12 junio 2023, lunes de la 10ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Hoy en el evangelio leemos las bienaventuranzas, el texto programático del cristianismo. ¿Cómo vamos a orar? No podemos meditarlas en abstracto, como un mensaje que me llega de lejos, ¡no! Oírlas por vez primera de los labios de Jesús, más aún, atender su tono suave e incisivo, con el encanto que irradia su expresión corporal, enmarcadas en la dulzura de su rostro, porque las bienaventuranzas son su retrato. En definitiva, escucharlas en el fuego del Espíritu Santo. 

Porque las bienaventuranzas son la adoración “en espíritu y verdad” (Jn 4,23). Acoger la vida como un don gratuito que emana de la bondad y dulzura del Señor; asumirla con gozo, sin tensión, incluso cuando recorre el camino de la lucha y de la pobreza, sabiendo que el Padre cuida de todo, siempre. Compartir gratuitamente los dones recibidos, no exigir recompensa, vivir en un amor gratuito y desinteresado. Comprometer y arriesgar la vida por el Amado. Todo esto son las bienaventuranzas, y esto solo lo pueden vivir los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de Dios. 

Jesús es siervo de Dios y de los hombres. Por eso es el bienaventurado.

María, su madre, es la esclava del Señor. A su intercesión poderosa y maternal nos acogemos para vivir de fe, en la esperanza y por el amor. 

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