15 junio 2023, jueves de la 10ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.

Las lecturas que hoy contemplamos en la Eucaristía nos muestran cómo el Padre ha hecho nuevas todas las cosas mediante la pasión, muerte y resurrección de su hijo Jesucristo. En la primera lectura, san Pablo nos relata cómo, gracias a que el velo se ha caído de nuestros corazones, Dios puede brillar para que resplandezca en nosotros su Gloria. Nos cuenta San Mateo en su Evangelio que con la muerte del Señor, el velo del templo se rasgó en dos (Mt. 27:51), como símbolo de un nuevo empezar bajo el reinado de Cristo. Los que no se dejan conducir por el Señor, o lo rechazan, porque no ponen su confianza en Él, mantienen ese velo en su corazón y por lo tanto no pueden ver las maravillas del Señor y no gustan de vivir felices como Dios desea. Sin embargo, en aquellos que deciden seguir al Señor, el velo se desvanece, gustan de la esperanza y de la amistad del Señor y viven lo que dice el salmo: “la gloria del Señor habitará en nuestra tierra”.

El Evangelio de hoy acompaña esta misma idea. La ley que promulgaban y hacían cumplir los escribas y fariseos es llevada a plenitud por el mismo Jesucristo, porque Él hace todas las cosas nuevas. Nos habla de la importancia de amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos y al modo de Cristo. ¡Qué difícil se nos hace esto¡ Incluso en la mayor de las peleas, Dios ha venido a hacer nuevas todas las cosas, y es capaz de transformar lo que a nuestros ojos es imposible cambiar. Por ello, deja tu ofrenda ante el altar, sé coherente y reconcíliate con tu hermano. ¿Eres capaz? Está claro que con nuestras fuerzas esto es imposible, pero Dios lo hace todo nuevo y nos hace ver de nuevo su Gloria. 

Te pido, Madre querida, que me ayudes a tener más confianza en Jesús y a hacer, como tú, siempre su voluntad.

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