15 octubre 2016. Santa Teresa de Jesús – Puntos de oración

Hay una tentación del demonio que tiene un nombre: acedia. Tiene nombre porque les pasa a muchos. Ya la empiezan a estudiar los eremitas del desierto del cuatrocientos y pico, porque les pasaba a ellos.
Según el P. Morales, en nuestros clásicos, la superación de esa tentación, se llamaba “el reventón”. En este caso la teoría se aplicaba a los religiosos y él nos lo aplicaba a nosotros. Parece que a media edad surgen unas tentaciones de decaimiento, inquietud y de querer cambiar. Si las superaban mal, se quedan en la orden siendo un mediocre (antes se salían pocos, aguantaban hasta el final). Si revienta por dentro, se niega a sí mismo y se abraza al Único importante, entonces, da el salto a la santidad. Acaba de aparecer la palabra mediocre que creo que es la clave para que no nos dé a nosotros. A más mediocre, más riesgo; si te abrazas a tu cruz de cada día con fuerzas, si besas tu yugo de cada día, el tedio de la vida se te hace llevadero y ligero, das saltos de alegría y más que caminar por la vida, vuelas.
Ahora caigo en la meditación de hoy. Lo de antes, no es paja, pero vamos con Santa Teresa. Ella, durante muchos años, está inmersa en la tentación de la acedia y vida mediocre. Por fin el Señor la ayuda a salir y ella se deja ayudar (pone de su parte) y ante una imagen de Jesús atado a la columna, da el reventón dice SÍ y se abraza a Jesús. Se lo toma en serio. "Fue tanto lo que entendí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía. Arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle" (Vida 9, 1). Se siente de Jesús, consagrada a Jesús y se toma en serio su vida de monja. ¿Y tú, señora casada que lees esto, de quién eres? ¿Y tú, persona que lees esto, de quién eres?
Teresa es gente sencilla y el Señor del cielo y de la tierra se lo ha revelado (evangelio). Da el cambiazo y empieza un camino de gigante. Ya no se para ante las dificultades externas ni internas. "Por grandísimos trabajos que he tenido, no soy nada mujer en estas cosas, que tengo recio corazón" (Relac. III).
Moraleja: ¿Y yo? Pedid y recibiréis. Admira y sueña. Lánzate al abismo y flotarás.
Una clave: Ella, en un momento difícil de su vida,… "Cuando murió mi madre, fuime afligida a una imagen de Nuestra Señora y la supliqué fuese mi Madre. Conocidamente he hallado a esta Virgen soberana en cuantas cosas me he encomendado a Ella" (Vida 1,7).
Otra clave: la mística de las miserias. Gracias a nuestros pecados y miserias, bajamos los escalones que conducen a Jesús escondido en la humildad.

¡Viva Santa Teresa! ¡Viva la Virgen! ¡Viva el Señor de los Milagros! (que para eso estoy en Perú).

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