosas. Los odres nuevos que contienen el vino nuevo que es el amor de Cristo es la Iglesia, comunidad de hermanos y amigos que se aman entre sí y aman a Dios.
Encuentro unas palabras del papa Benedicto sobre la Iglesia que nos pueden ayudar a meditar este evangelio: “Seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir –por su cuenta- o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él.
Que en la oración de hoy nos encontremos con Jesús, con el Hijo de Dios que se hizo hombre para salvarnos del pecado y que se nos entrega en la Iglesia. Hablemos con Él con confianza, con la intimidad de dos amigos.

Y con María que es modelo de la Iglesia orante y misionera nos sentimos unidos a todos los cristianos y le pedimos que nos haga testigos de la misericordia de su Hijo.

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