14 octubre 2016. Viernes de la XXVIII Semana de T.O. – San Calixto I – Puntos de oración

Avanza este Mes tan cargado de intenciones (Misiones, Rosario, Misericordia o Mes Morado en Perú, Padre Morales), acabamos de celebrar la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, el 15 Santa Teresa. Como dice San Ignacio: “donde halle gracia, ahí me detengo”.
1. “En Cristo hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano… 
a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo” (Ef 1, 11)
Como dicen los del Movimiento Juan XXIII “con Cristo, TODO, sin Cristo, NADA”. ¿Te imaginas que recibes el nombramiento? Qué cardenal, qué director… el HEREDERO DE CRISTO, esto es ser cristiano, ¡menuda fortuna, vaya suerte! Para pasar todo el rato de mi oración dándole gracias al Señor.  
2. ¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,  el pueblo que él se eligió como herencia! (Salmo 33, 1)
Que tomen nota todas las naciones, especialmente España que acaba de celebrar la fiesta del Pilar el 12 de octubre y el Perú que dedica todo el mes al Señor. No en vano le cantan en el himno: “A paso firme de buen cristiano, hagamos grande nuestro Perú”; es lo que le pidió Madre Soledad –carmelita nazarena, condecorada por sus 50 años de vida ofrecida- a su Presidente.
Encomendemos a nuestras naciones, a nuestras autoridades…Jesús lloró por su Patria, por Jerusalén… Oremos y ofrezcamos sacrificios para que se encuentren fórmulas de una sana laicidad pero sin miedo a elegir al Señor como herencia.
3. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros (Lc 12, 1)
Seamos calvos o melenudos, nuestros pelos “están contados”; se acabaron los problemas, los miedos… El Señor lleva la cuenta y lo único, único de lo que nos advierte por activa y por pasiva es de la HIPOCRESÍA. O sea, COHERENCIA, que del dicho al hecho no haya ningún trecho.  
4. Estos tres puntos se funden en el amor eucarístico.  En vísperas de la canonización de Don Manuel González, el obispo del sagrario abandonado, te comparto un fragmento de la magnífica pastoral de Monseñor Juan José Asenjo, Arzobispo de Sevilla
Fue enterrado en la Capilla del Santísimo de la catedral de Palencia, bajo una lápida en la que se lee el epitafio que él mismo redactó: «Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!».
Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 29 de abril de 2001. En su homilía el Santo Padre afirmó que la Eucaristía fue la gran pasión de la vida de don Manuel, subrayando que “la experiencia vivida en Palomares del Río le marcó para toda su vida, dedicándose desde entonces a propagar la devoción a la Eucaristía”. Al mismo tiempo el Papa aseguró  que el nuevo beato es modelo de fe eucarística, cuyo ejemplo sigue hablando a la Iglesia de hoy…

Junto al sagrario cada día reconocemos y proclamamos que el cuerpo de Cristo es el fundamento de nuestra esperanza frente al poder del pecado y de la muerte y frente a los poderes de este mundo. Con el amor de María, la hermana de Lázaro, nos postramos a sus pies para escucharle. Como Zaqueo, le manifestamos nuestra alegría por tenerlo a la vera de nuestras casas. Con la fe de Pedro le confesaremos como el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios vivo, y le musitaremos Señor, Tú sabes que te quiero. Como Tomás nos postraremos ante Él para decirle que queremos que sea nuestro Dios y Señor.

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