Hoy es un día de gran alegría al sentirnos todos muy
dentro de la Iglesia, que hace 25 años volvía a decirnos con energía: adelante,
en el camino que un día iniciaran el padre Morales y Abelardo.
El evangelio de hoy muestra a Jesús junto al lago de
Galilea. Acerquémonos, en un momento tranquilo de oración, a escuchar su
Palabra y aprender a ser verdaderos seguidores de Aquel que nos amó y se
entregó a la muerte por cada uno de nosotros.
Leyendo despacio el texto de san Lucas podemos
destacar algunas ideas de gran fuerza:
1ª. San Lucas presenta a Jesús con una gran
autoridad: Su enseñanza es Palabra de Dios, enseña sentado, es llamado Maestro
y Señor por Simón, da órdenes que se obedecen, Simón y sus compañeros
(Santiago y Juan) lo dejan todo y le siguen.
Todos estos preciosos detalles del evangelio nos hacen
pensar en el papel que juega Jesús en nuestra vida de cristianos. ¿Es realmente
para mí el Señor, el “Kirios”? ¿Estoy dispuesto a dejarlo todo por Él? ¿Siento
en lo profundo de mi corazón que no hay mayor alegría en esta vida que
seguirle?
2ª. “Por tu palabra echaré las redes”: Simón
sabía muy bien que se pescaba mejor de noche y que, si una noche no se había
pescado nada, era inútil hacerlo de día. Pero pone su fe y confianza en Jesús,
y el resultado es sorprendente. ¿Cuántas cosas increíbles veríamos si dijéramos
en nuestra vida: “Por tu palabra…”. ¿Estamos dispuestos a fiarnos de Jesús?
3ª. “¡Apártate de mí, Señor, que soy un pecador!”:
La pesca milagrosa conduce a Simón a reconocerse pecador delante de Jesús. Es
una verdadera experiencia de Dios que le conduce, no a ver los pecados de los
demás, sino a reconocerse a sí mismo pecador, no merecedor de la atención
divina: gran enseñanza de humildad. ¡Todo es Gracia!
4ª. Jesús dice: “No temas”: Palabra que usa muy
frecuente, por la que se le reconoce. Nos lo dice también a nosotros. ¿Cuáles
son nuestros miedos y temores? ¿Qué efecto tiene en ellos esta palabra de
Jesús? Jesús parte de lo que Simón es (pescador) para lanzarle a una aventura
mayor (pescador de hombres). Pongamos a disposición de Dios lo que somos, pero
abrámonos a ser más, a crecer en la misión. Sigamos esa frase que es un
verdadero estímulo en nuestro apostolado entre los hombres y mujeres que nos
rodean: Rema mar adentro. Pero recordemos, con el evangelio de
hoy, que Él está a nuestro lado: “no temas”.
5ª. “Dejándolo todo, le siguieron”: Para seguir
a Jesús hay que dejar lastre. Muchas “cosas” nos mantienen atados, pequeñas
cosas muchas veces, como esa débil cadena que es capaz de mantener a un
elefante atado a una simple estaca sin moverse, sin darnos cuenta de la gran
energía que es Cristo dentro de nosotros. ¿Qué somos capaces de dejar por
Jesús? ¿Qué nos ata? ¿En qué le seguimos con más decisión y en qué no con
tanta?
Pidamos a María, nuestra Madre, para terminar la
oración, que así como ha estado protegiéndonos durante tantos años, continúe
llevándonos de la mano, siguiendo con alegría y sin temores a su hijo Jesús,
por dónde Él, no nosotros, quiera.